Sábado, 06 Diciembre 2025 00:00

Política fiscal, gran reto del nuevo gobierno, hay serios líos: Restrepo

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Quien ocupe el próximo año la Casa de Nariño tendrá que llegar con una audaz y estudiada reforma tributaria, nada de improvisación, también deberá hacer recortes y aplicar austeridad.

Toda la vida desde que existe la especie humana en cualquiera de sus etapas evolutivas la economía ha sido relevante, no se habla de economía organizada a partir de los pueblos antiguos como Roma, Grecia, Egipto o Mesopotamia en donde existían tablillas 5.000 años antes de Cristo para registrar impuestos, préstamos o cosechas tal cual lo hicieron los egipcios. Sin duda, hacer sumas y restas y ahorrar para tiempos difíciles es tan arcaico como la gente no se alcanza a imaginar. En sus inicios la humanidad debió luchar contra la falta de recursos o alimentos, las actividades económicas nacen con recolección, caza y pesca, luego viene el trueque hasta llegar a sistemas mucho más confusos porque fue necesario tener dinero y con ello erigir y sostener sociedades, para ello era apenas consecuente comprender conceptos básicos como producir, transformar, emplear, generar desarrollo y decidir a diario con acierto para no colapsar.

En ese impulso fue importante el neolítico y la aparición de la agricultura que le fue dando forma a las nuevas naciones y a unos sistemas de administración mucho más rígidos y exigentes.

Los siglos pasan y con ellos van apareciendo nuevas formas de gobernar y generar política económica toda vez que del pago de impuestos y el acopio de cereales en los antiguos y milenarios pueblos se mutó a otras formas de producir y emplear personal, vinieron las revoluciones, la francesa, 1789 a 1799 y la industrial en Reino Unido, 1760 a 1840, en su primera fase, que mecanizó procesos y le dio todo el auge a la industrialización que aún sigue avanzando y repuntando en tecnología. Como se observa, la economía es una herramienta de vieja data, esencial en los manejos contables y en la adecuada administración de bienes y recursos. Como ciencia, la economía nace en 1776 cuando Adam Smith, padre de la economía moderna, en esa línea recta rumbo a finalizar el siglo XVIII, publicó su obra “La riqueza de las naciones”, una obra hecha para comprender el sistema de producción y los procesos de riqueza en los países.

Los expertos aseguran que con el libro de Smith se genera toda una disciplina indispensable para analizar con todo acierto el adelanto de los pueblos, las sociedades y su funcionamiento, pero también todo lo atinente a producción, distribución y consumo como factores esenciales en ese desarrollo.



 

La economía aporta eficiencia en los hogares porque regulariza el uso del ingreso laboral o estipendio, así como la compra de bienes y servicios, un proceso conocido como microeconomía. En lo que concierne a organización social, la economía es clave en el establecimiento y administración de la producción, asimismo en oferta de empleo, el manejo de recursos y la creación de entornos para el bienestar social, todo un encargo que encaja en la llamada macroeconomía.

Esta ciencia per se, es un instrumento que conjura inconvenientes porque facilita conocer, concebir y dar ideas para solucionar problemas, así como enfrentar los desafíos globales que desprenden de aspectos tales como pobreza, cambio climático y desigualdad, todo un camino para comprender el mundo, apalancados en conocimiento y datos poder tomar las más acertadas decisiones.

Hoy el país y el mundo no la pasan bien en el frente fiscal, hay riesgos y la posibilidad enorme de repetir la Gran Depresión de los años 30, esa que inició en 1929 con unos saldos lamentables. Hoy el globo está inmerso en una disyuntiva, seguir o no seguir con la iniciativa norteamericana que dejó de tener respaldos o reservas económicas, empleando la impresión o emisión de dólares para apagar incendios, un mecanismo que los países leyeron, llevándolos a tomar nuevas medidas, pagar productos en monedas distintas o locales como el yuan chino, rublos rusos, rupias de India y otras, pero apartándose de una divisa que ya no genera confianza, de un país que agotó su estrategia coactiva para canalizar recursos y de unos papeles de deuda que nadie quiere. En fin, que problemas más espinosos están en las manos de los encargados de las finanzas y que reto para la humanidad que ya entiende que hay ciclos que terminan, propuestas inviables y que, en definitiva, nada dura para siempre, le pasó a la intocable Roma de los cesares y hoy hay indicios que otra potencia decaerá o ratificará su inllevable momento.

No hay motivos para el optimismo, es urgente actuar con celeridad. Para algunos analistas, los BRICS son una respuesta a esa imperiosa necesidad de dar soluciones sin condicionamientos o amenazas, hay recursos, hay mentes brillantes y lo mejor, ganas de surgir apartados de la codicia, una vía al desarrollo y la dignidad de los pueblos que desde luego dependerán del capital, el comercio, los términos de intercambio, el crédito justo y una globalización para todos.

 

 

Muchos dicen que la multilateralidad no se acabó, se desgastó y desacreditó haciéndoles favores a unos pocos, aplicando políticas inequitativas e irrigando préstamos a tasas impagables, todo un problema antes que la gran solución para las naciones. Hay nuevos aires, los cambios están por llegar, atrás quedarán las desertificaciones, sanciones y restricciones. En pleno siglo XXI es inaceptable bloquear sociedades enteras para llevarlas a la miseria, el hambre y el sufrimiento culpando de la tragedia a los sistemas de gobierno, a esos que no piensan igual. No, es hora de exigir disciplina sin retaliaciones, pero con autoridad moral porque el mundo ya tiene claro que es potestad de toda la humanidad tomar decisiones en donde no hay patrones, reinados o mandatos abusivos.

Muchas verdades están por develarse, algunos casos pondrán a demasiados directivos y mandatarios en mazmorras porque hay eventos que no deben quedar guardados, sea el país que sea, es obligación de las autoridades actuar en nombre de la Constitución y proscribir las malas prácticas y la delincuencia de los gobiernos y administraciones, solo así habrá progreso, hoy la ruina de muchos es el auge de la corrupción de tantos que caminan descaradamente sin el mínimo remordimiento por la tragedia de los de al lado. Vienen tiempos interesantes, para los analistas los retos son gigantes y demandarán trabajo, cálculo y probidad porque no se puede hablar de economía cuando se perdió el norte del ahorro, del gasto morigerado y de una conducta intachable en el manejo de los bancos centrales y de todo lo que apunte a administrar dineros y llevar crecimiento en las naciones, es hora de poner las casas en orden y apuntar a un verdadero desarrollo, matizado por pulcritud, honestidad, inteligencia, estrategia y equidad, todos elementos que en la vida se consiguen gratis, por eso no cobran.

Ya hablamos del globo, pero así mismo hay tareas por hacer en Colombia, uno meter en cintura el déficit fiscal y dos poner en marcha al amparo de la honestidad un sistema tributario eficiente, justo y capaz de reactivar la economía sobre la base de más empresas, de una verdadera reindustrialización y de menos acoso impositivo o unas reglas de juego firmes que den certeza y no desaprobación en los inversionistas. Ya es justo poner en marcha políticas agrarias con acceso real a los insumos, bajas tasas de interés y apoyo a la productividad que ofrece seguridad alimentaria, esa que sigue sacando comida por trochas o por unas vías destruidas que dan vergüenza.

Hay nuevas elecciones y vendrán congresistas y un presidente de la República del que se espera mucho, el problema es que en los discursos vergonzantes solo hay odio, revanchismo y nada, absolutamente nada de propuestas. Colombia quiere saber de los derroteros a seguir en política económica y social, pero es tan grande la pobreza intelectual y tan opaco el conocimiento que igual no es mucho lo que se puede esperar, aunque la crítica, y en eso hay que ser honestos, no cubre a la totalidad de los candidatos en contienda, posiblemente se salve uno.

 

 

Todo es gris en el panorama, Colombia ya no es esa cuna egregia de grandes estadistas, los memorables se fueron o sencillamente los asesinaron, hoy solo hay chequeras, campañas cargadas de ruido, plata a diestra y siniestra, eso sí lechona, tamales, cerveza y hojas de vida, algo típico en un país descarado que repite y repite su historia sin que haya espacio posterior para el reclamo, eso pasa cuando se vende el voto y la consciencia, pero nada pasa, nadie se pone colorado.

La angustia es toda cuando se mira el mundo y las amenazas geopolíticas y el posible cambio de modelo económico y de “paradigma”, no hay tiempo para la irresolución o el parpadeo, Colombia necesita con urgencia administradores, pensadores y gente honesta que dirija un bus que transita por vías destapadas con abismos y derrumbes, no se puede improvisar, eso queda claro.

Es necesario abrir el país, generar condiciones e invitar a los inversionistas a sacar provecho de las remozadas políticas para inyectar capital, no a llevarse a bajo costo lo que tanto costó construir, no, hay que traer fabricantes que generen empleo y de esa manera acabar subsidios y ayudas monetarias para gente joven y llena de salud, ¡a trabar se dijo!

El panorama es tan difícil que nos llevó a consultar un exministro de Estado, una persona versada, con la autoridad y el conocimiento suficientes para hacer precisiones sobre la economía hoy y mañana, una lectura expedita y sucinta que puede dar luces a quienes eventualmente y mejorando la alocución, lleguen a la Presidencia de la República.

 

 

En charla con Diariolaeconomia.com, el exministro de Hacienda y Crédito Público, Juan Camilo Restrepo Salazar, dijo que en ciertos indicadores el país va razonablemente bien y en el grupo de América Latina similar, con un crecimiento nada espectacular, pero no negativo, con una inflación controlada más allá de los altibajos de los últimos días. Aseveró que en lo que sí va muy mal Colombia es en la situación fiscal, el problema económico más delicado ya que el actual gobierno no tiene trazas de que esté animado en arreglarlo, sin vacilación, una de las herencias más pesadas que recibirá la nueva administración.

El próximo presidente, aseveró, tendrá que llegar con un proyecto de reforma tributaria debajo del brazo que necesita mucho estudio y nada de improvisación. El asunto no se quedará solo en una reforma al estatuto tributario que de hecho no bastará, al nuevo mandatario le corresponderá hacer una política de moderación en el gasto y de austeridad para que esa conjunción de más rigor y mejores impuestos le ayuden a Colombia a salir del hueco que dejará el actual gobierno.

En materia tributaria se puede innovar y presentar una propuesta más equitativa e indexadora del crecimiento pues habría que revisar las tarifas y mirar que puede bajar, que se debe eliminar o qué está sujeto a desaparecer sin que ello implique desmedro en las finanzas públicas. Un ejemplo, del que la gente habla, es bajar el IVA a un dígito que a juicio de Restrepo Salazar se puede hacer siempre y cuando se cobre a todos los bienes y servicios que se producen en el país, una medida que exigiría eliminar diferenciales y bajar la tarifa actual del 19 por ciento que es muy alta, todas medidas debidamente analizadas que dinamicen la política fiscal sin perjuicio del recaudo.

 

“Eso implica un esfuerzo muy grande, pisa muchos cayos porque se trataría de extender el IVA hacia sectores que históricamente no lo han tenido”, precisó el exministro Juan camilo Restrepo Salazar.

 

 

Según el economista, todas las medidas de ajuste fiscal van a tener que contar con un acuerdo y con un consenso político mucho más amplio del que ha tenido el gobierno del presidente Gustavo Petro porque las reformas tributarias no se pueden hacer a contrapelo del Congreso y menos diligenciarlas en el último año de un mandato, pero tampoco en contravía del querer del legislativo que según la Constitución es el que tiene la última palabra en materia de impuestos.


Geopolítica, un aditivo complejo

Todo el entorno geopolítico resultó demasiado difícil para las economías y en ese sentido, expuso Restrepo Salazar, la situación fiscal paga los platos rotos pues no en vano Colombia tiene el déficit y el endeudamiento más alto en la historia del país porque hay un gobierno gastando a rodos en vísperas de unas elecciones, de tal manera que tendrá que llegar un momento de atrición y de decir la verdad.

Hay desafíos grandes, apuntó el también exministro de Agricultura, por un lado, optimizar la parte fiscal, pero por otra incentivar la inversión, la reindustrialización para generar empleo que finalmente es el mejor de los subsidios porque no es sano regalar dinero a quien está en edad y en condiciones de trabajar.

Es necesario, expresó Restrepo, dejar de maltratar al sector privado en lo cual el gobierno saliente se volvió especialista pues cuando no es un insulto es un agravio y cuando no es un agravio es un maltrato y resulta, indicó, que la economía Colombiana está conformada en 80 por ciento por unidades productivas privadas y el 20 por ciento por unidades productivas gubernamentales, luego no se puede pretender que un país crezca si todos los días se le da palo al sector privado, es totalmente inapropiado.


 

Agro, una manera gratificante de hacer patria

En materia agropecuaria hay que reconocer que a diario hay gente construyendo país, haciendo patria con azadón en mano, tractores, cosechadoras e instrumentos fruto del compromiso y la inversión en bienes de capital. Desde el campo con todo y el abandono más los pendientes existentes en infraestructura se sigue garantizando seguridad y soberanía alimentaria, empleo y oportunidades.

A propósito de esa ruralidad productiva y necesaria, el exministro Juan Camilo Restrepo puntualizó que la agricultura es una de las tareas grandes no solamente desde la seguridad alimentaria entendida como la disponibilidad de alimentos que por fortuna los hay, pero aclaró que infortunadamente los alimentos no pueden llegar a su destino porque están cercados. Recordó que en lo corrido del año se han presentado más de 600 bloqueos en carreteras, algo lamentable porque afecta a sectores muy pobres que no pueden acceder a las provisiones básicas de una familia.



“La perplejidad alimentaria de Colombia, paradójicamente es un problema de inseguridad física en el transporte y la distribución porque día a día aumentan los atracos, robos, secuestros y asesinatos en las vías, un problema que sigue aumentando a tal punto que la fuerza pública ya no da abasto, un clamor general en el pasado Congreso de Fedearroz entre tantas quejas de múltiples sectores productivos”, declaró el señor Restrepo Salazar.

 

En opinión del respetable exministro hay deudas pendientes con el sector agropecuario en lo que tiene que ver con dotación de bienes públicos, infraestructura y distritos de riego. Aclaró que un bien público es una inversión que lleva beneficio a toda una comunidad y expuso que en ese sentido hay deficiencia en carreteras, drenaje y riego, seguridad como también en otros frentes que demanda la ruralidad productiva para mejorar en eficiencia, unos pasivos que los sufre todo un colectivo de agricultores y en donde hay un tramo grande por hacer.

 

 

En su análisis, Restrepo manifestó que es bueno tener rutas secundarias y terciarias para que salga de las fincas café, plátano y todo lo que campesino o el empresario del campo cosecha porque a la fecha el déficit de vías terciarias es monumental, un tema delicado además porque en el ultimo gobierno no se invirtió, como muchos esperaban, en las vías troncales, desalentando la inversión porque no se han hecho emprendimientos grandes en ese campo, luego el país está muy mal en las terciarias y en las primarias.

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