La carga de enfermedades visuales en América Latina es elevada: se estima que aproximadamente el 39 % de la población sufre síntomas de ojo seco y entre un 3 y 7 % tiene glaucoma avanzado, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB).
Esta realidad revela una necesidad prioritaria de evaluaciones oftalmológicas periódicas, diagnóstico de precisión y tecnología avanzada para prevenir discapacidad visual y ceguera.
En ese contexto, en Colombia se buscan cada vez más nuevas soluciones innovadoras, consolidándose como líder en medicina oftalmológica en la región, y no solo por su capacidad técnica y científica.
Talento, ciencia y visión
Contamos con una comunidad científica sólida: alrededor de 1.300 miembros en la Sociedad Colombiana de Oftalmología con más de 64 años promoviendo educación médica continua; así como con investigadores de alto impacto, pioneros en cirugía refractiva. Además, ha liderado estudios nacionales que han logrado mapear epidemiológicamente las patologías visuales para aportar a las políticas públicas; y la facultad de crear un ecosistema articulado entre academia, gremios y sector privado para promover innovación y educación continua.
Esa fortaleza quedó en evidencia durante el XXXVI Congreso Panamericano de Oftalmología. El doctor César Carriazo, Presidente de la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SOCOFTAL) afirmó que se evidencia que Colombia lidera el avance oftalmológico en América Latina. La capacidad para combinar investigación, formación continua y desarrollo tecnológico posiciona al país como centro de referencia.
En esa línea, el trabajo de la Sociedad Colombiana de Oftalmología ha sido clave en la construcción de la reputación del país en este campo médico. Mediante recertificación profesional, simulación quirúrgica, acceso a recursos científicos, y representación frente a entidades públicas, han garantizado que el país mantenga un liderazgo continuo en salud visual.
Este liderazgo no es circunstancial, sino el resultado de décadas de trabajo disciplinado, inversión en ciencia y una visión que trasciende fronteras, anticipando un futuro en el que la salud visual será cada vez más accesible, ética e innovadora.