Es indiscutible que cuando se habla de calidad empresarial, de capacidad instalada y estrategia de ventas dentro y fuera del país es Brasil en América Latina y en el mundo después de China, el país con mayores volúmenes y suficiencias en manufactura, producción, así como en transformación. El gigante suramericano ha demostrado potencial en todas las líneas de obtención y exactamente en el sector calzado los brasileros dejaron claro que son excelentes en lo que hacen y que hoy mandan en ventas con distintas marcas, diseños y propuestas en moda.
Dentro de ese mundo de marcas y posibilidades resalta Piccadilly que nació en la ciudad de Igrejinha ubicada en el estado de Río Grande del Sur. Es un municipio situado a 18 metros sobre el nivel del mar por lo que su clima es bastante cálido. Puede decirse que esta urbe fue fundada el primero de junio de 1864 y con el tiempo desarrolló una industria de significativas proporciones en donde el calzado se afianzó como el gran sector en el que giran todos los temas de ingreso y el bienestar social.
La fábrica de Piccadilly tiene características muy exportadoras pues su ciudad natal suma apenas 37.754 habitantes, razón por la cual las empresas producen para el mercado global, actividad que hacen con mucho éxito. También suma en su economía el turismo con unas rutas espectaculares, el Valle de los Viñedos y cañones como los de Fortaleza.
Piccadilly arrancó en 1955 gracias al impulso empresarial de Almiro Grings, una persona dedicada, amante del trabajo y con una visión industrial admirable, siempre trazó metas, tuvo propósitos y caminó por rutas de excelencia, sencillamente no quería ser un fabricante más. En las cuitas del emprendimiento se fabricaban 12 pares de zapatos por día, pero en esa incipiente apertura el reconocido industrial ponía todo su empeño y corazón, sabía lo que quería, y lo mejor, cómo empezar.
La fábrica enfocó toda su estrategia en la elaboración de calzado de mujer y es por ello que la empresa alienta a la totalidad de féminas a descubrir su verdadero yo, explorar esos potenciales que generalmente llevan para explotarlos. Igual la marca invita a las mujeres a redescubrir la belleza propia y ser libre, este sello insta a sus clientes a creer en su propio poder y de esa manera conquistar todo lo que deseen sin renunciar al confort y el bienestar.
Al mirar la empresa por dentro puede decirse sin temor a la equivocación que la compañía llegó lejos y sigue en el mercado de manera sostenible por toda la escala de valores que maneja, pues dentro de sus principios contempla innovación, resultados, honestidad, sostenibilidad, compromiso, respeto, agilidad, gratitud y felicidad. Es bien sabido que Piccadilly es una de las empresas líderes del calzado en Brasil, muy solicitada por el atributo puesto en sus calzados y admirada por trabajar sobre números para hacer que la marca sea cada vez más especial.
Hoy el mundo atraviesa por una tremenda crisis y es la política estadounidense de aranceles a diestra y siniestra, sin respetar acuerdos comerciales, vecindades o acuerdos, sencillamente la Casa Blanca determina una política comercial unilateral que destroza el libre comercio, un baile al que justamente invitaron los americanos, vaya, vaya, qué tenemos aquí, como diría Samuelito.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el encargado de ventas para el capítulo Suramérica de Piccadilly, Marlon Martins, aseguró que las amenazas arancelarias del presidente Donald Trump tienen al mundo nervioso, un malsano juego de palabras que posiblemente tendrá que revertir ante los indicadores alarmantes de inflación en Estados Unidos, una situación que tiene a algunos analistas hablando de una crisis parecida a la de 1929, el preámbulo de la gran depresión que marcó la década de los treinta.
Anotó que lo sucedido hoy con nuevas tarifas de importación rompió las reglas de juego para favorecer a un empresariado norteamericano al que defiende legítimamente, pero con las implicaciones macroeconómicas a que conduce encarecer el producto importado o los servicios como la energía que adquiere de Canadá.
“Ellos en Estados Unidos están en una situación más complicada que nosotros, hablo de Colombia y Brasil, porque allá necesitan de nuestros productos, es decir el café de Brasil, el grano de Colombia y por supuesto del calzado que producen los dos países suramericanos, sin hablar de otros bienes y materias primas esenciales para Norteamérica. Esta es una presión para que el mundo haga lo que el presidente Trump quiere, pero al final se verán las consecuencias porque de hecho ya hay gente preocupada en las ciudades estadounidenses que están notando la consecuente inflación. Nadie niega que Estados Unidos es un país grande e importante y que generalmente es el número uno en negociaciones con sus pares del globo y eso genera susto e incertidumbre en los agentes económicos tanto de Estados Unidos como del mundo porque perder el mercado gringo significa dejar de ganar mucha plata”, precisó Martins.
Un asunto a tener en cuenta, expuso, es que los tratados de libre comercio perdieron piso jurídico o validez porque nadie entiende como se firma un convenio de intercambio en unas condiciones determinadas para que unilateralmente el país del Tío Sam los suba a su antojo y sin consultar a los entes reguladores del comercio. Esas medidas rompen el libre comercio e incumplen las cláusulas fijadas de alguna manera.
A juicio de Marlon Martins, no es recomendable lo que está pasando, ver tarifas arancelarias del 25 por ciento en socios de Estados Unidos como México y Canadá no hace presagiar nada bueno, alguien en ese país pagará los platos rotos y el mayor precio en los productos o en los servicios se verá reflejado en el bolsillo de los individuos de a pie.
El tema, consideró el vocero, va a seguir, pero resulta complicado para los empresarios porque deben cambiar sus proyecciones y metas frente a un escenario totalmente distinto al que sirvió de base para hacer los cálculos. Como si fuera poco, los empresarios que exportan a los Estados Unidos deben cambiar la estrategia y avanzar en competitividad, pero insistió que el gobierno estadounidense quiere mejorar su país con cargo al desmedro económico de los otros países que dependen de la verticalidad y respeto por lo pactado.
Es admirable que Trump quiera bajar los impuestos al interior de su territorio, eso da para el análisis, ayuda a retomar la competitividad que se pierde con una elevada tributación, pero no utilizando como estratagema aumentar los aranceles, pues finalmente el público en Estados Unidos terminará pagando más por los productos que adquiría en mejores condiciones de precio, como quien dice sale lo comido por lo servido.
Colombia, qué buena plaza
El mercado colombiano es muy interesante para Brasil por la proximidad y los aranceles cero para las importaciones, pero también por el parecido que tiene el mercado de Colombia con el de Brasil.
“La rotación del producto brasilero en el mercado colombiano es bastante tranquila”, expresó el directivo de Piccadilly.
Los parecidos son impresionantes entre la industria del calzado de los dos países ya que hay diseños afines y un gusto por el calzado de color, bien esbozado y repleto de confort y estilo, un punto esencial a la hora de vender zapatos en las mujeres colombianas o brasileras que son per sé de exigente gusto. En opinión de Martins, las similitudes son bastante sorprendentes y no solo en calzado sino en costumbres, naturaleza, paisajes y forma de ser de los dos pueblos hermanos y unidos desde el 24 de abril de 1907 cuando se firmó en Bogotá el Tratado de Límites Vásquez Cobo-Martins entre Colombia y Brasil. Desde ese momento la relación binacional entró por una senda de cooperación en seguridad, defensa y desarrollo fronterizo. Hay que anotar que el buen entendimiento condujo al crecimiento del comercio y la inversión, de igual manera repuntó la cooperación técnica y científica en bioenergía y biocombustibles, seguridad alimentaria como también en aspectos culturales y educativos.
Dentro de los compromisos rubricados por Brasil y Colombia se contempla el fortalecimiento de los procesos de integración y concertación regional.
Más allá de los países tengan raíces diferentes, uno de marcada influencia española y el otro pueblo de cultura portuguesa, finalmente son naciones latinas en donde convergen demasiadas afinidades y coincidencias. Dentro de todo lo que une a Colombia y a Brasil está la salsa, la samba, el fútbol y muchas costumbres en las distintas regiones.
En 2024 al grupo Piccadilly le fue muy bien en Colombia, pues se cumplió el plan y se alcanzaron los números proyectados para el periodo en mención y por eso la meta del año anterior se cumplió en un 92 por ciento aproximadamente, puesto que hubo algunos problemas en Brasil como consecuencia de una inundación muy fuerte al sur del país en donde queda la sede y fábrica de la compañía, el evento atmosférico causó muchos problemas a la población y a los empresarios lo que explica por qué se registraron inconvenientes con la producción, de no haber sido por eso, apuntó Martins, el objetivo se hubiese cumplido a cabalidad al 100 por ciento.
Piccadilly, una empresa de calzado que manufactura estilo para el mundo
El pasado cuatro de junio la empresa cumplió 70 años de historia y su trabajo no ha sido en vano puesto que hacen presencia en 100 países sin contar Brasil en donde la dinámica de la marca es muy grande y con reductos importantísimos.
Piccadilly está en toda América, en muchos países de Europa, África, todo el Medio Oriente, Asia y Oceanía. Como se anotó la casa matriz de esta fábrica queda en Igrejinha que traduce iglesia pequeña, un pueblo del estado de Río Grande del Sur en la frontera con Uruguay y Argentina.
La empresa fabrica y vende muy bien para los países del Cono Sur, Chile, Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay, pero en la región son muy demandados sus productos por la parte norte y el mercado andino.
Los muy bien diseñados y fabricados zapatos de Piccadilly van a países europeos de la exigencia de Italia, España, Portugal, Inglaterra, Grecia, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Bélgica, Rusia y otros. La empresa no está despachando a China, pero si a Hong-Kong, Taiwán, Japón, Corea del Sur, Tailandia, Filipinas y muchas otras latitudes.
La empresa elabora 42.000 pares diarios de zapatos, una producción muy importante que les lleva felicidad a las mujeres del planeta, eso sí, sin bajar la guardia porque a mayor facturación más grande es la estrategia de nuevas ventas. La marca pone en el mercado de Brasil el 65 por ciento de su fabricación y deja como oferta exportable para los 100 países compradores el 35 por ciento, un consumo enorme y retador en la misma casa.
Aparte de máquinas y toda la tecnología, la empresa emplea de manera importante diseñadores y verdaderos artesanos del calzado algo que va muy en línea con la industria local calzadista que no solo emplea gente, sino que fortalece el tejido social de la región debido a la elevada mano de obra que absorben las factorías. Para tener una idea, desde que las materias primas salen de las bodegas hasta la caja con los zapatos terminados, pasa por las manos de 300 personas un solo par de calzados, luego es un volumen importante de gente que tiene un ingreso para poder obtener los 42.000 pares diarios.
La empresa que participó en la Feria Internacional del Calzado en Bogotá o el acreditado IFLS+EICI, la mayor plataforma de calzado en Colombia y la región Andina, recalcó que estar en este tipo de eventos es trascendental porque hay ventas, relacionamiento y crecimiento en un mercado cada vez más competido, pero en ascenso por los parecidos y los gustos generalizados en el trópico.
“Es un hecho, la integración y la unión comercial de los países también va a agregar mucha multi-colaboración entre estados o gobiernos, pero también entre la gente. Tan sencillo que nosotros colaboramos con los colombianos y estos nos ayudan a nosotros como industria brasilera y así vamos juntos, esa es la idea”, declaró el señor Marlon Martins.
Los zapatos de Piccadilly son reconocidos por su excelente diseño y calidad, el grupo tiene como política innovar y por ello recurrentemente cambia los estilos, haciendo hincapié en la demanda juvenil, una estrategia que canaliza más público y aumenta las ventas.
En su charla, el encargado de ventas de Piccadilly para Suramérica Marlon Martins explicó que anteriormente se diseñaba y fabricaba calzado para un rango promedio de 35 años o más, hoy se tiene como referente para la manufactura un público femenino de 25 años, pero hay chicas de 18, 20 o 22 años que calzan los productos que tiene la firma en su colección lo que dice que la empresa va muy bien.
No sobra señalar que de los 100 países a donde va el calzado de Piccadilly, en 90 naciones la marca está en un margen amplio de tranquilidad porque el producto encanta, es durable y el comprador deja ver fidelización pues el calzado reúne todo lo que quieren tener en sus pies las cada vez más rigurosas damas que no se conforman con cualquier cosa, pagan por lo mejor, en este caso Piccadilly.
Este prestigioso sello de calzado es la tesis que Brasil produce mucho y con calidad, se trata de un país con demasiada industria y sectores productivos muy fuertes, según Martins, la fabricación de zapatos es un renglón muy importante para los brasileros por la mano de obra y las exportaciones que generan divisas en volumen importante, lo cual ayuda a mejorar la economía del país.