El cooperativismo ha acompañado al hombre toda la vida, de hecho la unión hizo la fuerza y gracias a la suma de esfuerzos y manos vino la caza, también la agricultura y la cría de animales de granja, prácticamente el neolítico marcó un hito en esa ayuda mutua que ya se daba como homínidos desde los árboles y la vida en la sabana, solo que con las prácticas de cosecha y acopio se dio paso no sólo a un salto en evolución sino a la conformación de grandes sociedades y pueblos establecidos en la vida sedentaria y mutual.
Hablar de cooperativas puede demandar todo el tiempo del mundo, pero lo real y verdadero es que desde los siglos XVIII y XIX las cooperativas han logrado forjarse de manera mucho más organizada dejando ver que la suma de ahorros y labores labra de mejor manera los caminos al desarrollo. Así se vio en Escocia y Reino Unido, de hecho, en Inglaterra fue fundada en 1844 la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale, considerada como la primera cooperativa moderna en el globo. Sin embargo, uno de los grandes paradigmas de cooperativismo se vio en Escocia con la Sociedad de tejedores de Fenwick creada en 1761, dio de qué hablar. En ese tiempo los hiladores pudieron articularse para adquirir y vender avena a precios favorables.
Vino la expansión cooperativa por todo el mundo, abrieron entidades en Europa, Norteamérica y Japón, pero poco a poco arribaron a Latinoamérica y otras latitudes, gracias a trabajos espectaculares como los hechos por Robert Owen, un reformador social y empresario conocido como el padre del socialismo británico igual por los aportes del alemán Friedrich Wilhelm Raiffeisen gran impulsor del sistema cooperativo de ahorro y crédito sobre la base de iniciativas de autoayuda y responsabilidad, fue pionero en la mutualidad agrícola.
Como se aprecia el mundo no para, las cooperativas siguen creciendo o creándose en los cinco continentes, el modelo ha mostrado sus bondades y por eso las grandes naciones no abandonan ni se despegan de una manera colectiva de prosperar, amén de algunos errores o inconvenientes de coyuntura. Con todo y lo sucedido en el siglo XIX, en 1895 nace la Alianza Cooperativa Internacional, ACI, una organización de gran calado que representa y defiende el sistema de asociación.
La historia de las cooperativas como entidades especializadas en ahorro y crédito empieza a contarse en el amanecer del siglo XX toda vez que se constituyen las primeras mutuales, después amparadas con legislación y leyes muy puntuales para este tipo de asociaciones. Según los registros la primera cooperativa fundada en Colombia en 1925 se ubicó en Firavitoba, Boyacá, por iniciativa del predicador Adán Puerto, la entidad se orientó hacia el ahorro y crédito. Los que conocen el tema a profundidad recuerdan que en 1931 fue aprobada la Ley 134, primera legislación cooperativa colombiana que desde luego trazó el inicio y la ruta del cooperativismo en el país expresada en transporte, agricultura, educación y productividad empresarial.
Para los expertos, la Ley 134 colocó la primera piedra para el desarrollo del cooperativismo nacional que mostró con creces un marcado protagonismo en los entornos económicos y de bienestar social. No se puede olvidar que una persona vital para el impulso del modelo cooperativo fue el general Rafael Uribe Uribe, quien en 1904 adelantó estudios sobre este tipo de entidades reconocidas y diferenciadas sin ánimo de lucro, esa semilla cooperativa del entonces presidente de la República fue sembrada con todo éxito por el padre clérigo Adán Puerto.
Colombia tuvo en su momento un apogeo de cooperativas que se ubicaron en el segmento de ahorro y crédito bajo un esquema cerrado, pero después aparecieron las de corte multiactivo. En el camino hubo inconvenientes para la integración cooperativa y solo en los umbrales de los años 50 ve la luz la Unión Cooperativa Nacional, Uconal, erigida en 1959, entidad que en 1960 vio el nacimiento de la Asociación Colombiana de Cooperativas, Ascoop, aparecen después en la misma década la Central Cooperativa de Desarrollo Social, Coopdesarrollo y el Instituto de Financiamiento y Desarrollo Cooperativo de Colombia, Financiacoop.
Siguen brotando entidades cooperativas financieras y se reporta el surgimiento del Banco Cooperativo de Colombia, Bancoop y de Seguros La Equidad, pero igual fueron llegando al mercado otros actores apalancados en la figura cooperativa.
El país, que contó con el Consejo Cooperativo Colombiano decidió dar un giro y rebautizarlo como Confederación de Cooperativas de Colombia, CCC, hoy Confecoop.
El cuento es largo y como dijimos da para un muy, pero muy largo rato, lo cierto es que tras él hay sonrisas, esfuerzos, momentos difíciles, momentos, semblanza, gran retrospectiva y hasta lágrimas. Hoy el sistema cooperativo de ahorro y crédito vive otra realidad y sigue ajustando y optimizando para llevar confianza sobre pilares de solidez y buenas prácticas. De todas maneras, el momento es difícil, país y mundo no la pasan bien y por eso voces autorizadas invitan a tomar las respectivas precauciones.
En charla con Diariolaeconomia.com, el experto y reconocido hombre del cooperativismo Francisco Estévez, hasta hace poco exgerente técnico de la Federación Colombiana de Cooperativas de Ahorro y Crédito, Fecolfin, afirmó que como en todo sector, las alertas tempranas son trascendentales porque si bien hoy hay indicadores que no son de extrema preocupación si advierten sobre cautela como también manejos adecuados y por esa vía tener mucha prudencia en el momento de manejar el peculio de los socios que finalmente termina transformándose en créditos que deben regresar a la caja de las mutuales para poder responder a los ahorradores. Así las cosas, apunto, se tiene claro que la herramienta que muestra indicios o señales de una situación o resultado, está en dos dígitos para el entorno cooperativo, en un promedio del 10 por ciento para las cooperativas de los segmentos medianos y del ocho o nueve por ciento en las cooperativas que se ubican en fracciones altas o plenas.
“Creo que no nos podemos dejar seducir por el encanto de dichas cifras, sino que debemos tener serias actividades de prevención para que la cartera en riesgo, especialmente la de consumo y algo de la comercial, no se vea afectada por malas políticas de crédito o precaria originación de esos préstamos, término financiero que se relaciona con el proceso de identificar, desplegar o mostrar estrategias y soluciones a clientes potenciales o ya usuarios del portafolio de las cooperativas, todo un compendio de cuidado que lleva a crear muy buenas relaciones con los tomadores de empréstitos, adelantar estudios de mercado y sin duda a evaluar riesgos, no en vano la palabra se sintetiza en el primer paso en el ciclo de las operaciones inherentes al contexto financiero”, explicó Francisco Estévez.
Lo anterior, aseveró, conlleva a una revisión permanente de las políticas y reglamentos de crédito para minimizar el riesgo y reducir el impacto que se pueda tener hacia el futuro, de tal manera que para el cierre del segundo semestre, es decir, lo que se avizora hacia diciembre, es que las cooperativas con las nuevas normas de la Superintendencia de la Economía Solidaria y con la puesta en marcha del modelo de pérdida esperada, tienen que provisionar en la eventualidad que reporten mucha cartera expuesta y en consecuencia ese depósito o aprovisionamiento afectará los ingresos, es decir que las mutuales deben cuidar y optimizar su manejo de cartera , empero también tener mucha precaución con los créditos grandes ya que se pueden ver trastocados por las insolvencias tan de moda por estos tiempos.
Sobre el asunto, Estévez recalcó que las cooperativas no pueden absorber esas cantidades o volúmenes de cartera, de insolvencias o empréstitos de gran tamaño puesto que, a su juicio, las asociaciones están hechas para llevar créditos de consumo y solucionar las necesidades de sus asociados y sus familias, pero insistió que cuando se va a créditos en donde no se tiene la experiencia como acontece con la colocación comercial, el tema, advirtió, puede afectar. En su análisis estimó que el crédito de vivienda hay menor apuro porque son pocas las cooperativas que entraron en esa línea.
El microcrédito o crédito de la economía popular, explicó, puede tener, amén de su bajo monto, riesgos, dependiendo del método que se tenga de colocación en vista de que, si la técnica no es clara, necesariamente se tendrá que invertir muchísimo en las fuerzas comerciales y evitar llevar a las provisiones créditos que sean impagos.
El tema, insistió, no es prestar por prestar sino saber a quien se le desembolsarán recursos, tener todas las referencias posibles y hacer una juiciosa trazabilidad del cliente. Haciendo desde luego uso de las herramientas tecnológicas de punta para no pecar. Reiteró que por eso se ha venido insistiendo al interior del sistema cooperativo sobre la importancia de la digitalización para poder prevenir conjuntamente con los modelos de pérdida esperada y otros vigentes actualmente que fueron reglamentados por la Superintendencia así como la evaluación de cartera para no hacer concentraciones masivas de la misma en un grupo de sujetos privilegiados que generalmente cuentan con un historial positivo, pero muchas veces por el afán de colocar más dinero, las cooperativas vuelven a hacer los “retanqueos” logrando copar las capacidades de pago de los deudores y empujándolos a la morosidad.
Hay situaciones complejas que encienden las alertas
La actual realidad global que obligará a experimentar cambios con las decisiones económicas de Estados Unidos, país que unilateralmente subió los aranceles, llevando a su fin los acuerdos comerciales, espetando la confianza y dejando en la más lamentable situación la multilateralidad, traerá consecuencias y un difícil reacomodamiento global que implicará grandes soluciones o una hecatombe fiscal y social porque finalmente serán los estadounidenses quienes injustamente paguen los platos rotos de los caprichos nacionalistas de Donald Trump a quien se le olvidó en donde se dio impulso al libre comercio.
Hay problemas, pero los países de manera individual, algunos en bloque ya miran la forma de paliar el frenazo en el comercio internacional, la caída en los ingresos, mayor desempleo y por consiguiente marchitamiento de la demanda frecuente, una contracción que se reflejará en las economías que causará dolores de cabeza como apretón del cinturón en los hogares, menos solicitud de crédito o problemas a la hora de pagar las obligaciones financieras.
Hoy con los cambios que se están viendo y con la tendencia de los mercados, detalló Estévez, hay que tener la mayor prudencia porque a criterio del contertulio, el aparato productivo del país, no solamente en la generación del crecimiento del PIB que no ha sido el mejor de los últimos años está diciendo que la economía no se encuentra en su mejor momento. Eso sí, reconociendo que la inflación se ha mitigado sin tener certeza del por qué se tiene ese indicador en niveles bajos.
Añadió que con la reforma laboral y otras iniciativas ejecutivas que se tienen, el país puede aumentar las cifras de informalidad, un entorno económico negativo porque al no haber nuevos empleos con todo el potencial de crecimiento en Colombia, puede poner al país en una pendiente muy difícil en lo que tiene que ver con el repunte sostenido en la llamada expansión económica.
Sobre el espinoso asunto, el experto en cooperativas financieras expuso que efectivamente tanto los nuevos aranceles del gobierno de Estados Unidos como el bajo crecimiento de las exportaciones locales, puede poner en riesgo un apreciable ingreso de divisas que permita monetizar recursos e irrigarlos y beneficiar a toda la población colombiana que tiene grandes necesidades, no solo en materia de consumo, sino en los emprendimientos o nuevos proyectos que son necesarios para bajar los índices de informalidad en la economía, algo que puede pasar en un futuro cercano.
¿Crisis en el ahorro?
Colombia ha venido mostrando de manera preocupante una caída alarmante y sostenida del ahorro, un problema que se refleja en el ánimo de las personas que no pueden cumplir sus metas, alcanzar sueños o simplemente expresado en la inestabilidad emocional por la carencia de recursos o respaldo para cubrir obligaciones, muchas de ellas inaplazables.
Frente a este escenario, Francisco Estévez puntualizó que la propensión marginal que el país tiene en materia de ahorro respecto de los ingresos en la economía laboral tiene una limitación y es el incremento de los costos en los bienes y servicios, pero también en los valores de los insumos para la obtención agropecuaria y la misma transformación, algo que muestra a las claras que el costo de vida ha subido y que en efecto se compran productos a mayor precio en los centros de distribución.
“La cifra de costo de vida debería decir lo contrario y ratificar que no tenemos una inflación acelerada, sino que podemos estar viviendo un fenómeno de inflación por costos que no se reflejan necesariamente en las cifras que publica el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, pero hay que ser muy cuidadosos e incentivar nuevamente el ahorro porque cuando no se tiene esa línea de defensa entonces habrá que recurrir forzosamente al endeudamiento y lo cierto es que lo ideal es buscar la independencia económica, es decir que no podemos estar en todas las etapas de la vida endeudándonos por los costos que tiene el dinero. En este momento el Banco de la República ha mantenido las tasas estables, sin embargo, aún no hay ningún alivio para que los tipos de interés sigan bajando porque es responsabilidad inherente del Emisor controlar la inflación y ese indicador al alza sin duda atenta contra la formación del ahorro”, agregó Estévez.
Al hacer la pregunta de quien ha desaprovechado más, el gobierno a las cooperativas o las cooperativas a un mandato social, Estévez respondió que sin vacilación alguna la administración actual intentó que todos los proyectos de economía popular pasaran por el sistema cooperativo lo que en opinión del docto fue algo muy importante porque hubo recursos en los emprendedores y MiPymes con créditos de bajo, mediano y alto monto para darles una mano a los segmentos de población menos favorecidos en donde se tienen muchas iniciativas empresariales o comerciales pequeñas y eso deja ver, expuso Francisco Estévez, el tema está distribuido tanto en lo rural como en lo urbano, pero lamentó que los cupos fijados por el ejecutivo no fueron suficientes como pasó con Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario, Finagro o con la Banca de Desarrollo Territorial, Findeter, en donde todo se agotó muy rápido y la plata resultó insuficiente porque el dinero se consumió en su totalidad y alcanzo hasta la vigencia pasada o año 2024. El versado en cooperativas aclaró que si se habla de los cupos mínimos o de los fondos de garantías también se encontrarán apuros ya que los respaldos asimismo bajaron porque no hubo más plata del gobierno que dejó la olla raspada, mandato que si bien tuvo una buena intención la gasolina apenas alcanzó para dos años y medio del periodo presidencial, luego se presume que ya para el final no habrá la misma cantidad de recursos, es decir que ahora la captación de ahorros está muy concentrada en los Certificados de Depósito de Ahorro a Término, CDAT o de los mismos Certificados de Depósito a Término, CDT, de las cooperativas que están más o menos en un 80 por ciento lo que indica que el ahorro puro o de libreta es de tan solo del 20 por ciento con otros mecanismos de capital o conservación de tipo programado.
Todo ese panorama, apuntó Estévez, dice que el país está frente a un escenario que no es fácil el cual conlleva a la cautela y el máximo de cuidado por las mismas exigencias de la economía para poder financiar el ahorro y tenerlo como parte del motor fundamental de la economía.
Préstamos gota a gota irregulares tendrían los días contados
Finalmente Francisco Estévez expresó que sigue preocupando el gota a gota, al parecer la única salida para algunas capas de la sociedad que deben apartarse del peligroso mecanismo, porque el crédito de usura que se configura en esa modalidad de préstamo no invita a que la gente acuda a esa inexistente solución porque no alcanzan ni alcanzarán los ingresos canalizados para cubrir los leoninos empréstitos que tan solo enriquecen a unas personas inescrupulosas que hacen uso de la intimidante opción.
Precisamente en septiembre o posiblemente en octubre la firma SERLOGYC realizará un seminario de crédito, cartera y cobranza al que asistirán invitados de Paraguay y Bolivia, precursores del manejo gota a gota, pero a diario y totalmente legal, sin ningún tipo de mecanismo coactivo o que represente amenaza. Allí expresó Estévez, hay una buena oportunidad para observar el modelo y adaptarlo a las necesidades tanto de la demanda para ese segmento como de otros actores, eso sí viendo si se puede acomodar a la normatividad existente en Colombia que no permite colocar créditos de ese tipo más allá de los términos de usura definidos o trazados.
“El crédito gota a gota se volvió un producto colombiano de exportación en Centroamérica y algunos países suramericanos con graves riesgos porque atenta contra la vida de las personas que optan por recurrir a esa temeraria instancia crediticia. Sabemos que hoy demasiados ciudadanos están afrontando situaciones calamitosas por llegar a un grupo de usureros con recursos que nada bueno le llevan a las comunidades”, manifestó el analista y experto en cooperativismo Francisco Estévez.
Estévez es un hombre de consensos, trabajo en grupo y amigo de la economía popular en donde estima que las cooperativas son ese motor vital para promover la formalidad, el emprendimiento y los proyectos productivos que demandan capital para poderse afianzar.
Esta maravillosa persona dice que ya cumplió buena parte del recorrido profesional y laboral por lo que ahora su acumulación de conocimiento y experiencia está orientada en dos frentes, uno, poder registrar a través de la historia todo ese cúmulo de saberes y anécdotas para que hasta el mínimo detalle quede plasmado posiblemente en un libro, por otro lado, anhela compartir su erudición, competencia e instrucción con las instituciones, líderes de los consejos de administración y gerentes para contar con un acerbo de conocimiento que permita fijar los derroteros por donde se debe ir y obviamente los que se deben evitar.
“En esa tarea estoy actualmente, compartiendo todo lo que aprendí durante años y apoyando algunas instituciones que sirven al cooperativismo de ahorro y crédito”, Concluyó Francisco Estévez.