Domingo, 10 Diciembre 2023 08:01

2024, prevención y contracción en el primer semestre: BBVA Research

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Los analistas de la entidad prevén un encogimiento en la demanda interna y vislumbran efectos del entorno internacional. Solo habrá reacción y tranquilidad en 2025.

El 2023 como ya se ha dicho cerrará con indicadores económicos en terreno negativo lo cual golpea fuertemente la generación de empleo que sigue desacelerada y la oferta y demanda de bienes y servicios que sigue frenada por las altas tasas de interés, el valor de los productos importados que terminan siendo castigados por el precio del dólar, las recurrentes alzas en combustibles, la inflación, la retroceso en frentes como la construcción y en general por una incertidumbre con lecturas internas e internacionales que no permiten ser muy optimistas de cara al futuro inmediato.

Como si fuera poco, el país ha tomado decisiones equivocadas como ampliar y sostener el asistencialismo, remunerar a personas que perfectamente podrían trabajar, pero que no lo hacen porque la plata les llega sin hacer absolutamente nada, una política que mutó en tragedia para el campo y otros sectores en donde no hay mano de obra disponible porque con maná cayendo del cielo lo más rentable para muchos en dormir tarde, no laborar y cobrar lo que no les pertenece.

Sería ideal cambiar esa manera de ayudar perjudicando con la creación de un fondo social de reactivación agropecuario que financiara proyectos, absorbiera cosechas y catapultara las exportaciones de tantas regiones en donde la tierra es improductiva. Un tema de moda por estos días es la tenencia de predios algo que lleva a preguntar insistentemente, ¿cuánta tierra tienen los indígenas en Colombia y a cuanto asciende su productividad?, ¿se justifica ceder esos terrenos en momentos en que el hambre acosa? Y finalmente, ¿cuántos niños son realmente beneficiados con Familias en Acción?, esta última trascendental inquietud porque mucho dinero del Estado que finalmente fue el aporte de los empresarios luego de mucho sacrificio, termina en tiendas, estancos y sitios de reprochable entretenimiento.

Como vemos el país tiene pocas cosas buenas, pero incurre seguidamente en errores y falta de cohesión entre la política social, productividad, empleo y dignidad, algunos mandatarios creen que fomentar la pereza o subsidiar vagancia y hampa es un aporte inteligente para bajar las tasas de criminalidad y pobreza. El asunto pasa por la mora en diseñar modelos coherentes que generen sinergias entre la productividad y la generación de puestos de trabajo, formula que da como igual poner pan en la mesa decorosamente y empujando riqueza, crecimiento y país con aportes para todos los actores de la sociedad.

 

 

El país sigue a la espera de un proyecto nacional sólido y creíble, por ejemplo, ver campesinos dando el salto a un empresariado rural que lleve por fin a la sustitución de importaciones y tener como debe ser plena soberanía alimentaria, llegó la hora de apostar por Colombia, de comprar con orgullo y compromiso el producto nacional para que vuelvan las grandes casas de confección, los industriales del calzado y la marroquinería hoy hechos trizas y atomizados por las voluminosas importaciones, un fenómeno en casi todos los sectores industriales y productivos. Es tiempo de mirar con respeto y llevar inversión a la Colombia profunda, a esa tierra del olvido en donde la institucionalidad se reduce a narcotráfico, crimen, amenazas y sufrimiento. Que no se nos olvide que en el país cabemos todos y que hay espacio para diversas economías lícitas en selvas, costas y fronteras, todo posible con apego por el sello made in Colombia y descubriendo con engreimiento las tremendas maravillas que esconde la Colombia multicolor, biodiversa, rica y principalmente “nuestra”.

No se pueden esconder realidades, hoy el país, la región y el mundo la pasan muy mal, el crecimiento es tacaño y las cifras raquíticas, sencillamente porque hay conflictos, incertidumbre, volatilidad y poca o total desconfianza, no hay ideas y lamentablemente los modelos se gastaron, no dan más, muchos se equivocaron al aferrarse al nuevo orden mundial, inhumano y calculador, y como si fuera poco, la fe en algunos se desmoronó de la noche a la mañana, opaco momento, pero enorme reto.

Por lo que acontece en muchos países, el debate no pasa por si el dogma con el que se gobierna es de izquierda o de derecha, no, el asunto se sintetiza en probidad o en corrupción, a la hora de la verdad puede haber un buen o mal gobierno simplemente porque se hizo gestión honesta y con ángeles o caso opuesto porque se tuvo como consultor al mismísimo diablo. El tiempo pasa y será juez porque las acciones comúnmente dejan huella, señalan y condenan, en algunos casos se evocan con admiración y hasta con laudable agradecimiento.

Desconsolado y opaco agoniza el 2023, ahora viene un 2024 que al parecer tendrá una dura herencia del periodo anterior, pero con algunas variables que hacen pensar en natilla y buñuelo para el diciembre del próximo año, eso sí, en la medida que los pastorcillos sigan incólumes en Belén porque la amenaza de guerra mundial por los hechos de Oriente Medio también se contempla por algunos expertos, ya hoy en menor medida.

 

 

El Economista Principal de BBVA Research en Colombia Alejandro Reyes González le dijo a Diariolaeconomia.com, que la evaluación de 2023 termina siendo lánguida y anotó que se espera un primer semestre de 2014 con marcada debilidad y un segundo periodo con mejor comportamiento en la economía. Sostuvo que en el agregado el número no será muy diferente porque en 2023 se espera un crecimiento del 1,2 por ciento y en 2024 se proyecta, podría alcanzar el 1.5 por ciento, una mejoría poco notoria, pero con mayor dinámica después junio porque cederá la inflación y bajarán las tasas de interés, dos factores esenciales en la reactivación.

Reconoció que, en medio de todo, hay muchos retos seguramente hacia adelante para la economía colombiana y que se expresan en las reformas que hacen trámite en el Congreso, temas difíciles de digerir para un país que además pasará por unas complejas transiciones, desde la misma noción de qué, cómo o en qué va a gastar el gobierno lo que tiene, algo que se espera sea responsable y con generación de valor en el largo plazo y no solo una efímera asistencia.

Indicó que vienen retos en 2024 en geopolítica porque los temas globales seguirán dominando y el impacto dependerá de dónde se dé o de cuál sea ese desafío porque si involucra a las dos grandes potencias del mundo, el cuento, apuntó el conocedor, será a otro precio, de todas maneras, no descartó que haya efectos en el mundo y en las economías.

De igual forma expuso que habrá retos en el sector privado porque las empresas están teniendo menores utilidades en 2023 y se espera un 2024 mucho más apretado en los presupuestos y en la misma capacidad de inversión. Para Reyes hay muchos frentes en donde habrá desafíos, pero igual demasiadas oportunidades porque el mundo está cambiando, hay cadenas de valor de ubicación y se empieza a ver otro tipo de alternativas puesto que hoy por hoy trabajar desde fuera es muy viable y posible, algo que se empieza a sentir en economías como Colombia en donde el poder adquisitivo de alguien que devengue en moneda extranjera es muy alto, en resumen, expresó, hay fuentes que permiten redundar en oportunidades a futuro.

 

 

Un hecho cierto es que la dificultad económica es global en donde los problemas aparecen con diferentes colores y en diversos tiempos en todas las economías. Apuntó que la mayoría de economía latinoamericanas, tuvieron su desaceleración más temprano que Colombia y su expansión fue menos fuerte que la colombiana. Dijo que el país sobresalió en la región con un muy buen crecimiento en 2021 y 2022, pero con una desaceleración a la fecha, algo generalizado lo cual hace pensar que la recuperación será similar, verbigracia, muy lenta en 2024, algo más clara en 2025 en la mayoría de naciones lo cual al final de cuentas se desprende de los ciclos grandes de las variables importantes, inflación, tasas de interés y otras, asunto que domina un poco el panorama en general.

 

“En ese río revuelto hay países que logran un mejor comportamiento que otros y eso depende mucho de las acciones de política pública, pero también de la disposición y confianza desde el sector privado, la fórmula que necesitamos solucionar para 2024 en el mercado local”, aseveró Alejandro Reyes González.

 

 

De otro lado el analista especificó que si bien no hay una economía de guerra visible, si ha habido unas decisiones explicitas en algunas economías de mejorar sus temas de defensa, algo que se ha notado especialmente más en Europa porque el conflicto entre Ucrania y Rusia ha llevado a que haya una decisión trascendental de los gobiernos europeos en el sentido de fortalecer sus aparatos defensivos. Para el Economista Principal de BBVA el tema en efecto se ha sentido y a movido esas líneas, pero determinó que esas acciones no se pueden ver como un espíritu inminente de que el globo vaya en la dirección de una gran guerra.

Vio con buenos ojos la reunión reciente entre Estados Unidos y China que permitió acercamientos de posiciones lo cual les baja la tensión a eventuales conflictos por el tema de Taiwán. De todas maneras, reconoció Reyes González, eventualmente si hay momentos de tensiones mayores de la geopolítica, pero descartó que el mundo esté en un punto de escalamiento tan complejo como para llegar a un conflicto más global.

 

“Un buen ejemplo es lo que está pasando en Palestina con Hamas porque al comienzo hubo mucha preocupación por cómo podría escalar el aprieto, pero los mismos países cercanos han tratado de ayudar a bajarle el tono con las mediaciones porque entienden que el bienestar de todos depende de que todo eso esté un poco controlado y ojalá solucionado a futuro”, declaró el señor Reyes González.

 

BRICS, ¿un esfuerzo que no prosperará?

 

 

La asociación, grupo y foro político, así como económico BRICS + que a manera de acrónimo representa los cinco países fundadores, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero que abrió la puerta a nuevas naciones emergentes para potenciar las opciones de cada miembro con asistencia financiera en concluyentes proyectos, para Reyes no será un plan de largo aliento.

Sobre el tema el conocedor puntualizó que los ejercicios de asociación tienden a ser muy interesantes, pero afirmó que lamentablemente prosperan poco. Dijo que los países que hoy conforman los BRICS tienen un reto grande y expuso que el tratarse de economías importantes les puede ayudar en algo para mover la unión, empero, aseveró, son economías muy disímiles un tema que los complica innegablemente. Recordó que Europa terminó siendo exitoso por tener un ADN similar, algo que no se ve en el Mercado Común del Sur, Mercosur o la Comunidad Andina de Naciones, CAN, unos impulsos que no avanzaron porque si bien había entre los países matriculados mucho en común, las realidades sociales fueron y son demasiado particulares en cada país.

 

“Los BRICS tienen un gran reto hacia adelante, pero personalmente creo que son una fuerza significativa en lo económico y seguramente si logran acuerdos, así no sea una comunión completa, sin embargo, que afiancen acuerdos comerciales o en determinados frentes económicos, seguramente van a mover la aguja en el panorama global por su tamaño, definitivamente”, vaticinó el Economista Principal de BBVA Research.

 

Economía extractiva seguirá vigente

 

 

En opinión de Alejandro Reyes, las economías sumarán fuerzas para crecer y abastecer en todos los frentes, pero detalló que las extractivas no solo hay que pensarlas desde la tribuna de los combustibles fósiles sino también abordando los metales que resultarán vitales en la transición energética. En ese punto, detalló, en Latinoamérica está el triángulo del litio en el sur que seguramente si se usan bien esos recursos, serán dineros que sacarán de la pobreza a mucha gente y que llevarán prosperidad a las naciones. El asunto es definir el cómo se usan los dólares que llegan por actividades extractivas y determinar si hay o no una bonanza, pero infortunadamente ese boom de materias primas no lo ha aprovechado América Latina.

Reyes González agregó que hay otros temas en donde Latinoamérica tiene mucho que aportar, uno es el agro, la transición energética y el turismo, todos sectores que pueden aportar valor para la economía de cada uno de los países de la región, pero igual para la economía global. Acentuó que el ejercicio no es pensar excluyentemente, sino propender para que coexistan A y B para fructificar lo que ya está andando para apalancar eso que hace falta por funcionar. Apuntó que tanto en agro como en turismo debe haber inversiones para impulsar crecimiento y posicionamiento y eso, ratificó, puede salir de las rentas extractivas que no deben satanizarse sino hacer uso de ellas para lograr de manera paralela una transición tranquila y apropiada porque de hacerse con celeridad vendrán problemas tenaces para Colombia particularmente.

 

Cadenas regionales de valor, tremenda oportunidad

En medio de los apuros y los retos, una opción que se abre paso es la de acudir a las cadenas regionales de valor, un tema en el que se hace un trabajo juicioso en el mundo entero.

 

 

A criterio de Reyes las cadenas regionales de valor serán una oportunidad monstruosa hacia adelante y para ello, apuntó, Colombia tiene una gran ventaja por estar relativamente cerca a uno de los principales mercados del mundo y no tan lejos de otros como pasa con Europa, de todas maneras, recalcó, se viene una gigante opción en ese frente y ya México lo está sintiendo, país que muestra números muy atractivos de crecimiento, especialmente en los dos últimos dos trimestres porque ya empezaron a darse inversiones en temas asociados con las cadenas de valor, algo más común en la parte norte del país azteca.

Dentro de su análisis, el Economista Principal de BBVA Research, estimó que seguramente los mexicanos no estarán en capacidad de atender ese mercado exclusivamente y Latinoamérica tendrá que jugar un papel protagónico con Colombia a la cabeza.

Ese cambio de paradigma, razonó Reyes, es bueno y anotó que ojalá no se desvié hacia la desglobalización, es decir el cierre de las fronteras totalmente, el no hacer comercio abiertamente porque eso sí, manifestó, no le conviene al mundo en general. Añadió que la historia económica, 300 o 400 años han mostrado que las bonanzas vienen de lograr buenos procesos de comercio global, algo en lo que Colombia debe estar involucrada y entrar decididamente en ese juego, obviamente, trazando unas políticas estructurales para mejorar la competitividad y la productividad en el país porque a la fecha no hay condiciones cuantitativas o eficientes para llegar con productos a los mercados desarrollados, sin embargo, opinó, se podría hacer con inyecciones importantes de capital para estar en las renombradas cadenas de valor.

Para el BBVA Research hay mucha tranquilidad porque Colombia mostró una resiliencia importante en postpandemia, desde luego asumiendo el tremendo guayabo por haberse excedido en algunos gastos, pero subrayó que el país dejó ver de manera destacada, fortaleza, estoicismo, superación y una manera admirable de sobreponerse a la adversidad, algo que permite percibir con optimismo que hay oportunidades para recomponer el repunte económico hacia adelante y varios puntos en donde puede prosperar y allí repitió, la inversión será fundamental para mejorar en productividad y competitividad, algo que no depende exclusivamente de las tasas de interés sino del ahorro nacional mejorado, la confianza y la llegada de capital a las cadenas de valor que se quieran crear, sin duda una dura tarea que de hacerla al derecho será el gran determinante entre tener una economía con gran futuro o caso contrario otra en aguas tibias y creciendo a niveles históricos que para el caso colombiano no pasa del tres por ciento cuando al país le va bien.

 

Otra meta, el mega-desarrollo, una opción, las concesiones

 

 

Uno de los inconvenientes de Colombia es la falta de infraestructura, la pobreza logística y la carencia de bienes públicos y dotación del agro. Dentro de los errores históricos está el marchitamiento del ferrocarril y la subutilización del modo fluvial teniendo en cuenta que los colombianos cuentan con numerosos ríos.

Por toda la experiencia amarga con la corrupción hay varios mecanismos para lograr desarrollo y el sistema de concesión chileno que logró sendas soluciones con inversión exógena para el caso del metro de Santiago, por citar un ejemplo, un modelo en donde no hubo deudas, se cumplió con el cronograma de trabajos y en donde la gente se moviliza sin inconveniente alguno. A juicio del Economista habrá momentos en que se requerirá de la fuerza del Estado porque no todo es financieramente viable en el corto plazo y como pasa con el agro, Colombia necesitará muchas inversiones para que logre despuntar la economía rural, unas capitalizaciones que no se rentabilizarán en el corto plazo y que piden el concurso de los gobiernos con vena o vocación agraria. Par un desarrollo integral y consecuente, afirmó Reyes, debe haber una mezcla de esfuerzos y deploró que el país tenga un presupuesto muy limitado en la inversión pública y ante la ausencia de billetera infinita, sugirió ajustar los gastos de funcionamiento, es decir un Estado más moderado, pero con mayor foco en la inversión que solicitan los bienes públicos inexistentes, recursos que deben estar acompañados de capital social, eso para poder proveer mayor bienestar al colombiano de a pie, totalmente diferente a uno que quiera gastar y tener una gran contratación.

 

Microcrédito, toda una revolución mundial

El mundo y el país muestran una revolución ecuménica con el microcrédito, tema que empezó con las microfinanzas en el Reino Unido en donde se concibió, pero que fue materializado en África cuando se llevaron recursos a comunidades con muchísimas limitaciones, un modelo que mostró que hay otras maneras de llegar a las personas más necesitadas, algo que se combinó con la tecnología que repuntó en los últimos años, una mixtura perfecta para cerrar las brechas existentes.

 

 

Reyes precisó que la gente debe saber que los bancos no prestan su propia plata sino los recursos de otras personas lo que obliga a ser absolutamente responsable y hacer créditos confiables, eficientes y sin contratiempos, un tema que solo se logra con mucha información, la gran falencia de las economías informales o populares, sencillamente porque se necesita conocer bien las realidades y capacidades para poder liberar recursos y en la medida en que eso mejore con la mano que da la cada vez más sorprendente tecnología, habrá un escenario muy factible de gran crecimiento y penetración de los recursos de la banca que son mucho más económicos que las alternativas ofrecidas a los colombianos más vulnerables.

 

“Le pongo un ejemplo, usted puede comprar una moto a crédito, con el concesionario o con la tienda que representa la marca y el costo financiero es sin duda agua y aceite porque resultan muy diferentes y la gente no llega a un banco a comprar esa misma motocicleta, eso porque no hay información y en esas condiciones no se presta, un punto en el que todos debemos mejorar. De hecho el sistema de pagos de bajo valor es fundamental porque abrirá el mundo financiero a todo un ecosistema financiero por el punto de entrada que es conocer las transacciones del cliente, saber qué actividad económica tiene y de dónde provienen sus recursos, dicho en otras palabras, ya se puede conocer a una determinada persona para poderle otorgar un crédito en condiciones más favorables de lo que puede tener hoy en la economía subterránea, en la informalidad y en los temas de gota a gota”, explicó Alejandro Reyes.

 

Al tocar el tema del gota a gota, el Economista Principal de BBVA Research, dijo que ese pulso con los ilegales ha sido difícil de superar teniendo en cuenta que la profundidad del sistema financiero es mayor, especialmente en los productos llamados activo, por ejemplo, cuentas de ahorro y cuentas corrientes. El mismo gobierno después de pandemia, registró, ayudó mucho con la dispersión de subsidios a través del sistema financiero, un primer paso para conocer a las personas y permitirles llegar al segundo paso que es poder reemplazar esas fuentes de financiación más heterodoxas y ahí se puede estar ganando el pulso que actualmente se mueve a ritmo glacial, es decir muy lento, eso por la necesidad de avanzar en información, la que sí conoce quien presta en los barrios.

 

 

En el tema asistencialismo, el profesional dijo que evidentemente este sistema de ayuda pesa mucho en la escasez de mano de obra para el campo e inclusive para algunas empresas, un asunto, reseñó, que resulta muy complejo desde el punto de vista social ya que, según la data consultada, el costo de oportunidad para que una persona entre al mercado laboral, de buscar, se ha subido mucho con los subsidios que se han venido otorgando, no de ahora, sino de tiempo atrás.

Expresó que Colombia tiene ya una tradición en mejorar esa red social desde hace mucho rato. Referenció el emprendimiento de años que se maneja en el gobierno, exactamente el Departamento Nacional de Planeación, DNP, para mejorar la focalización de los subsidios en Colombia, un esfuerzo que debe continuar porque los subsidios no deberían ser transferencias abiertas sino condicionadas, advirtiendo que hay grados de grados porque existen poblaciones muy vulnerables en donde un aporte sin condicionamiento les da para salir mínimo a buscar trabajo o la misma supervivencia en el rebusque porque en muchas ocasiones hay personas a las que el día a día no le da ni siquiera para poder tener un plato de comida en la mesa y por ese motivo algunas contribuciones bien focalizadas deberían mantenerse pues hay otros tantos casos en donde el subsidio está generando esa decisión disyuntiva de participar o no en el mercado laboral, situación no beneficiosa que debería condicionar la ayuda, algo que intenta hacer el ejecutivo desde hace un buen tiempo, pero materializar esa labor, dijo Reyes no es un asunto sencillo por lo que debería ser un esfuerzo definitivo a futuro para orientar mejor los subsidios o beneficios en Colombia.

Para el BBVA Research hay una recuperación económica gradual y por eso estimó necesario hacer algo desde los sectores público y privado para que el tema no sea tan paulatino y lograr un 2025 más espectacular y cercano al potencial. El banco reconoció la responsabilidad que ha mostrado el ejecutivo en temas fiscales y reiteró que el futuro está en el campo por las necesidades que se darán y destacó lo hecho por Brasil, un vecino que creó una capacidad agrícola impresionante. Deploró la entidad financiera y su grupo de análisis económico que el conflicto armado hubiese impactado tan seriamente al campo, de todas maneras, reconoció la reacción productiva en momentos de pandemia cuando respondió con creces. Hoy el agronegocio, aunque despacio, sigue creciendo, sin negar que siguen faltando infraestructura y bienes públicos.

Finalmente dijo que el 2023 fue un año de desaceleración en el crecimiento de la cartera de consumo y aumento en la morosidad porque hay familias que no han podido pagar por el aumento en las tasas de interés y de todo lo que tiene que ver con alimentos.

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