Sábado, 23 Febrero 2019 00:44

Colombia podría crecer a tasas del 4% en 2019 asegura Fecolfin

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La federación cooperativa manifestó su optimismo y dijo que salvo algún incidente de tipo geopolítico, el país está caminando por una senda afortunada que puede llevar al sector real de la economía a salir del túnel.

Las cooperativas de ahorro y crédito consideraron que la dinámica que lleva el país permite ser optimistas y pensar que la economía colombiana crecerá en 2019 a tasas del cuatro por ciento, indicador alentador porque será sinónimo de reactivación y de mejores resultados en el ejercicio de las empresas, empero especificaron que todo estará atado a los comportamientos geopolíticos que podrían llevar algunas proyecciones al traste.

En una amena charla con el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Cooperativas de Ahorro y Crédito, Fecolfin, Enrique Valderrama Jaramillo, el dirigente gremial aseguró en Diariolaeconomia.com, que para que la economía crezca y empuje el desarrollo será necesario tener en consideración variables tales como el precio internacional del petróleo que generalmente no depende de Colombia sino de otros países y de la famosa ley de la oferta y la demanda en donde en ocasiones los grandes productores de crudo cierran la canilla para que suba el precio, o la abren para bajar las cotizaciones mover las economías y recoger dinero.

Este ítem petrolero, dijo, es muy importante para Colombia porque de allí salen recursos para el estado y cubrir así los faltantes fiscales que no son pequeños.

Lo anterior especificó el señor Valderrama, debe ir ligado a una tasa de cambio porque la gente sabe que si el dólar está en los valores de hoy, es fácil que gocen y hagan fiesta los exportadores, pero así mismo sufren los importadores puesto que necesitan más dólares para traer las mercancías.

Otro de los factores llamado a dinamizar es de índole interno y ello porque el empresariado espera que el aumento en el salario básico que se hizo por encima del indicador de inflación del año anterior, genera mayor capacidad de compra para que la gente demande bienes y servicios y de esa manera impulse la reactivación económica.

“La idea es que la gente tenga más recursos para poder pagar sus deudas, pero además que cuente con dinero para comprar en el comercio, sobre la base del orden en las compras y el ordenamiento que le dé a su presupuesto con el fin de suplir algunas necesidades que no había podido cumplir. El tema de las exportaciones no pasa solo por petróleo sino también por carbón y allí hay que ser muy consecuentes con una realidad mundial de los mercados y es que la economía no puede seguir dependiendo del petróleo, como es el caso de Colombia, o de los commodities en general, es decir que es urgente diversificar la oferta exportable, innovar y hacer uso de la capacidad instalada de las empresas de manufactura para tener más y mejores oportunidades”, declaró Valderrama.

En ese sentido opinó que el estado debe estar muy al tanto de lo que pasa en el sector agropecuario y en los sectores agroindustrial e industrial porque solamente con dinámica será posible ir acabando con una dependencia nociva y que no es sostenible por el tema de los ciclos de precios y otros factores.

Solamente, afirmó, con una economía diversificada, en donde el campo y la industria retomen sus lugares de privilegio, acompañando los momentos del petróleo, será posible crecer a tasas importantes y solo de esa manera, recalcó, es afortunado hablar de desarrollo, de no ser así el asunto en el mediano o largo plazo puede ser bastante traumático.

Sectores como el rural y el de industria, incluyendo las pymes, demandan con urgencia una irrigación de crédito con tasas de bajo costo en donde el productor o el fabricante trabajen con tranquilidad y no con ese estrés que genera el riesgo de perder la finca o la empresa por una usura alta y unos tipos de interés extremadamente elevados y casi imposibles de honrar porque superan los montos de rentabilidad y de costos de producción.

Una opción sería contar con tasas de interés tipo americano en donde el usuario de crédito no paga más del uno o el dos por ciento efectivo anual. En Colombia lamentablemente y sin control alguno, las tasas de interés pasan del 30 por ciento y nadie ha podido abrir ese debate para corregir la economía desde unos sectores que suelen quedarse con prácticamente todo el esfuerzo de los empresarios, labriegos y trabajadores.

Para el Presidente de Fecolfin, los empresarios urgen de créditos, pero con tasas de interés razonables que les suba el ánimo y los ponga a producir con altos niveles de competitividad.

De otro lado Fecolfin está convencida que la economía tiene mucho que ver con la dinámica de todos los sectores y en esa línea estima que las cooperativas pueden entrar a recaudar una serie de préstamos viejos que existieron para renovar los nuevos, brindándoles oportunidades y mejores opciones a los afiliados a los esquemas solidarios de ahorro y crédito. Por ello gobierno y cooperativas deben aumentar sus esfuerzos para afinar en lo atinente a la educación financiera para que la gente estructure sus ingresos y sus gastos para lograr la eficacia hasta llegar a ese punto en donde el ahorrador no gaste más de lo que gana y pague con tranquilidad lo que le sirvió para salir de dificultades o para potenciar alguna actividad económica. En síntesis, sostuvo, a los colombianos hay que decirles cómo ser exitosos manejando plata y cómo evitar que lleguen a la quiebra.

Hay que sacar adelante las obras 4-G

El Presidente Ejecutivo de Fecolfin, Enrique Valderrama Jaramillo, expuso que otra alternativa de progreso, desarrollo y dinámica está por el lado de las grandes obras de infraestructura que quedaron bloqueadas luego de los escándalos de corrupción que dejaron muy mal en su aspecto ético a la multinacional Odebrecht.

Para el dirigente cooperativo, si esos procesos logran reactivarse, como muy seguramente va a pasar, también habrá oxígeno para la economía porque la construcción como todos saben es un motor muy poderoso de impulso para la economía. Añadió que los empresarios y el país esperan con mucha confianza que esos procesos de licitación vuelvan a tomar su derrotero para hacer de las obras civiles una solución contundente en la infraestructura que demanda Colombia para agilizar su comercio, para abrir oportunidades reales acompañadas de competitividad y generando puestos de trabajo en las regiones para mover la industria y el comercio.

La vivienda de responder y de reactivarse también, consideró, se pondrá en marcha otro motor para empujar el aparato económico por la generación de empleo que esta actividad suele fomentar. Para que este sector reacciones, se hace necesario seguir con los estímulos que fueron ofrecidos para todos aquellos que adquieran una vivienda.

“Hay optimismo, pero ese optimismo depende de unas variables que suelen presentarse, pues si las variables funcionan armónicamente, lo más seguro es que la economía experimentará una dinámica muy interesante que puede llegar a cifras del cuatro por ciento en su crecimiento”, explicó Valderrama.

Teniendo en cuenta que hay micro, pequeñas y medianas empresas esperando que el horizonte quede despejado de incertidumbres para poder relanzar una ofensiva productiva, las cooperativas financieras de ahorro y crédito concluyen que serán determinantes en la reactivación de una industria que quiere volver luego de largos años de postración, pero solicitaron del gobierno una mirada consecuente al sector cooperativo que bien puede manejar los recursos destinados para el sector agropecuario desde el ministerio de Agricultura y que fácilmente pueden ser canalizados por las cooperativas que saben hacer muy bien la tarea y que cuentan con una red bien importante a nivel nacional sobre todo para la ruralidad ya que hay un voto de confianza apreciable por parte de los campesinos.

El asunto es sencillo, determinó Fecolfin, en Colombia hay cooperativas que tienen sus sedes y sus oficinas en las principales ciudades del país, pero a su vez esas cooperativas tienen sucursales en los municipios que no son de comercio ni de industria, son de vocación totalmente agrícola y por eso las cooperativas viven de los préstamos que les hacen a los agricultores que ya saben manejar el tema, razón más que suficiente para que el ejecutivo incentive la posibilidad de que a través de las cooperativas, se maneje un flujo de dinero para poder soportar las necesidades del campo.

El gremio de las cooperativas de ahorro y crédito puso a disposición del gobierno y de la sociedad, una red en la que se puede trabajar, no solamente en el campo sino en las ciudades, básicamente en los sectores menos favorecidos que requieren microcréditos y micro-finanzas. También empujando con el desarrollo de vivienda popular y facilitando la vida de las pymes.

“Aquí hay una ventaja porque todo el que llega a una cooperativa se vuelve propietario, es decir que hacemos propietarios desde la base y tenemos también un aspecto importante de inclusión porque todo lo que se genera como excedentes es devuelto a los asociados a través de servicios o fortaleciendo su entidad que es propia y en la cual ellos también son administradores”, apuntó.

Hoy las cooperativas han logrado imprimir confianza por su solidez y todo queda refrendado en los últimos datos estadísticos en donde a noviembre la cartera morosa mostró que es mucho más baja que la de los bancos porque está en 5.3 por ciento en promedio. La falencia que hubo quedó corregida porque la cobertura de las cooperativas está a la fecha en el 129 por ciento, es decir que están casi que al nivel del grueso del sector financiero.

“Eso quiere decir que tenemos con qué responder a los recursos aprovisionados al ciento por ciento y nos sobra el 29 por ciento adicional, es decir que hay tranquilidad y un trabajo juicioso porque además de todo se está construyendo capital institucional pues actualmente las cooperativas de ahorro y crédito pertenecientes a Fecolfin cuentan con dos billones de pesos del patrimonio para responderle a cualquier asociado o a cualquier cooperativa que eventualmente tenga algún inconveniente o siniestro, que dicho sea de paso, no lo ha habido en 21 años y por eso el Fondo de Garantías de Entidades Cooperativas, Fogacoop, no ha desembolsado afortunadamente, un solo peso en ese tiempo”, dijo el Presidente Ejecutivo de Fecolfin

El directivo manifestó que por todo el blindaje y el cuidado que hay con las cooperativas y las entidades de ahorro y crédito que operan bajo el esquema solidario, las entidades de ahorro y crédito al amparo del cooperativismo son supremamente confiables.

Las cifras con cierre a noviembre muestran un inmejorable desempeño muy a pesar de las dificultades de la economía y de un enfriamiento que fue muy notorio en el primer semestre de 2018. Las cooperativas tienen activos por valor de 23 billones de pesos, unos pasivos de 16 billones, una cartera de 18,6 billones de pesos y una dinámica cada vez más notoria gracias a la confianza de los ahorradores que ven seguridad y profesionalismo en el manejo de las finanzas. Todo lo anterior hace prever que el consolidado a diciembre será más que bueno.

Un entorno favorable de las cooperativas es que son muy competitivas en la colocación y captación de recursos puesto que remuneran de mejor manera el ahorro y no son tan onerosas a la hora de cobrar los préstamos que hacen.

La seriedad de las cooperativas de ahorro y crédito y su manejo translucido hace pensar que en un mundo globalizado en donde hay tantos movimientos de inversión, alguna cooperativa exógena pudiera llegar, pero Fecolfin aclaró que pese a que no se ha dado dicho movimiento, lo único cierto es que se pueden hacer alianzas con extranjeros, pero hoy todo está muy bien y las cooperativas por lo pronto no piensan en eso.

Venezuela, una posibilidad de volver al crecimiento

Un tema que no puede ser ajeno en ningún escenario económico, político o social es el de Venezuela y su posible retorno a la democracia y al orden constitucional que tuvo la hermana república bolivariana.

Dentro de los análisis de Fecolfin está que si Venezuela vuelve a la democracia, el contexto cambiaría de manera importante porque en principio se abrirían las puertas y Colombia podría volver a exportar mucho más lo cual mejoraría la canasta de exportaciones.

“Me parece que el tema geopolítico pasa por la mejora o desmejora de las condiciones de un país y si nosotros tenemos que seguir cargando con el costo de toda la migración venezolana, obviamente será muy duro para el presupuesto nacional, pero si caso opuesto, ocurre algún fenómeno, cambia el país, retoñan las relaciones y nos abren las compuertas, las cosas resultarán de enorme beneficio para las dos naciones porque Venezuela requiere con urgencia de bienes y servicios que puede adquirir en Colombia, su socio natural que despacha lo que pidan en cuestión de horas”, acotó Valderrama Jaramillo.

Hay que recordar con algún tufillo de nostalgia que el último cheque de Venezuela por pago de productos a Colombia alcanzó los 7.000 millones de dólares, cifra que cayó a su mínima expresión. El tema es que si el comercio vuelve a fluir, regresa Venezuela, garantiza alimentos para sus nacionales, igual bienes y servicios con Colombia su patria hermana y vecina.

Un tema que pueden atacar las cooperativas de ahorro y crédito es el de la migración porque muchos venezolanos llegan a establecer empresas, a crear opciones de ingreso e inclusive a trabajar, motivo más que suficiente para darles la oportunidad de acceder al modelo cooperativo de ahorro y crédito que le daría un buen soporte a la nueva economía y a los nuevos agentes económicos.

La caficultura debe replantearse

Las cooperativas no son indiferentes con la cruda realidad cafetera y expresaron su preocupación por el precio de la carga del grano que tras el cierre del mercado en Nueva York con el café colombiano a un dólar por libra ubicó la carga de 125 kilos en 691.000 pesos, ingreso que no cubre los costos de producción y que encendió las alarmas en varias zonas de producción en donde ya empezaron con el cambio de actividad económica lo cual implica el adiós a la aguantadora caficultura.

A criterio del Presidente de Fecolfin la idea es seguir con el café, pero con menores extensiones sembradas porque un producto al que no se le reconoce su verdadero valor deja de ser rentable y hace que muchos pasen la página para incursionar en ganadería y otros cultivos.

El tema para Fecolfin no es menor porque la idea es crear esquemas productivos de mucha competitividad que eviten la dependencia de la Bolsa de Nueva York o de la misma tasa de cambio. Este punto, afirmó, sería vital en la dinamización agrícola porque los productos que hacen parte de la oferta exportable y no son rentables desestimulan a cualquier productor.

La coyuntura y toda esa tragedia social y económica que se desprende de unos precios mínimos en el café para convertirse en el gran negocio de las multinacionales que si encarecen el café procesado está conllevando e invitando a la diversificación de cultivos. Un ejemplo es la demanda de aguacate has y otros productos de gran demanda como las frutas exóticas y otras que gustan mucho en Asia, Europa y Estados Unidos.

“El tema es elemental, si tengo cuatro hectáreas, siembro dos con café y las otras dos con aguacate u otro producto lo cual ayuda a que el campesino se sustente cuando el precio del grano esté mal como hoy. La idea de diversificar es buena, entre otras cosas porque cuando el café baje en oferta los precios pueden reaccionar, pero ahí deben entrar a jugar un papel determinante todos los países que producen café y que igual tienen que diversificar porque de lo contrario irán directo a la banca rota”, certificó el Presidente Ejecutivo de Fecolfin.

El asunto, expuso, es volver a recuperar la rentabilidad porque a su juicio nadie quiere vivir en el campo y ser productivo si no es rentable porque hay casos como el del café en donde los ingresos no dan ni para la subsistencia, situación deprimente porque no se premia el esfuerzo en lo más mínimo.

Finalmente Valderrama dijo que Colombia tiene que modificar con urgencia el esquema de agricultura y en esa tarea el gobierno tiene mucho que aportar ya que puede adoptarse un esquema como el de agricultura familiar de Brasil, de enorme éxito, y otros que han hecho que muchos vivan de alguna manera en la dignidad.

El dirigente ve claro el derrotero de crecimiento por el que muy seguramente caminará el país, pero ve oscura la seguridad de Colombia porque las desmovilizaciones guerrilleras al parecer no sirvieron porque aparecieron otros actores armados que están enrareciendo el clima social de los colombianos.

“Nos preocupa que se cambie una cosa por otra y que esas inseguridades obliguen a muchos campesinos a abandonar las zonas de producción en la ruralidad, provocando una migración alarmante hacia las ciudades. Esa oscuridad y ese nudo que no se ha podido desatar es un asunto muy preocupante porque sería unos de los factores que limitaría el crecimiento de la economía colombiana”, sentenció Valderrama.

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