Termina otro año con muy buenos reductos para el café colombiano, los productores saben que la tarea se está haciendo bien, pero también son conscientes que hay mucho por mejorar como remozar los cafetos, seguir con la renovación y no bajar la guardia en calidad. Colombia tiene muy arriba su reputación en atributo cafetero y seguramente seguirá siendo el rey del contrato C amén de todo lo que hacen algunos países por siquiera parecerse al grano nacional, siempre especial, siempre noble, siempre aromático y cargado de un sabor mágico muy particular de estas tierras.
En charla con Diariolaeconomia.com, el exgerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, FNC, Roberto Vélez Vallejo dijo que sin duda alguna los caficultores cierran un año bueno, inclusive con cifras históricas al firmar una producción superior a los 14.8 millones de sacos de 60 kilos en el año cafetero 2024-2025, indicador que no será igual en el periodo 2025-2026 en donde se espera una desaceleración por clima y ciclos naturales.
El experto dijo que independiente de un comportamiento mixto el 2025 deja ver una menor producción que 2024 y recalcó que en términos matemáticos el café producido será más bajo porque se tuvieron dos cosas, un clima que no fue el mejor a principios del periodo y que explica por qué la cosecha al final de la vigencia presta a claudicar está más mermada, y dos, claro está, que de todas maneras el café tiene esa condición de comportamientos bianuales en donde hay una cosecha grande y otra más pequeña.
Expuso que el año pasado los árboles produjeron muchísimo café y este año lógicamente hay una cosecha menor sobre todo por lo que pasó en el segundo semestre en donde evidentemente se notó una desaceleración. Sin embargo, explicó, desde el punto de vista del caficultor y del cafetero raso el ingreso será superior porque los precios promedio de 2025 fuero superiores a los de 2024.
“Yo creo que ahí hay un consenso entre los productores del grano que, si bien la cosecha fue menor y la cantidad de café vino más pequeña, el ingreso estuvo por encima del año anterior gracias a los buenos precios que se dieron durante el 2025”, comentó Vélez Vallejo.
Sobre precios, expresó el conocedor, es muy difícil hacer pronósticos por tratarse de un commoditie atado a la ley de la oferta y la demanda, empero aclaró que Brasil vuelve al escenario mundial con una cosecha por decir algo, normalizada después de casi cuatro años de recolectas muy afectadas por mucho frío, fenómenos de heladas pequeñas, pero finalmente heladas, bien por falta de lluvias y falta de productividad de los árboles. En consecuencia, subrayó Vélez Vallejo, regresa Brasil con una cosecha que entonces ya empieza a poner los números para dimensionar de qué tamaño será, pero indicó que muy seguramente el gigante suramericano tendrá una recolección que hará que lo que fue un balance deficitario en los últimos dos o tres años en términos de producción mundial versus consumo, se vuelva un balance de superávit de unos diez millones de sacos que aunque suena mucho no es suficiente para compensar el faltante del último tiempo que impactó el mundo cafetero.
En ese sentido dijo que apenas será suficiente para subsanar el déficit de café arábica generado en el mercado durante los últimos tres años, los brasileros, apuntó el conocedor, generaron un hueco estructural expresado en cuatro o cinco millones de sacos en el mundo cafetero, pero con la producción estimada habrá no solamente un poco más de inventario para los tostadores sino algo de tranquilidad en el entorno cafetero que involucra a la industria aún con inquietudes porque en asuntos atmosféricos ya no se sabe que pueda surgir.
El tema según los analistas es que, debido a lluvias extremas, heladas y sequía, la cosecha cafetera de Brasil en 2025 resultó mixta en cifras castigando la recolecta de grano arábica por lo sucedido en Minas Gerais, eso sí permitiendo un buen comportamiento en la obtención de café robusta que cerró con volúmenes importantes dejando asombrados a los caficultores que vieron mayores rendimientos por hectárea. Así las cosas, las proyecciones iniciales de los agentes en materia de cosecha general para 2025 apunta a los 55 millones de sacos de café, cifra que para otros puede alcanzar los 56,5 millones de sacos que igual impactó el mercado mundial y las mismas cotizaciones del bebestible en bolsa.
Al concluir 2025, en robusta Brasil tendrá una cosecha de 24 millones de sacos en tanto que en arábica el indicador lleva a 35.2 millones de sacos por los inconvenientes climáticos de 2024 que afectaron floración y relleno de los granos. En síntesis, hubo en 2025 un desplome en la oferta brasilera de café de elevada calidad lo cual redundó en volatilidad en el mercado global. En el periodo 2025-2026 algunos analistas creen que la cosecha brasilera llegará a 64,7 millones de sacos de los cuales 37,7 podrían ser de arábica.
Ahora bien, los pronósticos para el periodo 2026-2027 hace prever un crecimiento importante de café en Brasil, los conocedores hablan de un 13,5 por ciento, es decir 74,4 millones de sacos de 60 kilos, todo un récor y la salida de los tiempos difíciles, aunque los expertos son recurrentes en que es mejor esperar que muestra el clima entre enero y febrero pues en café nunca está nada escrito o asegurado hasta tanto no se recolecte el grano.
El segundo fenómeno, anotó Vélez Vallejo, será Vietnam que sigue con interrogantes, nadie sabe que sucederá y cabe recordar que este país atravesó por un periodo de lluvias extremadamente violento a lo cual se sumaron un par de tifones gigantescos que golpearon su zona cafetera y entonces, indicó Vélez Vallejo, surge la inquietud si ese país de Asia vendrá con una producción grande o no.
“Yo calculó que vuelve con una producción que estará por el lado de los 28 o 30 millones de sacos, es decir habrá una cosecha mundial normal sin afectaciones y lógicamente el precio de cuatro dólares no corresponde a un momento en donde la oferta y la demanda tengan un superávit. ¿hasta cuanto puedan bajar los precios?, la verdad uno no sabe porque repito, la industria apenas está rehaciendo inventarios, pero uno creería que, sin fenómenos climáticos adversos, los precios de cuatro dólares serán posiblemente cosa del pasado”, declaró el señor Vélez Vallejo.
A los caficultores, Vélez Vallejo les envió un mensaje sucinto, pero con mucho beneplácito en vista que el mercado les dio la oportunidad un poco de resarcir pérdidas del pasado y de volver a tener una economía equilibrada en donde el productor pudo tener una rentabilidad que se convirtió en nuevas siembras y en renovación siendo muy alentador el anuncio de 100.000 hectáreas como meta de la FNC para el nuevo año, un número que le debe agradar a todos porque genera esperanza futuro en términos de la cantidad de café producido y en general un nuevo parque cafetero potenciado y prospectivo que debe aprovecharse al máximo.
En lo referente a valores, sostuvo, sigue recuperándose, moviéndose y creciendo la dinámica de los cafés especiales que para el capítulo Colombia tiene un segmento en donde los niveles de precio, si bien no es que sean exorbitantes, si son mucho mejores y pueden llevar a los factores de rentabilidad y eso dice, manifestó, que hay que seguir haciendo el trabajo, continuar con las siembras de café, seguir apostándole a la calidad y confiar en que el crecimiento del consumo tiene que darle al cafetero colombiano el ingreso que le remunere el trabajo hecho.
Geopolítica incide en tasa de cambio
El tema geopolítico seguirá siendo determinante en la agenda económica, tantas voces amenazando, advirtiendo o dando órdenes no ayudan, llevan a la incertidumbre en un mundo que necesita producir, vender y tener calidad de vida sin tanto sobresalto. A juicio de Roberto Vélez Vallejo, todos esos fenómenos de disrupción a nivel económico, de geopolítica, guerras y confrontaciones mundiales tienen un efecto sobre la economía global, sobre los países y ahí viene una variable de la que no se habla mucho y es la tasa de cambio, un asunto que suscita inquietudes por el derrotero que pueda tomar, pero igual un problema fiscal de grueso calibre que necesita ser conjurado con sensatez y aplomo.
Igual siguen los interrogantes, dijo, qué pasará con Venezuela y la tasa de cambio, unos elementos que, desde el punto de vista geopolítico, aunque muchos no lo crean le pega al bolsillo del cafetero y a lo que puede ser el panorama mundial del café para el 2026.
A la fecha hay una inestabilidad cambiaria totalmente visible que lleva a la angustia puesto que una cosa, como puntualizó el reconocido cafetero, es dólar de 3.700 o 3.800 y otra cosa dólar de 4.500 o 5.000 pesos.
Para colmo de males, pensando en economía, afirmó Vélez Vallejo, se vienen elecciones el próximo año y las otras preguntas son ¿qué pasará con eso?, ¿qué pensará el nuevo presidente con relación al café y la caficultura?, en fin, acentuó, hay interrogantes también desde el punto de vista político y qué impacto puede llegar a tener en el 2026 para los cafeteros.
Hoy, y ha sido histórico, hay un asunto injusto para muchos y es que las agendas económicas no deben mezclarse con las políticas porque ello termina siendo un menoscabo para muchos países y para el mundo, de todas maneras y lo aclaró el versado en café, se trata de dos cosas muy ligadas, son temas, dijo, que van de la mano y por ello lo que pase en términos políticos afectará la economía mundial y eso que pase con la economía global tendrá efecto pobre las políticas y lo político, algo que va en un círculo que al final habrá que aprender a avanzar, aprovechando las oportunidades que surjan y de alguna manera aguantar cuando las cosas vengan de manera adversa.
En un mundo de transiciones, de cambios económicos, de disciplinas diferentes, de socios que aparecen y de nuevas tendencias, la gran noticia para Roberto Vélez Vallejo es que, a pesar de los altos precios, de esa referencia al unísono de que el café estaba carísimo como lo mostró la prensa de Estados Unidos y Europa y Asia, es que el consumo de café sigue creciendo y esa, recalcó, es la mejor notificación para los productores mundiales.
Colombia es un país en donde han sido recurrentes unos aguaceros y unos comportamientos climáticos impredecibles que hacen pensar en café y agricultura, justo allí Vélez Vallejo evocó un comentario de un gerente técnico de la Federación, el señor Antonio Run, quien decía, “el café lo único que no sabe hacer es nadar”.
Vélez enfatizó que para el café tantas lluvias no son tan benéficas y apuntó que los cultivos en general necesitan sol porque todo en extremo afecta. Un buen anunció, aseveró, lo dio el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, en el sentido de que ya el fenómeno de La Niña empieza a pasar, llevando afortunadamente la temperatura del Pacífico a un terreno neutro, el fin de una “Niñita” que se ha tenido hasta ahora para volver a un tiempo normal pues el país necesita un periodo seco para poder cargar la caficultura y la producción de octubre-diciembre del próximo año, y por eso, afirmó, es trascendental que en estos meses empiece a verse un tiempo seco para el café y todos los productos en Colombia del sector agropecuario.
“Yo creo que no hay nada más venturoso para un país como Colombia que tiene un sector agropecuario sano y saneado, empujando y construyendo país como lo hace la caficultura. Siempre lo dije, todo el mundo echó el café a la parte trasera o a la bodega del carro porque como el petróleo se volvió el oro nuevo a principios de los años 2000, al café lo tiraron por allá a la caja de los juguetes viejos y hoy demostró, básicamente en esta última década, que tiene precios remunerativos para la caficultura, este es el periodo más largo, ahora en 2026 se cumple el ciclo más extenso de bienestar para los productores desde que se rompió el Pacto Cafetero o Acuerdo de Cuotas en 1989, entonces tenemos que seguir celebrando, no podemos echarnos con las petacas y lo consecuente es persistir en ese imparable trabajo para construir y continuar con ese marcado propósito de hacer más y mejor país”, concluyó el economista y exdiplomático Roberto Vélez Vallejo.
Cabe recordar que Roberto Vélez Vallejo es un hombre del café, nació entre cafetos, allí se crío, con ellos trazó metas y al amparo de la caficultura hizo una carrera para el orgullo, es de hecho un mundo que no cambia por nada porque vio gateando las primeras matas o cafetos en su terruño, Pereira ya que es parte de una familia risaraldense de pura cepa, no en vano es nieto del encomiable Gonzalo Vallejo Restrepo, uno de los distinguidos precursores del departamento quien fuera gobernador entre 1975 y 1977 en tiempos de Alfonso López Michelsen, su experiencia en el sector público le dio las credenciales, se le recuerda como concejal de Pereira, Secretario de Hacienda del Viejo Caldas y uno de los fundadores de La Tarde, el prestigioso periódico que tuvo la “Perla del Otún”, un medio que registró los hechos más importantes del joven departamento.
El amor por el café no es fortuito, Roberto Vélez Vallejo absorbió conocimiento y aprendió a respetar y a querer todo el manejo cafetero al amparo de la institucionalidad cafetera, en la FNC fue jefe de ventas, subdirector de la oficina comercial para Asia con sede en Japón, tiempos después llega a Bogotá para asumir como subdirector comercial. Fue embajador en Malasia en 1994, el primero de Colombia en ese país, al retornar de la misión diplomática es encargado de la estrategia comercial de la FNC, de allí partió en 1999 para Asia al ser nombrado representante cafetero en ese continente, en 2002 es llamado para ponerse al frente de la gerencia comercial de la FNC.
En 2011 vuelve a la arena diplomática en tierra asiática, por encargo del presidente Juan Manuel Santos abrió la embajada de Emiratos Árabes, luego fue embajador en Japón tras presentar cartas credenciales al Emperador Akihito. Por decisión unánime fue elegido en un Congreso Cafetero extraordinario Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros en 2015 a donde llegó con todas las charreteras, curtido en conocimiento, compromiso y pasión por el café y todo lo que rodea su espectacular entorno, ese que sigue disfrutando y apreciando como hombre instruido en lo más notable de la caficultura, en la que sigue como amigo, servidor y acertado consejero.
