En Colombia hay una empresa emblemática que puso y sigue poniendo su grano de arena para el desarrollo del país, se trata de IMOCOM, una compañía que empezó a construir su historia en 1952, momento en el que abre sus puertas para hacer distribución mayorista de bienes de ferretería importados de Asia, después de unos años decidió dar un paso mucho más ambicioso y entró en la comercialización de bienes de capital para industrias muy dinámicas como metalmecánica y plástica en esencia.

Cabe precisar que la empresa fue el impulso empresarial y acertado del señor Paul Etter quien vio en Colombia un mercado con potencial, llegó de Suiza en 1947, pero partió con cédula colombiana dejando un legado empresarial y siendo de lejos un paradigma de lealtad, calidad, verticalidad, cumplimiento y confianza, pero por encima de todo de gran ser humano.

Hoy por hoy la compañía sigue trabajando sobre pilares de innovación y venta de máquinas, equipos, soluciones así como de herramientas de espectacular rendimiento y atributo, sin embargo hay una política fundacional y tiene que ver con el acompañamiento permanente al cliente, todo un voto de confianza ya que quienes adquieren maquinaria en IMOCOM tienen a la empresa muy al tanto de ellos desde el comienzo hasta el final de la vida útil del equipamiento.

La empresa muy a pesar de las vicisitudes sigue adelante, no conoce la pausa en potenciamiento de portafolio y en comercialización de bienes de capital esenciales como ha pasado durante 72 años en el desarrollo del país. Es así como IMOCOM ofrece a los industriales del país soluciones en mecanizado, manufactura metálica, aire comprimido, plástico y empaque, asimismo equipos de muy alta calidad y alto componente tecnológico como impresión 3D, escaneo 3D, metrología, ingeniería, proyectos y tecnologías de proceso. La compañía importa grúas y maquinaria para minería y construcción, en esa línea maneja equipos para concretos, perforación, movimiento de materiales, compactación, iluminación como también bombas industriales.

En charla con Diariolaeconomia.com, el Gerente General de IMOCOM, Pablo Etter destacó que en esta ocasión se cumplen 70 años de la Feria Internacional Industrial de Bogotá, FIB, y 72 de IMOCOM. De hecho las directivas de Corferias en el marco de la apertura reconocieron en cabeza del gerente de la Feria Carlos López que IMOCOM desde que asistió por primera vez a este espectacular evento no ha fallado jamás, otro expositor con máxima nota, reconoció Etter, es Impofer que ha asistido por lo menos a 35 eventos feriales.

Frente al difícil entorno geopolítico y a incertidumbre interna el Gerente General de IMOCOM aseveró que el empresariado está lleno de arrojo, compromiso, retos así como de sana tozudez, de un lado porque hace parte del ADN de los industriales y comercializadores, pero también porque en medio de los apuros, vengan como vengan, hay dos alternativas, replegarse o seguir para adelante y para decidirse por la segunda opción debe haber al interior de la compañía un propósito vigente que para el caso de IMOCOM es transformar la industria con soluciones innovadoras y competitivas.

Comentó que la pregunta que le hace al público y se formula así mismo es si ese propósito tiene vigencia o no, pero como sí tiene vigencia, quiere decir que depende de la persona que gestiona ese propósito, en este caso el mismo Pablo Etter quien es la cabeza de la organización quien debe gestionar bien un propósito reinante algo que lo llena de oficio y que deberá desempeñarse de la mejor manera para que el propósito genere resultados.

“Nosotros sí estamos en dificultades, no hay que desconocerlo, la economía no crece, los vecinos tienen inconvenientes, nuestros clientes les venden a los vecinos, nuestros clientes igualmente tienen aprietos, pero el reto es salir adelante entre los trances existentes, cosa que no es fácil. También sentimos susto y nos cuesta mantenernos de pie, pero nos caracteriza ser unos luchadores y nos vamos a dejar amilanar y menos permitir que se nos pierda este trabajo que los hacemos con cariño, profesionalismo y adeudo, sabemos que pronto recibiremos una recompensa, no sabemos cuál sea, sin embargo la vamos a acoger, además sabemos que el país está de nuestro lado y nos va a responder, de eso no hay duda”, declaró el señor Pablo Etter.

Hoy, apuntó el directivo, un común denominador de la industria es la dificultad, pero indicó que hay buenas señales, una lucha permanente y la consciencia que desfallecer no es el camino, que la salida está en creer y seguir adelante, entre otras cosas porque hay escuela, experiencia, reconocimiento y conocimiento.

Una muestra del interés por superar escollos es el hecho de que la gente acude a todo lo que tiene que ver con mayor aprendizaje tal y como quedó comprobado en cumplimiento de la FIB, e donde en tres días IMOCOM adelantó tres foros con auditorio repleto. Los temas fueron talento humano, un espacio para saber cómo resolver el problema de formar talento humano con el fin de poder interactuar con la tecnología, el siguiente abordó las novedades técnicas de la industria que básicamente estuvieron en el pabellón de IMOCOM en donde hicieron convergencia dos industrias de avanzada la digital y de manufactura aditiva, también fue exitoso el foro de cómo orientar la empresa hacia las exportaciones, una conversación de mucho beneficio para los clientes, asistentes e IMOCOM, un aprendizaje útil y unas experiencias compartidas desde distintos ángulos y opiniones.

Así las cosas, dijo Etter, no hay que desanimarse, caso opuesto luchar y luchar fuerte porque en el entorno nacional hay cosas por hacer a pesar de las cosas estén difíciles, una situación que invita a llenarse de entusiasmo, a cargar la batería del compromiso y la valentía para no doblegarse.

Una situación que se experimenta es que la ventas no son las mismas, de hecho han sido menores, pero antes este fenómeno, explicó el conocedor, no se puede desconocer que industrialmente hablando, lo cual no es un secreto porque las estadísticas los dicen, el tamaño del mercado para bienes de capital de las fábricas y firmas de transformación se ha restringido, se nota una disminución en las capas que IMOCOM atiende, pero es un fenómeno generalizado para ese tipo de comercio.

Todo eso se explica porque las industrias se han cerrado o se han ido, un ejemplo es Colmotores, ya lo había hecho la Compañía Colombiana Automotriz y por eso toda la cadena de proveedores está sufriendo, también cerró la fábrica de motores eléctricos de Siemens, pero el tema no es fácil, apuntó Etter, porque es largo el listado de las empresas que optaron por trasladar sus fábricas a otras partes y dadas esas circunstancias a IMOCOM y a otras empresas les corresponde buscar nuevas oportunidades y defenderse en un nicho más pequeño sin tantos beneplácitos, pero en donde se pone a prueba la inteligencia del administrador a quien le corresponderá hallar en mercados más estrechos los nichos propicios y de buen desempeño.

En este momento, expuso Etter, IMOCOM tiene capacidad de ejecutar más negocios, pero a la fecha cuenta con los suficientes movimientos para mantener la operación y poder hacer inversiones millonarias como la del pabellón de la Feria Internacional Industrial de Bogotá, eso sí con la certeza que nada será en vano porque se moverá la caja y habrá manera de recuperar la inversión.

Colombia sabe que no hay políticas de Estado para los sectores productivos

Al preguntársele sobre la situación del empresariado y una posible solución con políticas de Estado para la industrial, el Gerente General de IMOCOM Pablo Etter enfatizó que el país debe aprender a hacer ojos ciegos y a pensar que el Estado le resolverá sus problemas.

Cómo dato amable afirmó que ha visto surgir gente en Colombia con los mismos problemas de personas que no han salido a flote precisamente por estar esperando decisiones que no se darán o condiciones para poder hacer empresa con algo de facilidad.

“Obviamente, facilitaría mucho tener una política industrial, apalancaría demasiado contar con un Estado inteligente, sería de mucho beneficio para todos y la sociedad, pero si no lo tenemos no tenemos por qué minimizarnos, más bien diría yo, metámonos al Estado, tomemos posesión del Estado en masa y hagamos del Estado lo que queremos que sea para este país, no esperamos que hagan por nosotros, adelantemos las cosas, no nos lamentemos, y si no somos nosotros los que podamos tomar las decisiones porque no somos el aparato político, articulémonos con él y resolvamos los problemas, repito, he visto gran cantidad de empresas salir adelante con las mismas dificultades, pero vi a otras renunciar tras el susto que genera el escenario, esas compañías decidieron no seguir en el mercado, de la misma manera IMOCOM no va a renunciar a seguir haciendo lo que se propone porque haya una coyuntura u otra, manejamos largo plazo y a diario nos batimos, puedan que nos la pongan más difícil, pero no nos van a derrotar, preferiríamos un ambiente diferente, sería tonto no decirlo”, precisó Pablo Etter.

Añadió que al país le tocó moverse en otros terrenos hoy y la idea es seguir hasta que la empresa logre articularse con otra gente.

Ante los agudos líos geopolíticos y la zozobra que reina hoy frente al devenir de la paz mundial y el rumbo que tomará el comercio de acuerdo al escenario, el Gerente General de IMOCOM sostuvo que al ser un hombre de Iglesia y cargado de fe debe actuar como cualquier persona racional puesto que no le corresponde resolver los problemas que no están en sus manos, algo similar a eso que hacen algunos grupos de ayuda.

Fue tajante al decir que no puede solucionar ni las guerras de otros países ni los asuntos del gobierno con sus políticas, dijo que tan solo ejecuta los trabajos y obligaciones que le asisten como empresario en tanto deja en las manos del Todo Poderoso los temas que no puede manejar, aseguró que Dios no permitirá que ni el mundo o el planeta se acaben. Recordó que al final del ejercicio, el bien se impone sobre el mal, algo que hay que creer con firmeza.

La idea, recalcó, es mirar lo que pasa en la tierra y afrontar la situación, esa es una estrategia que el empresario aplica en su empresa y la que les propone a sus clientes, colaboradores y proveedores.

Dijo que fue asombroso escuchar los testimonios de cuatro empresas exitosas algo que afianza la teoría de que Colombia es un país capaz y con ideas. Por eso, anotó Etter, el país exportó auditorios a China y logró que una importante casa americana de perfil multinacional fabricante de cosméticos decidiera empacar sus productos en envases hechos en Soacha.

No solo está el caso de los señores que fabrican sillas o el de los empaques para finísimos cosméticos, también el de una empresa en Fontibón que fabrica cuerdas para amarrar vacas en Estados Unidos, es el caso de Lhaura Vet que fabrica sogas en polipropileno, un producto que exporta al mercado americano y la mejor muestra de que todo cambia cuando la gente se da cuenta que hay mecanismos para resolver los problemas. Afirmó que fue admirable lo que estos empresarios hicieron porque aparte de tener gran producto fueron y buscaron clientes que han atendido bien y les han llegado con soluciones, en conclusión, expresó Etter, defina su tarea y haga la tarea, arremánguese y deje de llorar.

Un asunto para tener en cuenta por todo lo que acontece con China y otros proveedores o destinos de inversión es la relocalización industrial, en inglés reshoring, el acercamiento de los sitios de producción hacia los sitios de consumo conocido como nearshoring, una estrategia en la que una empresa transfiere parte de lo que produce a terceros, actores que pese tener domicilio en otros países, tienen una localización cercana y con una señal horaria igual.

El asunto con otras pericias es acercarse a un mecanismo de comercio por medio del cual las regiones articulan esfuerzos para establecer una cadena de suministro, algo de lo que se viene hablando en todo el globo.

En opinión de Etter las dos estrategias citas, están siendo muy utilizadas y por eso consideró que Colombia tiene una gran oportunidad en el caso de que se relocalicen empresas en su territorio.

“Le estoy hablando de dos palabras, reshoring y nearshoring, pero esos términos no se los he escuchado al presidente, a los ministros y menos a las cámaras de comercio. Toca que se despabilen porque si se pueden hacer cosas acá”, dijo Pablo Etter.

Una empresa que sigue robusteciendo el portafolio

El Gerente General de IMOCOM Pablo Etter subrayó que la empresa sigue actualizando tecnológicamente el portafolio y haciendo cosas nuevas como por ejemplo trabajar con energías renovables, un tema que está muy de moda, tanto así que en la FIB, el stand de la firma tuvo expertos en esos asuntos, personas conocedoras, totalmente expertas que ya trabajan en ese frente energético. Igual, acentuó, hay actividad en manufactura aditiva e híbrida, unos temas nuevos.
Pero es un imperativo para la empresa potenciar y poner al día el portafolio con unas tecnologías que evolucionan día a día, en principio es vital para la empresa actualizar su portafolio y lo va ampliando en la medida que vaya incursionando en algún sector específico.

La firma es experta en transferencia de tecnología porque consigue cosas afuera para implementarlas en Colombia, pero ahora en el stand la gente que lo visitó encontró un producto de altísima tecnología hecho por IMOCOM, se trata de unas gafas de realidad aumentada y realidad virtual conocidas como Remote View, producto de la casa, hecho en tecnología, de mucha vanguardia y que al parecer tendrá un impacto considerable en el futuro de la empresa por ser un servicio remoto de asistencia técnica con unos dispositivos fabricados en la sede de IMOCOM.

Más allá de que las empresas sigan operando o se vayan estrechando, lo cierto es que necesitan actualización tecnológica y eso pasa con la llegada de las nuevas generaciones que van determinando nuevos derroteros y en consecuencia innovación y herramientas versátiles.

Pablo Etter es segunda generación en IMOCOM y ya prepara a su hija para que asuma el control de una empresa emblemática y tradicional en la industria, algo que no será fácil por las habilidades que demanda, pero hay confianza y ya se trabaja en ese relevo generacional en una empresa atávica, de 72 años que siempre ha mostrado una cara joven y tremenda dinámica pues sigue importando la productividad que demanda el país.