Los antropólogos y expertos en rastros del pasado dicen que la cría de cerdos tiene dos momentos en la historia, para algunos esta actividad arrancó en el neolítico hace 13.000 años, pero existen otras versiones que aseguran que esta domesticación inició en China en el 4.900 antes de Cristo, de todas maneras salta a la palestra que el cerdo fue uno de los animales pioneros en las explotaciones adelantadas por seres humanos.
El cerdo que viene del jabalí tiene sus orígenes en el primer periodo de la era terciaria, algunos estudios concluyen que posiblemente haya llegado 30 millones de años antes de Cristo, dejando claro que es una especie que viene de la familia de los suidos en donde el cerdo salvaje marcó un comienzo determinante.
Cuando el hombre optó por la agricultura y se volvió sedentario los cerdos buscaban alimento en zonas rurales con presencia de humanos e inclusive se alimentaban de algunos desechos que generaba el hombre en sus inicios. Su captura al parecer fue sencilla y con ella vino una domesticación y una explotación importante por el suministro de proteína.
Sin embargo es bueno dejar claro que el hombre consumió cerdo en la prehistoria en vista que se han encontrado restos del animal en unas cuevas del paleolítico. Con el tiempo el imperio romano lo vio como un buen negocio y fuente de aprovechamiento. Los romanos utilizaron el cerdo en la producción de embutidos pues con la sal era más fácil conservar la carne, un punto determinante para masificar su consumo.
El cerdo es un producto de grandes propiedades nutricionales, pero no todos en el mundo lo conciben así, los egipcios, etíopes, hindúes, cananeos, judíos, musulmanes y otras culturas desprecian esta especie a la que tildan de sucia, un animal de alto riesgo para la salud y la higiene. De todas maneras así como le hacen el feo por un lado, lo solicitan por el otro pues en países como España, los cerdos han sido vitales en la economía y en la unión de los pueblos ibéricos.
Los españoles tienen la habitual matanza del cerdo que se hace para conmemorar a San Martín. Este animal provee carne de gran sabor, pero de él salen varios productos tradicionales como jamones, chorizos, morcillas, embutidos y otros cárnicos aderezados de gran sabor y duración. El cerdo es muy consumido en Europa, pero igual en las américas, Asia y buena parte de África.
En Colombia la historia del cerdo empieza a escribirse en 1530 cuando Jorge Robledo llevó los primeros porcinos a tierras antioqueñas en donde tuvieron buen recibo no solo en colonos o criollos, sino también en indígenas. La carne gustó mucho y era comprada fresca y preparada en los hogares, pero años más adelante y por toda la influencia española fue cambiando su presentación hasta convertirse en jamón y otras alternativas.
Puede decirse que el cerdo llegó tarde a Colombia si se tiene en cuenta que los primeros animales, ocho, más exactamente, arribaron a América en el segundo viaje de Cristóbal Colón en 1493, en ese tiempo los puercos fueron desembarcados en La Española, isla caribeña que tras su fraccionamiento le dio campo a República Dominicana y a Haití.
Hoy el cerdo conforma una importante industria que abastece los mercados locales e internacionales, su consumo crece al igual que se crianza y tal y como van las cosas en aumento de la población mundial, esta proteína seguirá repuntando habida cuenta que la proteína sigue siendo escasa a nivel global.
En charla con Diariolaeconomia.com, el presidente Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Porcicultores, Porkcolombia, Jeffrey Fajardo López, anotó que el 2024 cerró con muy buenos indicadores por cuanto fue el año de mayor estabilidad en la formación del mercado en toda la historia de la porcicultura colombiana. Expuso que el crecimiento al cierre del periodo estuvo cerca al ocho por ciento, pero con unas condiciones de comercialización muy estables que le han permitido situarse como la proteína animal de menor aporte en el índice de precios al consumidor, escenario que estabilizó igualmente el consumo de carne de cerdo en los hogares, una tendencia que lleva al gremio a apuntar a que sea un consumo cotidiano, de todos los días, algo que profundamente se está logrando en Colombia.
En este momento, el consumo per cápita de carne de cerdo se ubica en 14.5 kilos por persona al año, pero se trabaja para que en 2030 el consumo llegue a 18 kilos lo que implicaría que en ese año el país y sus productores estarían ya por encima de las redes en consumo o kilos per cápita al año y situando a Colombia en el promedio de la región, de América Latina en consumo de carne de cerdo.
“Lo más importante es que esa proyección de consumo vaya acompañada de estrategias de crecimiento ordenado de producción para que precisamente se pueda atender un mercado cuya capacidad de demanda sea también lo suficientemente estable y por eso los sectores deben aprender a no desbordar la obtención para no generar crisis que conduzcan a falta de producto y a un consecuente incremento del valor al público. Hay de hecho ciclos muy marcados de subidas y bajadas de precios, pero en general la porcicultura lo ha hecho bien y le ha dado manejo a las coyunturas afianzándose como un sector estable y muy bien planificado en sus crecimientos y por ello el parte es muy positivo”, declaró el señor Fajardo López.
En materia de producción, el 2024 se cerró con un poco más de 6.1 millones de cabezas beneficiadas y una producción en toneladas que se sitúa por encima de las 750.000 de consumo total.
Los asuntos sanitarios, aseveró el directivo, van muy bien y por ello el porcicultor es uno de los sectores más destacados pues Colombia tiene prácticamente toda la producción en zonas libres de Peste Porcina Clásica, PPC, que es la enfermedad de control oficial, igual esta industria está certificada por la Organización Mundial de Sanidad Animal, OMSA, con un programa muy ambicioso de parte del Fondo Nacional de la Porcicultura, FNC, para lograr la ampliación de esas zonas libres de PPC y sobre todo para su contención con un reto que es bien importante para quienes producen proteína animal y es tener un país vecino en condiciones de ausencia total de control de enfermedades y de certificaciones internacionales para demostrar que se está haciendo control de problemas sanitarios en ese vecindario, y con una frontera de 2.600 kilómetros con Venezuela, eso, subrayó el Presidente Ejecutivo de Porkcolombia, es gran logro para todos los que explotan carne y distintas especies en el ámbito pecuario.
La meta, nuevos mercados
El gremio viene haciendo un trabajo juicioso en la apertura de nuevos mercados puesto que en lo que le corresponde al gremio se ha venido explorando mayores mercados potenciales abiertos, hoy el sector cuenta con clientes como Costa de Marfil y Ghana en África, pero también Macao, Hong-Kong y Singapur en donde los mercados están disponibles, pero ese factor no se queda allí en vista que debe preparase una oferta exportable que cumpla con las condiciones de exigencia de los productos y que sea suficientemente competitiva y permanente ya que no se trata de enviar un contenedor pues la idea para Fajardo López es contar con una producción que crezca en función de un mercado de exportaciones totalmente sostenible.
A la fecha exportar cerdo a Estados Unidos es prácticamente imposible porque ese país norteamericano exigiría certificación libre de aftosa sin vacunación. Por el contrario China está en proceso y se espera que en este entrante 2025 el país reciba la visita de la Administración General de Aduanas de China, GACC, entidad que realiza inspecciones sanitarias, producto importado, instalaciones y otras labores que tienen que ver con inocuidad. Esta inspección será crucial para Colombia porque iniciará el proceso de habilitación de plantas de carne bovina y también la de proteína porcina. La visita se dará, según informó el dirigente gremial en el primer trimestre de este 2025.
Actualmente la porcicultura colombiana tiene importaciones casi que para toda la producción carne de cerdo, básicamente maíz, soya y torta de soya, alimentos que se compran principalmente en Estados Unidos. Hoy, dijo Jeffrey Fajardo López, prácticamente toda la materia prima que se utiliza para la producción de alimentos balanceados es importada.
De momento el clima no es problema
El cambio climático ha hecho que muchos empresarios de la ruralidad experimenten todo tipo de inconvenientes por daños en la producción, potenciamiento de plagas y la incertidumbre de veranos e inviernos por la duración de estas condiciones atmosféricas tan impredecibles.
En la cría de cerdos, afirmó Fajardo, la producción está tan industrializada que se ve estimablemente separada de los asuntos climáticos y el sector no es tan dependiente como los cultivos y toda la parte agrícola verbigracia el arroz que en la Altillanura o la Orinoquía se produce 45 por ciento en condición de secano, una siembra que depende significativamente de las lluvias como pasa con otras plantaciones o la leche que tiene como ecuación, lluvias mayor producción, sequía, menor obtención.
En el caso de porcicultura, manifestó el presidente Ejecutivo de Porkcolombia, la mayoría de la producción se da en ambientes controlados, de forma artificial, factores que la libran del estrés climático, Ahora bien, aclaró, si colateralmente hay campanas de racionamiento o de incrementos en los costos del gas por las importaciones y la falta de planificación que se ha dado para su abastecimiento, eso desde luego impactaría el ejercicio de los productores porque se hablaría de la agregación de energía calórica a través del hidrocarburo, pero es un impacto mucho menor al que tiene un cultivo que dependa de que llueva o no.
En los últimos 20 años la porcicultura colombiana ha hecho un esfuerzo enorme y por ello cambió radicalmente la fotografía pues hace dos décadas el cerdo era un producto sumamente estigmatizado y que concentraba su comercialización principalmente en las festividades de fin de año. Los consumidores, dijo el conocedor, tenían mucha resistencia a convertirlo en una proteína cotidiana, hoy acentuó, el panorama es totalmente distinto, la proteína de carne de cerdo es la número uno como se precia en los ranking Top of Mind. Apuntó que si se le pregunta a un colombiano cual es la proteína que más consume, el 37 por ciento que es la mayoría, de los encuestados responden carne de cerdo como primera opción, los demás están distribuidos en carne de pollo, pescado y carne de res. En opinión del vocero, tener la carne de cerdo como número uno tiene que ver con todo un proceso de la producción en sí misma pues de nada serviría tener una espectacular campaña como la que lidera Porkcolombia si al final no se cumple con la promesa de valor, con un producto de primer nivel.
“Ha sido la combinación entre una estrategia comunicacional y una verdad que se cuenta sobre lo que está sucediendo a nivel de la producción”, expresó el dirigente gremial.
Hoy hay unas importaciones de carne de cerdo que representan el 20 por ciento del mercado total, una condición diferente a lo que acontece en res o pollo que no pesan cada una más del uno por ciento del mercado total. La cifra muestra que desde los últimos cinco años ha sido un pilar estratégico hacerle frente a la carne de cerdo importada con una estrategia de sustitución de importaciones que significa básicamente ir colonizando mercados de hoteles, restaurantes y otros lugares de especialidad que habían sido tradicionalmente suplidos con carne importada, para poner carne de cerdo colombiana en los platos de esas estructuras comerciales, una prioridad.
De igual manera se logró avanzar significativamente en el tema de las importaciones por parte de grandes superficies que hoy optaron por tener solamente carne de cerdo producida en Colombia en sus neveras o góndolas, un avance muy grande.
Las importaciones de cerdo se hacen principalmente de Estados Unidos, un 90 por ciento el 10 por ciento restante tiene que ver con algunas compras hechas en España, Chile y Canadá que ocupa el segundo lugar en origen de importaciones, una muestra de que el TLC si les sirve a los norteamericanos que ponen carne de cerdo en cortes.
Desde el comienzo del mandato las relaciones con el gobierno han sido respetuosas y fluidas, de un lado por el apego a la institucionalidad y a la agenda de trabajo que tiene Porkcolombia así como unos retos técnicos que enfrentar como también desafíos sanitarios y de mercadeo, una labor que se hace con los recursos del fondo parafiscal, todo al amparo de unas buenas relaciones con las autoridades, especialmente con el ministerio de Agricultura que ha sido diligente lo que lleva a tener un balance de plena normalidad.
“De pronto, la posibilidad que subyace en el fondo es que de alguna forma sí entendemos que el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, como autoridad sanitaria, ha venido viviendo un proceso preocupante de politización pues la institución debería ser un bastión netamente técnico en donde estén los mejores profesionales en los aspectos pecuarios y agrícolas. El tema nos preocupa porque es una entidad que lleva varios meses con gerencia en encargo, como sucede con algunas subgerencias, algo que implica inconvenientes que deben ser subsanados para lograr que la estructura administrativa y funcional del ICA pueda engranarse en estos últimos meses del gobierno para que al final el balance sea totalmente satisfactorio”, anotó Jeffrey Fajardo López.
Los temas con el gobierno van por tan buen derrotero y el diálogo de alto nivel ha sido tan definitivo que la parafiscalidad fluye sin amenaza alguna, entre otras cosas porque las cosas se han hecho bien y se notan.
Lo más inteligente es dejar de lado los conflictos bélicos
Para nadie es un secreto que las guerras que se dan en Europa Oriental y Oriente Medio tienen a más de uno pensando porque con la salida de misiles de un lado a otro, muchos no han descartado una Tercera Guerra Mundial que dejaría saldos muy lamentables para la humanidad.
“Me veo obligado a decirle que si llegamos a una Tercera Guerra Mundial usted y yo nunca nos volveríamos a entrevistar”, expresó el dirigente gremial.
Sobre el asunto dijo que en efecto existe preocupación en los sectores productivos y en los seres humanos como tal porque un conflicto de esa dimensión y con el armamento actual podría ser devastador para la vida en el planeta porque Rusia tiene 2.600 ojivas nucleares y Estados Unidos 5.550 con los cual, apuntó, cada uno tiene la capacidad de destruir el mundo, así que se trata de algo catastrófico que ojalá nunca suceda.
Lamentablemente todos los años llegan con el riesgo de conflictos comerciales y otras amenazas, pero hay expectativa con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca lo que implica una agenda internacional diferente a la del mandato de Biden en el sentido de darle mucha prioridad al tema Ucrania, Taiwán y Gaza.
“Ese tipo acontecimientos marcan la pauta para el comercio de granos, igual para temas logísticos y otros, pero esperamos que esas palabras tan mayores como una Tercera Guerra Mundial no se den nunca”, puntualizó el presidente Ejecutivo de Porkcolombia Jeffrey Fajardo López.