El socio director de Litigios en Álvarez Liévano Laserna Abogados, Carlos Arturo Barco, aseguró en desarrollo del 21 Congreso Internacional de Crédito, Cobranzas y BPO, que en la reforma laboral el contrato a término indefinido se convierte en la regla general. Expuso que la nueva norma determina que los contratos temporales deberán justificarse objetivamente para no generar riesgos legales.

Apuntó que es claro que en adelante los contratos a término fijo no podrán renovarse indefinidamente y explicó que el límite máximo será de 4 años, lo que exige planeación en la gestión de talento humano.

El directivo dijo que el proceso disciplinario laboral incorpora garantías de debido proceso para lo cual el trabajador tendrá un mínimo de 5 días para presentar descargos.

Comentó que el trabajo nocturno ahora se reconocerá desde las 19:00 horas con un recargo del 35%. Este cambio, aseveró, aumenta significativamente los costos para los empleadores.

“El tema demanda análisis y el máximo de cuidado ya que la jornada laboral se reducirá de manera progresiva hasta llegar a 42 horas semanales y por tal razón las empresas deberán reorganizar turnos y cargas de trabajo. Hay que tener en cuenta que el trabajo en días de descanso obligatorio tendrá un recargo que subirá del 75 al 100%. Esta medida impacta directamente la programación operativa y financiera de las factorías”, declaró el señor Barco.

Al explicar los alcances de la reforma, el director de Litigios en Álvarez Liévano Laserna Abogados, agregó que con esta medida se amplían las licencias remuneradas obligatorias, citas médicas, asuntos escolares, calamidad doméstica o citaciones judiciales. Las organizaciones, afirmó, deben reglamentarlas.

Igualmente manifestó que el contrato de aprendizaje será considerado nuevamente como contrato laboral, lo que implica mayores obligaciones para el empleador y más derechos para el aprendiz.

“En materia de tercerización laboral se refuerza la inspección y vigilancia. Los contratantes deberán garantizar la solvencia y cumplimiento de sus aliados estratégicos”, subrayó Carlos Arturo Barco.

La reforma, acentuó, exige a los empleadores una gestión documental rigurosa y la trazabilidad de cada decisión será fundamental para afrontar procesos judiciales.

A criterio del experto, la interpretación judicial de la reforma será determinante, empero dejó claro que la redacción deficiente de algunos artículos anticipa fallos que favorecerán a los trabajadores.

En su lectura sobre la nueva reforma, el conocedor remarcó que los costos laborales aumentarán por efectos de los recargos y la reducción de la jornada. La planeación financiera, insistió, debe contemplar estos cambios desde ya.

Con la puesta en marcha de la reforma laboral, añadió Carlos Arturo Barco, las organizaciones deben revisar sus contratos actuales para evitar riesgos de nulidad o sanciones por incumplimiento de la nueva normativa. En ese sentido consideró que el rol de los conciliadores y jueces gana protagonismo en la aplicación práctica de la reforma, lo que exige mayor preparación de los empleadores, es decir que la capacitación interna en equipos de recursos humanos será clave para implementar correctamente la transformación y evitar contingencias legales.

En su opinión, la reforma busca equilibrar la relación laboral, pero plantea un escenario más exigente para la gestión empresarial en términos de costos y procedimientos.

“El cumplimiento normativo laboral se convierte en un factor crítico de competitividad. Las empresas que se anticipen estarán en ventaja. Los empleadores deben implementar políticas claras sobre licencias, turnos y contratos, evitando vacíos que puedan ser interpretados en contra de la organización”, advirtió Barco.

Concluyó que la reforma laboral plantea un cambio de paradigma que lleva a fortalecer los derechos del trabajador sin eliminar la flexibilidad empresarial y por esa será determinante, razonó, encontrar el equilibrio.