Tal y como lo escuché alguna vez en el ministerio del Interior, la descentralización territorial se concibe como el otorgamiento de competencias o funciones administrativas a las entidades territoriales regionales o locales las cuales se ejecutan en su propio nombre y bajo responsabilidad de las mismas. En síntesis, el asunto tiene que ver con la relativa autonomía que se concede a las colectividades para el manejo de sus asuntos, autonomía que según el Estado debe ser comprendida desde un talante administrativo y financiero sin que ello signifique que las autoridades locales se aparten del control ejercido por el poder central.
Visto así la descentralización sugiere asesorar o acompañar en la formulación y apoyar la descentralización política y administrativa, ordenamiento territorial, desarrollo institucional y gestión pública territorial, otra función apunta a propender por la aplicación de los principios en concurrencia, subsidiariedad y complementariedad entre la nación, los departamentos, distritos y municipios según su capacidad administrativa y fiscal, de conformidad con los requerimientos efectuados por éstos.
La descentralización debe promover el desarrollo endógeno provincial y social de las entidades territoriales que lleven al fortalecimiento de los principios estructurales de la descentralización política y administrativa y a la consolidación de la gobernabilidad.
Para el aparato estatal y el mandato constitucional el hecho de descentralizar debe invitar a promover la cooperación entre las entidades territoriales y la nación, así como los procesos de desconcentración y delegación administrativa en coordinación con las entidades competentes del orden nacional y territorial. Esta figura igual debe asesorar el diseño de la política pública para el fortalecimiento y desarrollo de las capacidades de gobierno en las administraciones locales ubicadas en zonas de frontera, ello dispuesto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la cartera de Defensa, Planeación Nacional y el Departamento Administrativo de la Función Pública.
El término descentralizar por si mismo debe promover y realizar los análisis, estudios e investigaciones en las áreas de su competencia todo en relación con el componente territorial. También conlleva a velar por el apropiado cumplimiento y desarrollo de las competencias asignadas por la Constitución y la ley de las entidades territoriales y por supuesto a las entidades administrativas de integración territorial.
De otro lado la descentralización está llamada a apoyar el desarrollo y a garantizar el Sistema Integrado de Gestión Institucional y a adelantar la observancia de las recomendaciones en el entorno de su competencia, asimismo debe atender las peticiones y consultas relacionadas con asuntos de su atribución o jurisdicción.
Hay mucho que hablar en el tema de la descentralización porque persisten las brechas entre regiones, pero básicamente entre departamentos y municipios, hay reclamos por la repartición inequitativa de recursos en vista que hay estratificación en las provincias y medidas discriminatorias.
Si bien la Constitución de 1991 logró la elección popular de alcaldes y gobernadores, llevó mejoras en servicios públicos a algunas regiones, igual dejó a muchas zonas por fuera de la dignidad y el derecho toda vez que en pleno siglo XXI varias comarcas siguen desconectadas, sin energía, sin acceso al agua potable, menos a la conectividad y por fuera de los servicios de salud o educación.
Como si fuera poco no hay institucionalidad, la presencia estatal es cero en la llamada Colombia Profunda y el problema se ahonda porque la ley está en manos de grupos irregulares en gran parte del territorio lo que incluye las fronteras. Hay mucho por hacer, hay propuestas y no pocas preocupaciones.
Sobre el tema se habló en la sede nacional de Uniandinos, un contexto ideal para escuchar desafíos, falencias y propuestas porque la Ley de Ordenamiento Territorial debe verse como una estrategia de crecimiento económico y no como más de lo mismo en donde nada cambia y el país sigue operando equivocadamente desde el centro sin ofrecer avales de repunte y prospectiva.
En charla con Diariolaeconomia.com, el exministro de Minas y Energía y Constituyente en 1991 Carlos Rodado Noriega, afirmó que el país necesita una descentralización no solo fiscal sino también espacial que debe propiciar polos de desarrollo en las regiones, es decir impulsar distintos proyectos que cubran varios municipios y departamentos, pero impulsando el progreso de los distintos terruños en su totalidad.
Agregó que por ejemplo hay casos como el de La Mojana que permitiría incorporar a la producción agrícola, pero sobre todo a obtención agraria tecnificada tratando de que hayan cadenas productivas, es decir que no solamente se cultive maíz o cualquier variedad de productos propios de la zona sino que se logre una transformación agroindustrial del bien cosechado de manera que se afiance una cadena productiva que fue lo que hizo Brasil con el proyecto de El Cerrado adelantado en Ribas do Rio Pardo en Mato Grosso do Sul, un plan que implementó un paisaje integrado que combinó plantaciones de ciclo corto con áreas de conservación y restauración medioambiental.
Ideas, expuso Rodado Noriega, hay muchas, y dijo que para que Colombia alcance un verdadero desarrollo regional necesita hacer una relocalización de las industrias de producción para la exportación puesto que el país no puede seguir produciendo bienes que tienen bastante peso como sucede con los automóviles que se ensamblan a 1.000 kilómetros del mar en donde el CKD o coche totalmente desmontado o en partes recorre por carretera 1.000 kilómetros para las fábricas y una vez terminado repite los 1.000 kilómetros para llegar al puerto de exportación. El asunto, anotó Rodado, es que el modelo funciona para un mercado interno de vehículos, pero para llegar a los mercados internacionales se hace imperioso ser competitivos y no solo en carros sino en muchas otras industrias manufactureras que deberían instalarse en la zona Caribe o en el Pacífico, dependiendo de a donde se apunte la factoría a buscar destinos mercantiles, puesto que si son los mercados del oriente del mundo como China, Japón y otras naciones de esa cuenca, obviamente que la zona Pacífica es la ideal para sumar en competitividad, pero si las empresas o productores primarios se enfocan en Estados Unidos, mercados del Caribe o los europeos, esas industrias que obtienen para exportación deberían colocarse en la zona del Caribe colombiano.
“China resolvió su problema logístico colocando el 80 por ciento de las industrias que fabrican para exportar en la zona costanera de esa gran nación”, declaró el señor Rodado Noriega.
Situaciones como la citada, producir en el centro del país, dejando de lado las zonas costeras, coadyuvó para que el tratado de libre comercio no prosperara tal y como se esperaba, esa manera de generar oferta exportable le quitó competitividad y ambición a un acuerdo que debió ser dinámico para Colombia desde el primer día, pero con industrias ubicadas en la costa norte.
Sin lugar a dudas, habló el expresidente de Ecopetrol, todo ese mecanismo de producción en las montañas para ir a las costas golpeó el TLC una de las razones por las cuales el país tiene un indicador de exportaciones per cápita muy bajo, apenas de 1.100 dólares, la quinta parte de la exportación per cápita de Chile y uno de los motivos de tan raquítico comportamiento, apuntó, tiene que ver con los costos de transporte que no se relacionan solamente con los 1.000 kilómetros de carretera sino con los sucesos en la ruta como derrumbes recurrentes por la condición geológica de las montañas colombianas que son comparativamente jóvenes por lo que están sujetas a reiterativos hundimientos o desmoronamientos, lo que explica los inconvenientes y perturbaciones de las tractomulas y su tardanza para bajar mercancías en los puertos de exportación porque con cada deslizamiento se interrumpe el tráfico lo que representa otro costo.
A juicio de Rodado, los costos de transporte desde 1.000 kilómetros hasta los puertos marítimos representan una especie de arancel que tiene que sobrellevar el exportador y por su puesto el pago de ese arancel lo hace menos competitivo en los mercados internacionales.
Para el exgobernador de Atlántico infortunadamente Colombia ha vivido de espaldas al mar, una concepción muy mediterránea, demasiado Andina que no ha permitido aprovechar las zonas costaneras del país que no solo son vitales en las empresas que quieran exportar sino también para explotar todos los recursos que hay en el océano en vista que las capturas pesqueras colombianas llegan a 80.000 toneladas de pescado, una cifra totalmente ridícula lo que hace pensar en la urgencia de poner a funcionar una ambiciosa política pesquera que trascienda varios gobiernos para poder llevar todos los incentivos a una industria que sigue en pañales, un tema vergonzante cuando muchos sacan pecho por la condición de tener dos mares.
Leyes y maniobras le restaron dinero a las regiones
Según Carlos Rodado Noriega, después de la Constitución de 1991 se hicieron unos cambios legislativos y constitucionales que mermaron recursos a las regiones. Comentó que una primera variación se hizo a ese aparte que autorizó darles a departamentos y municipios el 46.5 por ciento de los ingresos corrientes de la nación.
“Nosotros los constituyentes, en la definición de ingresos corrientes, y eso se puede constatar con el artículo 358 de la Constitución, hablábamos de recursos tributarios y no tributarios y en los no tributarios estaban los excedentes de las empresas industriales y comerciales del Estado, pero una reforma, el Decreto 360 de 1995 que fue propuesto por el otrora ministro Guillermo Perry Rubio excluyó los mencionados excedentes en ese paquete de los ingresos corrientes y ahí se empezó a reducir el giro de dineros a las regiones, y como si fuera poco vinieron posteriormente dos reformas constitucionales, 2001 y 2007, que significaron un recorte muy grande para las entidades territoriales”, anotó el exministro.
Los pueblos perdonan la pobreza, pero no la desigualdad
En su plática aseveró que de 2002 a 2023 a las regiones, por esas movidas legislativas, les quitaron 388 billones de pesos algo más de 20 reformas tributarias. Lo grave del asunto, expuso Rodado, es que cuando eso se produjo no hubo ningún Ministro de Hacienda y menos columnistas de los centralistas que sentarán una voz de protesta.
La frase que reza: Los pueblos perdonan la pobreza, pero no la desigualdad, se la escuchó Rodado Noriega a un Primer Ministro de China en una visita que alguna ocasión hizo al gigante asiático en donde como parlamentario pudo ver las zonas más pobres de ese país, no obstante notó que la gente estaba contenta, rozagante más allá de estar en lugares muy pobres, pero excesivamente productivos ya que se veían los cultivos de trigo, maíz y otros alimentos, se notaba, dijo, que la gente estaba alimentada y por eso se les notaba dichosos, pero era visible que su vida estaba en medio de la precariedad, tanto como que la energía eléctrica se producía con excrementos de cerdo, un sitio con un olor casi insoportable.
Cuando regresaron a darle las gracias al Primer Ministro por lo que permitió observar, Rodado le dijo que si bien había pobreza, no existía violencia o protestas, algo muy diferente a Colombia en donde no había tanta pobreza, pero sí muchísima inconformidad. En ese momento surgió el comentario, “los pueblos sobrellevan la pobreza, pero no toleran la desigualdad”, para el caso de Colombia, agregó Rodado, sobre todo en bienes esenciales para la vida.
Rodado deploró que las regiones estén sin industria, sin agro y sin prospectiva pues se les condenó a vivir del vicio toda vez que subsisten por unas rentas departamentales fruto de la venta de licores, loterías y juegos de azar como también cigarrillos.
A los grandes problemas hay que ponerles mapa: Darío Restrepo
En su análisis sobre la importancia de dispersar y distribuir equidad a partir de la Ley de ordenamiento territorial, al analista y exdirector de la Misión de Descentralización y Director de la formulación de la Ley de competencias, Darío Restrepo, manifestó que el país no se ha dado cuenta de la importancia, empero aclaró que en Colombia todo está mapeado, no porque las cosas ocurran en un sitio sino que se organizan territorialmente y de esa manera de ha organizado la marginalidad al igual que las inequidades algo que a la nació le supura todo el tiempo.
Exteriorizó que los mapas de la guerra, la devastación de la naturaleza, los mapas del imperio de las delincuencias están generalmente donde no hay Estado y mucho menos mercado, carreteras, salud, educación, empleo formal, crédito ni oportunidades de una vida digna.
“Tenemos que terminar una tarea inconclusa y es integrar al país, reconocerlo y descentralizar las oportunidades de desarrollo, bienestar y de democracia”, subrayó el conocedor.
Desde su punto de vista la institucionalidad está en emergencia con un momento ipSIGE. Reiteró que Colombia es un país centro-andino ya que todo lo que está por fuera de las cordilleras es marginal, para no ir tan lejos, Chocó, Amazonas, Orinoquía y el Caribe con dos honrosas excepciones, Cartagena y Barranquilla. Aclaró que al interior de ese centro andino hay distancias entre el área rural respecto de la urbana.
En su observación Colombia tiene una geografía que concentra oportunidades, derechos y capacidades, pero indicó que a la vez genera las condiciones del clientelismo, de la ilegalidad así como de la estrechez del mercado nacional lo que obliga a ensanchar esos mercados regionales para articular la producción y el comercio con la oferta y la demanda del país y de esa manera lograr una sociedad más pluralista y democrática.
Sin dejar de lado que hay problemas serios, corrupción, estructuras delincuenciales con músculo para hacer daño, olvido, indiferencia y baja competitividad, hay espacio para el optimismo, ese que deja ver a futuro un mejor país, una Colombia viable sobre pilares de descentralización y equidad.
“Lo logrado en la reforma constitucional me sorprende porque se consiguió no solo aumentar el porcentaje de las partidas que van a descentralizarse, sino que dice que su objetivo es cerrar brechas institucionales, sociales y económicas. Yo quedo sorprendido, esto es buenísimo y vendrán cambios todavía más profundos porque detrás de este cambio arribará un reagrupamiento cultural e identitario desde las regiones y creo que en el próximo gobierno, cualquiera sea, esto llevará a una profundización aún mayor de lo ya logrado en la mencionada reforma constitucional”, puntualizó Restrepo.
Afirmó que lamentablemente en Colombia hay muchos enemigos de la equidad y la inclusión por cuanto todos los que tienen un privilegio que no quieren soltar, evitan hablar y oír del tema. Seguramente, expresó, les interesa hablar de autonomía, dicho de otra forma, “deme la plata, entrégueme la competencia y yo veré que hago con ella, pero equidad no.
Guerra arancelaria entre exabrupto y estrategia
Sobre la retahíla de anuncios procedentes de la Casa Blanca en donde el presidente Trump le puso aranceles hasta el gato, los avalistas colombianos afirmaron que el asunto preocupa y de seguir la línea, habrá un impacto inflacionario desmedido y muy serios problemas.
A criterio de Carlos Rodado Noriega, el presidente de Estados Unidos que debería dar ejemplo de prudencia y cordura, ha empezado una guerra arancelaria que todos saben por dónde empieza, pero no cómo termina. Las medidas, añadió, provocarán lo que la gente en el mundo viene diciendo, una recesión global en donde no habrá países ganadores puesto que todos van a perder de una u otra manera.
“Creo que el presiente estadounidense apela a estas medidas para pactar, es decir amenazando y presionando para pasar al terreno del negocio pues se sentará con los países europeos, arreglará posiblemente con Canadá e inclusive con México y así con todos los países. Él va a lograr de alguna manera que en el convenio, los países con los cuales está negociando le pongan un arancel menor que el aplicado hoy a los productos de Estados Unidos y en ese sentido Trump ganaría algo, pero resulta que cuando venga la recesión y la inflación allí todos serán perdedores”, analizó Rodado Noriega.
Pese a los aranceles, hay libre comercio
Pasando al tema de los aranceles, Darío Restrepo consideró que en medio de las últimas medidas del presidente Donald Trump, hay libre comercio, tratados comerciales vigentes y una resistencia de Estados Unidos que está perdiendo protagonismo en la economía mundial porque el PIB gringo en la economía mundial disminuye habida cuenta que la cantidad de innovaciones y patentes son menores porque la cantidad de circuitos comerciales están rivalizados y porque empieza el desafío frente a la posibilidad de intercambios comerciales en monedas diferentes al dólar y Trump representa una resistencia a todo eso, dejando claro que es un gran apostador.
Restrepo, dijo que independiente de que Trump les haya puesto aranceles a todos lo que obliga a los jefes de Estado a negociar con él, lo cierto es que el mandatario no canjeará aranceles porque tan solo le interesa pactar sobre la base de acuerdos el déficit comercial que tiene porque Estados Unidos importa más de lo que exporta y seguramente le dirá a cada país que le capte más producción así el bien estadounidense resulte más costoso que el fabricado en China.
“Lo que Trump va a tratar, creo yo, es rebalancear el hecho de que el mundo le había dejado de comprar porque el dólar es muy caro y que Estados Unidos ha perdido productividad y competitividad a favor de los asiáticos por múltiples razones, menores costos laborales, menos restricciones ambientales y revolución tecnológica, tres cosas que juntas tienen a China y a Asia yendo para arriba. El mandatario busca negociar con necedad para decir que los aranceles que cobra buscan garantizar que los otros países comprarán más”, acentuó Restrepo.
El simple hecho de que Trump baje los impuestos a las empresas de Estados Unidos y además cobre mayores aranceles para el que quiera vender en su país, seguramente garantizando que el mundo le comprará más al industrial estadounidense, razonó el contertulio, puede verse como que llevará el capital a Estados Unidos, su objetivo, su apuesta que es razonable y racional. El sentir de Restrepo es que Trump no es ningún payaso, caso opuesto un gran estratega, lo que no quiere decir que la táctica le vaya a funcionar.
Adicionó en su lectura sobre la política arancelaria de Donald Trump, es que algo que podría resultarle adverso es que China aproveche para decir que no cobra los aranceles costosos de Estados Unidos, podría darse que los mantenga o los baje para aumentar considerablemente su poder productivo y comercial, una gran apuesta.
El versado expuso que en Estados Unidos hay una recesión inducida que quisiera ser controlada para que al ralentizar el crecimiento económico descienda la inflación y la Reserva Federal se vea obligada a bajar las tasas de interés porque la deuda estadounidense se come el presupuesto anual del país del norte y al bajar el costo de la acreencia disminuye el porcentaje que tiene dentro del presupuesto anual el pago de esa deuda, otra racionalidad enfocada en una baja inducida en el crecimiento y controlada para convencer a la FED que no quiere bajar los tipos de interés.