Sábado, 03 Abril 2021 00:26

Ganado criollo, solución de calidad al desabastecimiento de carne

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Estos animales tienen particularidades muy definidas como rusticidad y excelentes rendimientos en carne y leche. Los cárnicos gozan de un sabor que compite con cualquier vacuno de raza foránea.

En ganadería se han vuelto comunes las apuestas por reses importadas que compiten fuertemente con los bovinos criollos, los cuales fueron pasando a un segundo plano por la llamada cría de gama alta. Lo que quizás muchos no saben es que los bóvidos traídos desde hace siglos de tierras españolas son animales de grandes propiedades y con unos rendimientos que invitan a seguir invirtiendo en unas razas legendarias, eficientes, aguantadoras y rentables.

Hablar de ganado es ir 10.000 años atrás en el tiempo, es recordar sus orígenes en el uro y pasar al neolítico para analizar el proceso de cría y conformación de rebaños. Igual es acompañar a Cristóbal Colón en su segundo viaje en 1493 y verlo bajar ganados traídos de España en tiempos de la reina Isabel.

El ganado criollo fue importante desde el mismo momento en que llegó a la isla de La Española, y después con su arribo a tierra firme en 1521, la vida en el continente dio un giro importante tanto en alimentación como en nuevas prácticas económicas. Los toros y las vacas lanzadas al trópico empezarían a hacer parte de una historia que acompañó todo un proceso de desarrollo rural con base en la nueva proteína de los americanos. Así aconteció en Colombia cuando en 1536 Sebastián de Belalcázar, desembarcó los primeros bóvidos para darle origen a la dura, pero enamoradora cría de ganado.

Este tipo de ganado conserva en su ADN una base clave en las mejoras genéticas que han sido posibles con los bancos de germoplasma, los cuales llevaron a razas nuevas, cargadas de propiedades y aumento en los rendimientos y conversiones. El famoso, pero olvidado y apartado ganado criollo, hoy puede ser la respuesta a las necesidades de proteína de Colombia y por qué no, a una oferta exportable que seguirá en aumento porque cada día son más insuficientes las ofertas de carne de los grandes jugadores.

 

Germán Martínez Correal

Germán Martínez Correal

En plática con Diariolaeconomia.com, el presidente de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Criollo del Llano, Asocriollanos, Germán Martínez Correal, aseguró que el problema de desabastecimiento en carne puede conjurarse con un trabajo más decidido del Gobierno que de aplicar una política agrícola de estado, incentivaría el repunte del hato de ganado rústico o de origen europeo, mejor conocido como Bos Taurus.

Apuntó que el principal problema de la ganadería colombiana tiene que ver con la reproducción, factor determinante para la sostenibilidad y la competitividad que tan solo encontrará solución con el uso de animales fértiles que son aquellos que están adaptados a las condiciones tropicales, muy particulares en países como Colombia. Manifestó que una ganadería fecunda y con mayor tasa de nacimientos conduce a objetivos determinantes de desarrollo sostenible y respeto por el medio ambiente, todo porque los bovinos criollos son los únicos capaces de digerir los forrajes tropicales, es decir que no se necesita generar competencia con otras especies, generalmente monogástricas como el mismo ser humano. Lo anterior dice que de esa manera no hay propensión a la importación de forrajes o de cereales, destinados para alimentar inapropiadamente a unos ganados que deben ser sinónimo de sostenibilidad, competitividad y apego por el bosque, el mismo que ha sido terriblemente derribado para sumar más y más potreros.

Una dieta con forrajes naturales, muy del monte, no solo garantiza mayor reproducción sino unos bóvidos menos costosos en su alimentación, demasiado resistentes a enfermedades y alejado del estrés calórico puesto que están dotados para soportar altas temperaturas y extrema humedad, así mismo los ganados criollos, por su origen rústico, no es presa fácil de parásitos y patologías que desprenden de la rigidez del clima.

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El criollo y la calidad son términos afines

 

Por alguna razón, a la gente no se le ha dicho que el ganado criollo, no solamente es más versátil y bondadoso por sus rendimientos y conversiones de pasto a carne y leche, sino que tiene como particularidad que de él vienen productos de altísima calidad.

La carne del ganado criollo, expuso Martínez Correal, compite con las mejores del mercado, porque viene de una ganadería hecha a base de pastoreo, básicamente de Bos Taurus o toros taurinos, las únicas razas bovinas adaptadas al trópico con inmejorables comportamientos en cría y negocio, una ventaja que empezó a verse en América hace más de 500 años, tiempo en el que la especie evolucionó, a tal punto que hoy es la única casta capaz de soportar diversas atmósferas y de sobrevivir en el variable y retador contexto de cambio climático.

Las razas criollas, recalcó Martínez, están preparadas para los desafíos que trae implícito el mercado, habida cuenta que hay exigencia en calidad e inocuidad, ello sin contar con la posibilidad de adicionar al portafolio unos productos insuperables, con denominación de origen y típicos del país y la región.

 

“Nunca hemos entendido por qué no valoramos las únicas razas que podemos reclamar como nuestras, llevan como le digo más de cinco siglos de evolución en el trópico colombiano. El país no sabe del potencial que tienen estos ganados, ha habido desagradecimiento porque la especie nativa de Europa se ha mirado preocupantemente con desdén. Esa situación es la consecuencia del esnobismo que nos caracteriza, puesto que siempre creemos que lo que viene de afuera es lo mejor”, precisó el directivo.

 

En opinión del empresario, otra situación, por corregir, es que el ganadero no hace cuentas y al no reportar su ejercicio económico, creen que, por el menor tamaño de los vacunos criollos, hay menor ganancia, omitiendo que hay más terneros y por uso de superficie, una mayor producción. Anotó que en los últimos dos años el tema de ganado criollo se puso sobre la mesa y por eso la gente está volviendo los ojos hacia ellos.

Un problema serio es que, en asuntos de ganadería criolla, no hay población y para complicar las cosas algunos quieren adoptar estrategias de mayor costo y poco eficientes en las tasas de natalidad y sobrevivencia. Aclaró que no se trata de desechar los programas de mejoramiento sino de llevarlos a cabo con el mayor cuidado porque al ser cantidades tan pequeñas, el ganadero puede erosionar la variabilidad genética de esas razas, la base fundamental del necesario mejoramiento.

En las cuentas del dirigente está que, en el próximo quinquenio, la ganadería criolla podría aumentar su hato, con lo cual habría mayor oferta de carne y leche como también de genética. Eso invita, aseveró, a que los gobiernos y las entidades encargadas de darle viabilidad a la política agrícola, retomen su mirada a las razas criollas porque infortunadamente la ganadería se acostumbró a pensar en lo que debe traerse del extranjero, inclusive de países que hicieron mejoramiento con razas colombianas.

 

“Los ganaderos están importando animales mejorados que deben multiplicarse con base en biotecnología reproductiva y muchas otras cosas, olvidándose que lo más práctico y sencillo es utilizar razas criollas, totalmente adaptadas a nuestro medio, pero para mejorar, y tengo que recalcarlo, necesitamos de una política de estado para subir el rebaño criollo, masificarlo y doblarlo, ojalá, en un quinquenio o menos tiempo”, dijo Germán Martínez Correal.

 

Hay leyes que pasan por debajo de la cerca

A criterio del presidente de Asocriollanos, la política para el campo y la ganadería como tal existe como quedó reflejado en el plan de acción que fue liderado por el propio Germán Martínez en el año 2010 con total respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.

Sostuvo que en materia ganadera y agrícola hay leyes trazadas que no se cumplen y que suelen pasarse por la faja, ello porque cada gobierno llega con un objetivo totalmente inmediatista y diferente, todo en detrimento del campo, de la seguridad alimentaria y de un país que urge de una sustitución de importaciones para paliar posibles hambrunas y devolverle a la ruralidad todo lo que se le quitó, incluyendo mano de obra, crecimiento, progreso y el desarrollo de especies propias o nativas.

Colombia, dijo Martínez, debe volver a su ADN que es totalmente campesino, vocacional y arraigado a la tierra, en donde será posible retomar la seguridad y la soberanía alimentaria, sobre pilares de excelencia, experiencia local, y entero conocimiento, dejando de lado la importación malsana de agroquímicos y germoplasma foráneo.

Dentro del sonado Plan de Acción, comentó el directivo, hay un Decreto del ministerio de Medio Ambiente que prohíbe la importación a Colombia de germoplasma extranjero que ponga en riesgo el material genético nativo, Ordenanza que no se cumple, puesto que todos los años ingresan al país nuevas razas, semillas y genética sin la más mínima consideración por el peligro que una internación improcedente pueda generar. Esta como muchas otras leyes, señalaron otras fuentes consultadas, están vigentes para su desacato.

Asocriollanos maneja en Villavicencio ganados criollos de considerables propiedades como el San Martinero, bovino de la región, igual la asociación cuenta con criadores de Romo del Sinú, de Blanco Orejinegro y Hartón del Valle. Para beneplácito de los ganaderos, la asociación está creciendo y expandiendo su radio de acción, motivo por el cual hay afiliados del Tolima, del Valle del Cauca, del Cesar y de Bolívar.

Los asociados invitaron al público en general a consumir cortes de carnes resultantes de razas criollas, una proteína espectacular, de muy buen marmoleo o grasa intramuscular, de primerísima calidad, una carne que no tiene que envidiarle absolutamente nada a la de las razas foráneas, todo lo anterior sustentado en estudios adelantados con Agrosavia.

Una buena noticia es que muy posiblemente volverá a retomar labores la comercializadora de carne, Pentace, exclusiva de razas criollas, fundada hace unos cinco años, operó con éxito, pero debido a la falta de apoyo y problemas externos tuvo unos inconvenientes que la llevaron a cerrar, hoy con nuevo aire y metas trazadas, la gran vitrina de carne nativa volverá a la mesa de los hogares colombianos para deleitar consumidores de exigente paladar.

No es un secreto que la carne de ganado Sanmartinero, por citar un ejemplo, reporta mayor calidad que la de las razas importadas o la que viene de cruces en el trópico. La venta de carne colombiana de verdad, verdad, tendrá como origen fincas certificadas en Buenas Prácticas Ganaderas, todo con un sello de calidad y la garantía que ofrece la excelencia.

 

Tame, una región a la medida de la ganadería

William Aldemar Tejeiro Atuesta

William Aldemar Tejeiro Atuesta

De otro lado, Diariolaeconomia.com, habló con los ganaderos de Arauca, básicamente de Tame, en donde la cría de bovinos es clave en la economía regional, en la generación de empleo y el fomento de un tejido social determinante en el bienestar de quienes trabajan en la cadena ganadera.

Tame es uno de los cinco municipios más productores de carne en Colombia, de hecho, el tercero después de Montería y San Vicente del Caguán.

El Gerente del Comité Regional de ganaderos de Tame, William Aldemar Tejeiro Atuesta, aseguró que la actual situación con la carne para el mercado interno es la consecuencia de una actividad comercial externa en permanente crecimiento, factor que exige urgente corrección sectorial por un visible desperfecto en oferta y demanda.

Diariolaeconomia.com/ ¿Qué opinión le merece al Comité de Ganaderos de Tame el desabastecimiento de carne en Colombia?
William Aldemar Tejeiro Atuesta: Creemos que como en casi todos los alimentos, el problema no es de producción y abastecimiento, sino más bien de imperfecciones de mercado que impiden que los productos lleguen finalmente a las fracciones de la población con menor poder adquisitivo, y esas imperfecciones del mercado se acentúan, aún más, cuando los bienes son objeto de comercio mundial, tal y como pasa con la carne de res, que reporta actualmente una demanda internacional con crecimiento exponencial.

DLE: ¿Hay que regular la exportación de ganado en pie?
WATA: Gracias a la recuperación del estatus sanitario y a la avanzada de diplomacia sanitaria del país se lograron varios mercados internacionales para la carne de res y para animales vivos, de estos últimos salieron de Colombia el año anterior 264 mil bovinos, esto equivale al 8,1% del sacrificio interno formal, basados en las cifras reales, no se puede decir que esta coyuntura esté causando desabastecimiento, lo que realmente sí hay, es una nueva línea de negocio de la actividad ganadera que está generando divisas al país y beneficios económicos a un sector integrado, en su gran mayoría por pequeños productores; no obstante, lo ideal es sacrificar, procesar y agregar todo el valor posible en el mercado interno para luego si exportar.

DLE: ¿Colombia debe aumentar o duplicar el hato actual?
WATA: Indudablemente los ganaderos del país debemos aumentar la eficiencia productiva por unidad de área, igual, tenemos que mejorar los índices reproductivos del hato y la eficiencia en el pastoreo. Esto NO debe implicar un aumento de extensión dedicada a la pastura, todo lo contrario estamos obligados a ceder áreas al bosque y a los corredores biológicos, los sistemas silvopastoriles son una gran alternativa.

DLE: ¿Es cierto que la falta de ganado para consumo interno, puede incrementar el contrabando desde Venezuela?
WATA: El riesgo del contrabando es latente, tenemos una frontera "porosa" de 2.219 km con Venezuela, y el contrabando es más bien un asunto de conveniencia, es decir, sí para un contrabandista es rentable comprar en Venezuela y pasar a Colombia, acudirá a cualquier mecanismo espurio para intentar llevar a cabo el ilícito.

DLE: ¿Con este contexto, qué falencias hay en la ganadería nacional?
WATA: Realmente, vemos una gran oportunidad de crecimiento para el sector, es un enorme reto, sí, es cierto, hay mucho por hacer, pero indudablemente, en la actual coyuntura, las prospectivas, definitivamente, son superlativas.

DLE: ¿Cómo va el sector ganadero de Arauca y puntualmente de Tame?
WATA: La ganadería en Tame, es una actividad económica que vincula directamente a más de 5.000 familias, alrededor del 75% son pequeños productores. En Colombia, somos el municipio que más carne en pie produce, no exagero si digo que tenemos la buena fama de despensa en la Orinoquia Colombiana, nuestras gentes y nuestros suelos, a Dios gracias, tienen una aptitud inmejorable para el desarrollo de esta actividad. En Tame, cuenta la historia, iniciaba uno de los más grandes hatos de principios de la patria "Caribabare": Nuestra ganadería es muy apetecida porque se desarrolla a base de pasto, sal y agua, es muy natural, muy sana; hay mucho por hacer, pero estamos avanzando, actualmente los precios del ganado gordo nos favorecen y estamos repuntando económicamente.

DEL: ¿Les preocupa la intención del Gobierno de imponer impuestos a maquinaria e insumos para el campo?
WATA: Tenemos entendido que el texto del proyecto de reforma tributaria no ha salido en firme aún, una vez esto suceda podremos plantar nuestro punto de vista, sin embargo, grabar la canasta de los insumos y las máquinas necesarias para la producción agropecuaria sería disminuir la competitividad del sector, mala cosa.

La ganadería de hoy está en un dilema que puede ser hasta grato porque reporta mayores exportaciones, abre nuevos mercados, pero se expone al desabastecimiento interno. Hay una tarea que hacer, los vientres deben retenerse y la población de bovinos debe crecer, es un hecho, el inventario no va a ser suficiente. Una apuesta lógica está en las razas criollas que paulatinamente retornan, ojalá para quedarse, porque son autóctonas, agrestes, resistentes y dueñas de una mirada rígida, de mayor rudeza, muy cercanas al milenario y potente uro, que a la fecha sigue vigente en las ganaderías y acomodándose a los diversos entornos de clima y suelos.

La base está ahí, pese a los siglos y circunstancias, mugen toros y vacas en las haciendas, descendientes del Bos Taurus, afortunadamente siguen matizando una actividad ganadera vital en la vida del ser humano.

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