Hablar de TECCIM implica pensar en desarrollo, tecnología, conocimiento, eficacia y soluciones para la industria. Se trata de una firma con más de 50 años que logró acopiar experiencia y afianzar un portafolio que impacta positivamente al sector primario, pero también a industrias sensibles y exigentes como la petrolera y gasífera. Esta compañía colombiana después de décadas de trabajo puso su nombre muy en lo alto por tener una acreditada y eficaz ingeniería, la mejor fabricación, montajes para grandes procesamientos y transporte, pero igual es sinónimo de mantenimiento y desafiantes procesos e instalación de infraestructura en plantas industriales.
La compañía es de muy buen recibo en el sector palmero ya que ha habido un acompañamiento por más de cinco décadas a la industria de palma de aceite en distintos países de América Latina pues no en vano ha diseñado y construido plantas extractoras, fabricado equipos de enorme rendimiento, lo propio ha hecho con los repuestos sin dejar de lado que TECCIM desde tiempos fundacionales viene haciendo análisis, seguimiento y mejoramiento a los procesos de extracción.
Las tareas se han cumplido a cabalidad y por eso la empresa que crece de manera permanente optó por ampliar su portafolio para llevar servicios y soluciones a la industria como un todo.
En charla con Diariolaeconomia.com, el gerente de operaciones de TECCIM, William Triana, aseveró que más allá de las coyunturas, las vicisitudes y un entorno geopolítico complejo, la compañía tiene proyectos en marcha mayoritariamente en el exterior en donde la empresa tiene muy buenas cifras y un comportamiento destacado. Reconoció que en Colombia la sociedad deja ver dificultades, pero indicó que es un mercado como el de la palma que suele ser cíclico en donde hay periodos con bajonazos, precisamente la atmosfera que le correspondió a TECCIM, empero confió en que regresarán los buenos tiempos a nivel local en tanto sigue consolidado el ejercicio en el exterior con unos clientes importantes que dieron la posibilidad de sostener el proceso productivo en la planta de fabricación así como también la oferta en ingeniería, de gran trascendencia en la compañía.
Triana expuso que la empresa sigue potenciando su portafolio y por eso la empresa se encarga de desarrollar procesos completos de ingeniería, fabricación y construcción. Añadió que TECCIM es una firma EPC que en inglés se conoce como Engineering Procurement Construction y básicamente construye los proyectos desde la prefactibilidad y factibilidad hasta la puesta en marcha y dentro de ello todo lo que implica desarrollar la ingeniería básica, de detalle al igual que la fabricación de todos los equipos y claramente la construcción de la planta, en este caso la extractora.
“Entonces todos estos factores están involucrados en las actividades que nosotros desarrollamos así mismo producimos equipos, trabajamos en ampliaciones de las plantas extractoras y elaboramos todos los repuestos para que estos núcleos de procesamiento o transformación se mantengan en plena operación”, declaró el señor Triana.
La compañía tiene como una de sus funciones la extracción de aceite de palma porque igual tiene un ambiciosos portafolio para la industria petroquímica o de gas y petróleo en donde también se fabrican estructuras metálicas, spool de tubería que contempla válvulas, accesorios, bridas y codos, toda una dinámica en la elaboración de soportes de tubería.
Agregó que usualmente las compañías que son más internacionales y generalmente más robustas, contratan con empresas como TECCIM para la fabricación de paquetes mecánicos como lo es producción de tubería, de soportes como también de estructuras metálicas para interconexión de equipos.
La compañía igualmente fabrica los tanques de almacenamiento para aceite de palma y aceite de palmiste, todo de acuerdo a la capacidad de la planta extractora que finalmente determina cuál será la capacidad de los tanques de acopio que igual serán diseñados teniendo en cuenta el tiempo en el que se quiera almacenar el producto, básicamente rotación.
Un proyecto trazado, diseñado y construido tiene un valor relativo y acorde con el tamaño y la capacidad de la planta extractora y por eso se pueden tener factorías de cinco toneladas racimo fruto fresco hasta de 120 toneladas racimo fruto fresco y dependiendo de la instalación de producción, dependerá el costo por tonelada instalada de la planta extractora terminada. Según el experto se puede decir que una planta industrial de 30 toneladas podría costar alrededor de 20 o 25 millones de dólares incluyendo, todo, edificios auxiliares, todo el tema de tratamiento de aguas o biodigestores para captar gas y convertirlo en energía disponible para la industria o para la venta en el mercado energético.
Este costo, el de una planta completa, no solo de producción, incluye igualmente equipos satélites u oficinas satélites auxiliares, un montaje que incluye alta tecnología, automatización, cuartos de control centralizados e inclusive llevándolo a otro nivel que implica tecnología 4.0 en donde se intenta automatizar la mayoría de los procesos.
La idea hoy, explicó William Triana, es automatizar la mayor parte de la planta y por esa vía quitar la responsabilidad del operador con lo cual se disminuye considerablemente la posibilidad de errores humanos en el proceso productivo que es lo que finalmente les sirve a los socios y capitalistas que buscan un retorno de la inversión rápida y sostenible.
Para Triana es un orgullo decir que TECCIM es una empresa colombiana que nació en 2015, recordando eso sí que trae su know how de Consultécnica compañía que fue fundada en 1960, una empresa pionera en la construcción de plantas extractoras de aceite de palma en todo el país y a raíz de su cierre TECCIM decidió tomar todos los equipos, su reputación y experiencia lo que representó trabajar con un grupo de personas que manejaron la empresa anteriormente para garantizar el éxito de TECCIM, es decir que la empresa viene operando gracias al Good Will que se trae de muchos años, un activo de gran valor que habla de la calidad y confiabilidad de todo lo que construye y crea para la industria, esencialmente en el sector palmicultor, luego es importante recordar ese made in Colombia que cree mucho en el futuro de la industria del aceite de palma para lo cual la compañía labora e innova en la actualidad.
Es importante resaltar que las soluciones de la compañía están en varias naciones en vista que TECCIM ha hecho ampliaciones y proyectos nuevos en Perú, Venezuela y Centroamérica. Actualmente, y ese es su espectro de influencia, aclaró Triana, se busca llegar a los países africanos.
“Son palabras mayores y se trata de un mercado interesante puesto que estos países palmeros de África están incrementando la producción de aceite de palma, están creciendo en tamaño ello en término de plantaciones y como todos, sus empresarios están buscando opciones que sean realmente competitivas, con un respaldo y conocimiento en el desarrollo de productos. Adicionalmente estamos trabajando con factorías en Brasil por lo que queremos ampliar nuestras operaciones en este familiar y allegado país”, aseveró el gerente de operaciones de TECCIM William Triana quien participó en la 21 Conferencia Internacional de Aceite de Palma en Cartagena.
El directivo manifestó que los brasileros tienen muy buenas relaciones con las empresas malayas, sin embargo, aclaró que TECCIM está ofreciendo es ese valor agregado de desarrollar los proyectos de palma al estilo oíl and gas aprovechando que la firma tiene un background o experiencia en el campo petrolero y por eso se trata de adelantar proyectos de ingeniería de la manera más específica de tal modo que el cliente sepa exactamente cuánto le costará su plan, incluso antes de iniciar la ejecución.
Recalcó que, así las cosas, los desarrollos de ingeniería de detalle que TECCIM ejecuta no tienen nada que envidiarle a los de las compañías de petróleo y gas.
Expuso que cuando la firma cambió de razón social en 2015, pasó a ser Técnicos de Construcción Industrial, Mantenimientos y Montajes lo cual explica su sigla TECCIM y a partir del nuevo comienzo la firma empezó a ofrecer los productos, servicios y soluciones que tiene en portafolio.
La empresa ha hecho las cosas demasiado bien y por eso muestra en general un crecimiento exponencial porque ha habido muy buenas oportunidades y muchos abrieron sus puertas por toda la experiencia que se traía de Consultécnica y eso le permitió a la compañía posicionarse dentro del mercado como una de las sociedades más robustas en la construcción de proyectos de ingeniería completa.
La compañía que utiliza demasiado acero hace uso del producto nacional hasta donde sea posible en lo que tiene que ver con estructura metálica que se puede conseguir en aceros Paz del Río por medio de quienes hacen la distribución en la cadena productiva, una gran mayoría de acero y otras materias primas, anotó Triana, llegan desde China aunque para algunos equipos se hace necesario importar láminas con calidad europea, no porque el producto chino no sea capaz de soportar o dar el rendimiento sino porque para algunos clientes el bien europeo genera mayor confianza. Dependiendo de esos factores, comentó el conocedor, se ajusta la fuente de donde se consigue la materia prima y por eso se utilizan aceros inoxidables, aceros al carbono, laminas para la construcción de recipientes a presión como también aceros especiales muy cíclicos que tienen una composición particular, metal que trae molibdeno, cromo y níquel, material que ha dado mejor resultado con compañías de origen europeo.
La empresa como muchas en el mundo no están exentas de la incertidumbre que genera la geopolítica y las decisiones ejecutivas en materia de aranceles porque se rompen las reglas de juego y todos empiezan a cambiar sus maneras de producir y comercializar, sin duda palos en la rueda al libre comercio y a una globalización que está seriamente amenazada.
Sobre el tema, Triana afirmó que TECCIM compra algunos productos en Estados Unidos como bombas para las calderas y allí no hay inconveniente porque la adquisición no tiene gravamen, pero el problema es visible a la hora de exportar puesto que el arancel cero pasó a 10 por ciento y eso lo sienten las empresas de los diferentes sectores productivos. El gerente apuntó que por fortuna hay convenios que sirven de paliativo y ayudan como la que se tiene con el MERCOSUR que sigue dinámico y no pagando deudas, errores o déficits fiscales como los que dice el presidente Donald Trump, registra Estados Unidos, pérdida que debió asumir el mundo a la brava.
La empresa con su dinámica sigue exportando a Perú, Venezuela y Honduras en donde todo fluye sin que haya un impacto en los productos. Lo que se ha percibido, expresó William Triana, es que las monedas han empezado a variar, no solo el peso colombiano sino las de cambio con las que se hacen pagos cuando se importan de Malasia equipos, productos o piezas específicas, factor que logró alterar los precios los cuales han subido un poco.
Una pregunta que se hacen los agentes al unísono retumba en TECCIM, ¿por qué es tan difícil hacer empresa en Colombia? La idea es tener un país en donde la competitividad sea real, pero no con escenarios complicados por carencia de infraestructura, peajes excesivos y sumamente costosos, un ferrocarril que apenas empieza a renacer y que jamás debió perderse, pero además otras falencias y cargas recurrentes como las reformas tributarias que castigan inversionistas, empresarios, trabajadores y consumidores que deben asumir las cargas crecientes en impuestos y que omiten otras fórmulas adecuadas y perentorias como mayor control de la evasión, un lío de nunca acabar, bajar impuesto de renta en favor de mayor inversión y ofertas laborales, un IVA de un solo dígito sin diferenciales para canalizar mejores recursos y acabar con las gabelas o exenciones que según analistas cuestan más de 120 billones de pesos. En síntesis, una fórmula que habría que contemplar porque no ha habido una administración audaz que intente cambiar la receta, se sigue con la misma y el país sigue con retrasos, problemas de probidad y muy quedado frente a otros amigos de la región como Perú o Ecuador.
En opinión del gerente de operaciones de TECCIM, el gobierno y el Estado debería dar un apoyo decidido a los empresarios para poder seguir adelante y contribuir inclusive con la reindustrialización del país porque muchas empresas colapsaron por la creciente cascada de tributos, bajas ventas, contrabando y compromisos laborales imposibles de cumplir por la contracción en la demanda, algo que no hubiese sucedido con una política industrial de Estado que asistiera a quienes han puesto el pecho para que el país crezca, ofrezca puestos de trabajo y genere riqueza desde la tribuna formal.
“Nosotros somos una empresa mediana y entonces cualquier cambio que impongan nos afecta directamente. Con nuestra dinámica apostamos por más empleo, buscamos posicionarnos como una marca que pueda exportar y que afiance un nombre a nivel internacional, pero claramente hay algunos factores que impactan en nuestra competitividad. Hay aranceles que deberían existir para promover el desarrollo industrial nacional, pero caso opuesto permiten el ingreso de equipos y productos extranjeros a menores precios como pasa con los bienes de China lo que hace muy difícil competir con ellos y por eso los clientes tienden a buscar otros horizontes porque a los ojos de ellos los bienes locales son demasiado caros, de todas maneras necesitamos construir país y para eso es urgente tener tratamientos diferenciados que promuevan el desarrollo de nuestras compañías en el territorio”, acentuó William Triana.
Al ampliar su opinión sobre este tema, manifestó que sería fabuloso que a las empresas colombianas les dieran la oportunidad a través de subsidios, obtener materias primas a menor costo como debería suceder con el acero y ajustar aranceles para commodities, así como para producto terminado porque pueden llegar equipos de Malasia a la mitad del precio que se ofrece en Colombia en donde la fabricación es onerosa por temas ajenos a los empresarios que deben ser protegidos por los impuestos de aduana y por esa vía poder crecer, garantizar sostenibilidad y bajar precios con economías de escala, una bondad que redundaría en favor de los transformadores colombianos y de la hermandad latinoamericana.
En su análisis dejó ver preocupación habida cuenta que, si no se les pone freno a las importaciones asiáticas, habrá una invasión malsana de bienes exógenos obligando a cerrar empresas o a que las que sigan vigentes disminuyan sus tamaños. Otro fenómeno que se ha visto es que algunos que no pudieron con la competencia bajaron la persiana y cambiaron de nicho.
Insistió que si los gobiernos intentas superar los déficits con más impuestos a quienes generan empleo, será muy complicado que el crecimiento se pueda ver, la fórmula puede ayudar unos años, pero finalmente la inversión partirá o se desintegrará porque las condiciones son mínimas y los costos impositivos tremendamente elevados, una razón que argumentan quienes se fueron del país o están buscando destinos consecuentes, estables y rentables.
Los gobiernos, concluyó Triana, tendrán que hacer su mejor esfuerzo por el rescate de la industria privada que finalmente es la que promueve el desarrollo en todos los países.