Viernes, 06 Marzo 2015 09:22

El Tequendama, un hotel de ayer para hoy, mañana y siempre

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No se equivocan quienes dicen que el Tequendama es la joya de la corona de la hotelería colombiana.

 Nadie imaginó en épocas de la conquista y la colonia que en Santa Fe de Bogotá, en las vecindades muiscas montañosas del invierno, habría de erigirse con los años un emblema de gran valía para la ciudad, para el país y para la región. El Hotel Tequendama cumple 62 años y tiene la particularidad que desde sus habitaciones permite ver el desfile de historia, cultura y paisaje que lo afianza como ese gran patrimonio de la capital.

En cada una de sus lujosas y confortables habitaciones se respira un aire fresco y puro que se mezcla con el humor perfumado del pasado y de la grata recordación. Sus pasillos y salones, aprovechados en una ambiciosa extensión, dejan contemplar esos fantasmas precolombinos. Aún se escuchan los relinchos de los caballos de la conquista y la exacerbación de cada uno de los centauros indomables, por usar una frase de Rafael Núñez.

No menos visible es el paso a lomo de mula de los criollos de la colonia, esos del Cabildo Abierto, de los adeptos de la causa libertadora y de los tiempos de la república con hegemonías, olimpos y regeneraciones.

Dicen quienes moran en el sector de San Diego, que se escucha raudo el eco del tranvía y las consignas liberales de la loca Margarita. En fin, el Tequendama, el gran hotel, ha visto pasar historia e inclusive hace parte esencial de la misma, no en vano en tiempos antiguos, en sus predios funcionaron la Escuela Superior de Guerra, la Escuela Militar y el ministerio de Guerra. Con el desarrollo del Hotel Tequendama, se dio inicio al imponente Centro Internacional.

En diálogo con Diariolaeconomia.com, el gerente del Hotel Tequendama, General, Orlando Salazar, comentó que la historia del hotel es muy especial y curiosa por cuanto en 1948 llega a Bogotá Pan american Airlines (Panam), la aerolínea, para ese momento, más famosa del mundo. Tenía interés en el mercado bogotano más con el final de la segunda guerra mundial en donde en Estados Unidos pensaban en donde pasar las vacaciones pues Europa estaba casi que en cenizas y en plena reconstrucción, fue allí cuando pusieron sus ojos en América Latina y es justo allí en donde el presidente de la afamada aerolínea, de manera increíble demuestra su gran apego y amor por Bogotá.

Alguien le dijo que en la ciudad había un sitio muy especial en donde se podría construir un gran hotel y esa idea se mezcló con las iniciativas del gerente de la caja de retiro. Se llega al sitio, a San Diego, en donde operó también una unidad de caballería y se acuerda la construcción de un megaproyecto hotelero, declaró el general Salazar.

El gerente del Tequendama evocó que uno de los grandes inconvenientes del momento era la escasez de dinero para cristalizar el gran proyecto y fue cuando apareció el Ex-Im bank de Estados Unidos quien a través del presidente de Pan American y del director de la caja de retiro gestionaron el crédito de 12 millones de dólares que demandó la obra. Ese empréstito contó, inclusive, con el visto bueno del presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, como quien dice que ese desembolso y la construcción del Hotel Tequendama recibieron su bendición en el Salón Oval de la Casa Blanca.

“Al empezar la construcción hubo celeridad y es así como se desarrolla un piso por semana de este gran hotel. El hotel se culmina en mayo de 1953 y se hace la apertura en la presidencia interina de Roberto Urdaneta Arbeláez porque el Presidente, Laureano Gómez, estaba de licencia por enfermedad. Desde ese momento el Tequendama ha estado afiliado a la cadena Intercontinental a la cual sigue afiliado después de 62 años. Esta cadena es la más grande del mundo, firma que tiene no menos de 700.000 habitaciones en oferta, haciendo presencia en más de 120 países en donde opera 24 horas al día, siete días a la semana y 365 días al año”, apuntó.

Sostuvo que no hay evento en los siglos XIX, XX o XXI de importancia nacional e internacional que no haya tenido como sede el Hotel Tequendama, lo anterior por su enorme capacidad con 573 habitaciones y 286 suites en el edificio norte, lo hace al hotel, el más grande de América Latina.

Además de toda esa oferta, el Tequendama cuenta con 42 salones lo que lo consolida como el de verdadero centro de grandes eventos y convenciones, al que se le nota esa vocación.

Un hotel inspirado en los avances tecnológicos

El Hotel Tequendama fue concebido como el emblemático hotel en donde convergen respeto, servicio, confort y la más óptima atención, por ello desde sus albores fue vanguardista en avance, mejoras y adopción de tecnologías.

“Todo eso tuvo que ver con la elección de su nombre, porque Tequendama en muisca quiere decir puertas abiertas y en este caso son puertas abiertas al futuro, no puertas abiertas al pasado, miramos con respeto y devoción el pasado, pero estamos permanentemente visionando el futuro. Hoy el Hotel Tequendama es la gran matrona con 62 años, se mantiene actualizada, tiene la red de tecnología más avanzada por encima de cualquier establecimiento hotelero en el país, disfruta de cableado estructurado 6A, que no lo tiene ninguno por la enorme inversión en capital que se tiene que hacer y como si fuera poco ya muestra televisión interactiva sobre tecnología IP” comentó el señor Salazar.

Un gran cinco estrellas

El gerente del Tequendama afirmó que en las habitaciones del simbólico hotel se han hospedado personajes de liderazgo mundial como Jimmy Carter, Bill Clinton, Richard Nixon, el Dalai Lama, la reina Noor de Jordania así como artistas de la talla de Julio Iglesias, Raphael, Cantinflas, Chespirito y premios Nobel de Literatura, de Física y de Economía. También pernoctaron los astronautas del Apolo 11 como Neil Armstrong y deportistas de la importancia de Mariana Pajón, y jugadores reconocidos de la Selección Colombia entre otros.

Remembró aquella inolvidable fiesta de inauguración en el Salón Rojo del hotel, sitio emblemático por demás. Ese recordado baile fue amenizado nada más y nada menos que por la famosa orquesta de Lucho Bermúdez quien le compuso una canción al Hotel Tequendama con un número limitado de ese musical.

No fue solo un hotel, fue un hogar

Hablando en sepia sobre las cuitas del gran Tequendama, la pareja que más tiempo se hospedó en el hotel estuvo conformada por la señora, Betty Bells, quien era una francesa Judía de 48 años y su esposo de 36 años. “Estuvieron aquí por 48 años, pero hay personajes nacionales que llevan viviendo más de 30 años, por proteger su privacidad no puedo referir sus nombres, sin embargo, viven felices por el buen trato que reciben”.

Para el general, los precios y todo lo atinente a tarifas tienen un componente muy competitivo por cuanto se mantienen precios regulados que hacen del cliente del Tequendama un cliente fiel.

“Algo curioso del hotel es que tiene un sistema de piscinas que lava todo el aire que se trasiega por el emporio”, dijo.
El hotel, patrimonio nacional, es propiedad de la caja de Retiro de las Fuerzas Militares en un 94.92 por ciento, un 5.5 por ciento pertenece a la Agencia Logística de las Fuerzas Militares y hay un 0.03 centésimas que corresponden a unos accionistas particulares que provienen de herederos oficiales de los años cuarenta y cincuenta.

En esa interminable esquina del sector de San Diego, se muestra orondo el Hotel Tequendama, bendecido por los patrones de la Iglesia contigua y muy seguramente protegido por la Virgen de “La Piedra”. Al hermoso edificio lo circundan los cerros tutelares de la inigualable Bogotá que se tornan más espesos y verdes con el sol del presente estival. Hoy la ciudad luce como la más bella y flamante dama, todo porque camina de la mano del siempre esbelto y magno Tequendama.

 

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