Viernes, 04 Abril 2025 21:31

Es muy difícil sostener una política de aranceles altos: Vélez Vallejo

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Es muy difícil sostener una política de aranceles altos: Vélez Vallejo Alexandre-Gonçalves-da-Rocha-en-Pixabay

Es preocupante que hoy Estados Unidos esté caminando tan rápidamente hacia una recesión.

El tema de moda es de lejos el de los aranceles y paralelamente una economía global atomizada y con un cambio de tercio abrupto y unilateral. En Estados Unidos el presidente Donald Trump está convencido que la panacea a todos los problemas fiscales acumulados está en un incremento a los impuestos de importación, hoy en comercio Estados Unidos es un país de gama alta solo que como todo lo que mucho vale puede conllevar a serios problemas. El país norteamericano, lo dijimos algunos y hoy la Reserva Federal, va rumbo a una inflación imposible de atajar por cuanto en materia arancelaria está aplicando el principio “da que te vienen dando”.

Hay incertidumbre, muchas preguntas y cero respuestas, el mundo está en modo arancel y el asunto puede tener mayores connotaciones, de un lado se está pidiendo la unión latinoamericana para paliar las nuevas determinaciones gringas, pero igual está el bloque los BRICS de donde pueden salir anuncios, medidas y más problemas para la Casa Blanca, hoy teñida de gris.

Como en todo desbarajuste, surgen oportunidades y es eso lo que precisamente debe explorar Colombia que tiene un mercado no muy extenso, pero que puede ampliar mejorando así el portafolio y ganar terreno, no solo en Estados Unidos sino en otros países en donde están comprando mucho de lo que Colombia obtiene y que hace pensar en una reingeniería del aparato productivo para crecer, generar empleo y apostar por la sostenibilidad.

Hay países en serios problemas con la nueva política estadounidense y eso hace pensar en que Colombia tendrá opciones, pues Vietnam que pagaría 46 por ciento en sus productos tendría que implorar y recurrir a la estrategia porque de lo contrario esa nación tendría que vivir de la demanda interna y de las compras que logre en Asia y Europa. Por su parte China podrá poner los bienes que produce y comercializa en la tierra del Tío Sam, solo si estos remuneran tarifas arancelarias del 34 por ciento.

El asunto es bastante espinoso porque hay tarifas por fuera de la coherencia, muy del llamado de atención de la Organización Mundial del Comercio, OMC, el escenario vietnamita hace pensar que habrá exhortación y ofrecimientos para bajar su tarifa al 10 por ciento, porque de lo contrario quedará en una desventaja muy grande con relación a los demás países.

 

 

El exgerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, FNC, Roberto Vélez Vallejo habló con Diariolaeconomia.com y manifestó que dadas las condiciones si no hay acuerdos entre Estados Unidos y Vietnam habrá grandes líos porque el café del país asiático se encarecerá y obligará a comprar más grano en otras latitudes que pueden ser Brasil, Centroamérica, Suramérica o Colombia, pero sin dejar por fuera a los productores africanos que quedaron por fuera de ese baile y allí juegan de manera importante Tanzania, Kenia y Etiopía con cafés arábigos. Igual dejó claro que Colombia no ve en Vietnam una competencia porque este país tan solo produce robusta, de todas maneras el mercado cafetero no se puede estar tan reposado porque los americanos pueden estar pensando en otros orígenes.

A criterio de Vélez Vallejo, Colombia sigue muy fuerte por ese grupo objetivo al que llega con grano suave a Estados Unidos gracias al programa café 100 por ciento colombiano y el problema serio lo tienen otros países que hasta hoy tendrán altísimas tasas impositivas para ingresar bienes a Estados Unidos.

En el momento presente indicó que Colombia suministra el 20 por ciento del café que abastece el mercado estadounidense por debajo de Brasil que representa el 32 por ciento y por arriba de Vietnam que vende el ocho por ciento y Honduras que pone en puerto el siete por ciento, obviamente, explicó, hay más oferta y otros orígenes.

El cafetero y economista agregó que en café vienen varias lecturas, en principio encarecimiento del producto procesado con impacto en las tostadoras y el consumidor, posible afectaciones en el productor, pero igual con un interrogante adicional ¿Qué puede pasar con los cafés especiales y como puede variar el consumo del bebestible en Estados Unidos?

 

 

 

El tema más allá del café está en la economía estadounidense y su capacidad de asimilar una inflación que ya hace mella. La advertencia se hizo desde antes de las medidas y se habló de la eventual subida de los aranceles, también de la inflación y como si fuera poco hay zozobra con la tasa de interés en Estados Unidos porque no se sabe si bajará o caso opuesto volverá a subir, un asunto que enredará a todos.

En su charla el conocedor expuso que hay un tema del que no se habla porque lleva implícitas palabras mayores, pero lo cierto es que Estados Unidos está caminando muy rápidamente hacia una recesión que afectará no solo sus mercados sino que tendrá repercusión mundial.

Hoy, manifestó el connotado economista, se está repitiendo la mixtura de 1929 que le dio paso a la Gran Depresión en los años 30, una marca que no se olvidó en el resto del siglo XX y que se evoca repetidamente en lo corrido del siglo XXI. No en vano el banco de inversión Goldman Sachs había elevado la probabilidad de recesión en Estados Unidos del 20 al 35 por ciento, en agosto del año anterior el banco JP Morgan subió la cifra al 45 por ciento con una caída de la economía en el segundo semestre de 2025, pero hoy nuevas voces autorizadas coinciden con ese fatídico 45 por ciento.

“Vamos recorriendo el oscuro camino y haciendo todo lo posible para que colapse la economía global”, declaró el señor Vélez Vallejo.

 

Libre comercio en UCI

 

 

Actualmente no es muy sólida la figura de acuerdos comerciales porque con los nuevos aranceles cualquier convenio se desmorona y pierde credibilidad como también confianza. A juicio de Vélez Vallejo, infortunadamente la realidad del comercio global debe verse así e independiente de que se esgrima lo que un país quiera, si hay un TLC y termina castigado con mayores tarifas arancelarias, por encima de cualquier invocación hay incumplimiento y rompimiento de las reglas de juego, todo con la consecuente atomización de los pactos.

Vélez Vallejo dijo que la situación es muy delicada ya que se viene una guerra mundial de aranceles porque el asunto no se quedará solamente en Estados Unidos, de hecho ya China empezó a mostrar los dientes lo mismo que Europa y cuando menos se piense el mundo estará lleno de aranceles por todas partes.

“Con todas estas iniciativas estamos cerrando las economías y acabando de tajo con la globalización, volviéndonos nuevamente economías cerradas, proteccionistas con poca expectativa de crecimiento y prosperidad”, afirmó Roberto Vélez Vallejo.

El problema, dijo Vélez, se veía venir, de hecho fue notorio el opacamiento de la multilateralidad y las ganas por desglobalizar las economías. En efecto, subrayó el versado, había signos de desgaste por la internacionalización de la economía porque la multilateralidad no estaba funcionando, no había manera de ponerse de acuerdo y todo porque políticamente, en parte, el tema democrático está en crisis, la democracia como sistema está en dificultades y cuando el liderazgo queda en manos de personas que no son demócratas, el comercio mundial y la globalización se debilitan y muestran los visibles desgastes en detrimento desde el punto de vista ecuménico de la cooperación entre naciones.

Según manifestó el cafetero, la globalización está en UCI por todo lo que acontece y las cifras en rojo que muestran algunos países y expresó que de todos es sabido que el presidente Trump no es un gran economista sino un excelente negociador, pues no se sabe si detrás del anuncio de aranceles hay intereses por obtener algo, un tema que obliga a negociar con cada Estado en un contexto de “qué me das y qué te doy”, una estrategia que puede conducir a rebajas arancelarias en un marco de reciprocidad, es decir, negociar, negociar y negociar.

 

 

“No quiero pensar que se van a pasar los cuatro años de la administración Trump con aranceles de este tamaño, no creo que Estados Unidos resista y que el mundo lo tolere, muchos encontrarán maneras de vender y comprar sin sobresaltos”, añadió Vélez Vallejo.

El apuro es enorme porque hay productos de ciclo largo que los estadounidenses no van a lograr, llámense aceites, frutas, cereales, café, y lo peor, si lo tienen, tan solo cubrirán una parte de la demanda, un asunto que no aguanta nadie. Un ejemplo, apuntó Vélez es como decir que Estados Unidos se abastecerá con el café de Hawái y que con esa producción atenderá las necesidades de la cadena en ese país.

En su opinión, el asunto en algún momento tendrá un giro, pero, por lo que se escucha, para entrar en procesos de negociación bilateral con cada país. Lo cierto es que los países y Colombia tienen que retomar actividades del sector primario y de la misma industria.

Hoy el tema pasa por ver posibilidades en las cadenas regionales de valor y las oportunidades que se van suscitando. Ante ese escenario el exgerente de la FNC enfatizó que hay una cosa que también es importante y es el llamado nearshoring, una maniobra empresarial que consiste en llevar parte de la producción a países cercanos, ello con el propósito de reducir costos, optimizar la cadena de suministros y potenciar la resiliencia de la industria que se decida por esta opción.

“Esa es una oportunidad grande que tiene Colombia lo que pasa es que el gobierno no ve esas facilidades para crecer, se quedó en el sectarismo y en los odios, pero salidas si hay como ocurre con toda la industria de la confección en donde toda la ropa que se comercializa en Estados Unidos es hecha en Camboya, Malasia, Indonesia y otros puntos de Asia, de hecho todos los tenis Nike se fabrican allí, pero el 50 por ciento de la producción está concentrada en Vietnam que debe pagar aranceles del 46 por ciento. El tema es revivir la industria de la confección en Colombia para aprovechar las oportunidades, pues si bien hoy tenemos el 10 por ciento de impuesto hay competidores que deberán pagar 60 por ciento adicional por una camisa, un pantalón o cualquier prenda, es decir que está afuera”, detalló el economista.

 

 

Colombia tiene grandes ventajas, no solamente la geográfica, cuenta con muchísimas hectáreas para sembrar algodón del bueno y retomar una valiosa materia prima, pero de la misma manera conserva el prestigio y el Know How, igual, dijo Vélez, pasa con otros sectores que si se pellizcan de manera inmediata pueden reavivar procesos para el mercado de los Estados Unidos, sin duda hay oportunidad, resta hacer la tarea.

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