Al bajar del vuelo que nos transportó de Bogotá al aeropuerto internacional de Palo Negro ubicado en Lebrija, Santander, que le presta servicio a la ciudad de Bucaramanga, volvió de inmediato, como pensamiento eléctrico a la mente el desplazamiento que haríamos a la población de San Alberto fundada un 20 de mayo de 1955. Es bueno evocar que el nombre de este pueblo en donde el sol y el calor son residentes permanentes, se debió a la devoción que en la época tenían sus habitantes por San Alberto Magno, un fraile dominico quien fuera también obispo de la iglesia católica en tiempos muy añejos, el beatificado nació en Baviera, Alemania, en 1193 y falleció en Colonia un 15 de noviembre de 1280.
Después de un recorrido de casi tres horas por una carretera en óptimas condiciones, la mayor parte por una doble calzada, arribamos a San Alberto, ese lugar amable y productivo que se hizo municipio en noviembre de 1967 una vez se separó de la población de Río de Oro.
El pueblo sanalbertense tiene una economía que se basa en la producción de aceite de palma y ganadería, igual es importante el creciente comercio y un turismo con todas las posibilidades dado el clima y la inmejorable ubicación. Hoy San Alberto es el municipio con menor pobreza en el Cesar ya que mejoró la calidad de vida, hay salud, educación, vivienda, servicios públicos, agua potable, saneamiento básico y fuentes de empleo, igualmente rubros para atender la niñez y la vejez.
Esta población del sur del Cesar tiene una superficie de 676.1 kilómetros cuadrados y suma en promedio 24.912 habitantes. En esa afable parte de Colombia las tres cuartas partes de sus ciudadanos dependen del cultivo de la palma de aceite, una siembra que llegó para arreglarles la vida a los hijos de este dinámico poblado vecino de Santander que hoy deja ver caras felices y optimistas, alejadas de los paupérrimos indicadores económicos y sociales de 2005 cuando el índice de pobreza era estimable en diferentes aspectos, 77 por ciento en el global, una mirada general decadente que fue mejorando hasta dejar atrás unas cifras raquíticas.
Hoy los sanalbertenses platican de Palmas del Cesar, una empresa emblemática y llena de valores agregados, en esa compañía se habla sin pausa de innovación, inversiones, proyectos y mejor forma de vida para sus socios y trabajadores. La compañía nació en 1960 gracias al ojo avizor y agudo de empresarios santandereanos que vieron todo un potencial en la palma africana, un cultivo prometedor que seguramente como pasó le llevó progreso y una mejor vida a la región.
En sus albores la firma Palmas del Cesar que arrancó con 500 hectáreas fue llamada Hipinlandia debido a que sus socios fundadores eran los propietarios de la famosa Cola Hipinto, creación del señor Hipólito Pinto. Lo cierto es que Palmas del Cesar es conocida como una de las empresas pioneras en este renglón destacadísimo de la agricultura colombiana.
Después de mucho trabajo, apostando a la inventiva y sorteando algunos inconvenientes de tipo técnico la empresa multiplicó por tres su área sembrada hasta alcanzar en 1975 las 1.500 hectáreas, con nuevas inversiones y disciplina financiera la compañía creció y hoy llega a las 14.000 hectáreas aproximadamente.
Muchos temas son obligados con Palmas del Cesar, una empresa que con 64 años a cuestas ha demostrado que la perseverancia, el compromiso y el trabajo llevan lejos, muy lejos, eso con el buen sabor de mejorar a agricultores y colaboradores su calidad de vida porque hacen parte de un negocio rentable y con gran expectativa de crecimiento en donde se valora la mano de obra, el núcleo familiar, el crecimiento profesional, el medio ambiente y todo lo atinente a ecosistemas.
La plantación exactamente queda en el kilómetro 113, vía al mar en el corregimiento de Minas, jurisdicción de San Martín, Cesar, un municipio de 26.674 habitantes fundado el 20 de enero de 1954, igual un favor económico y social para todos los sanmartinenses. San Martín, lugar de gente afable es una población destacada toda vez que canaliza recursos por agricultura, ganadería, agroindustria palmera y el sector de hidrocarburos.
En diálogo con Diariolaeconomia.com, el Gerente de Palmas del Cesar, Fabio Enrique González Bejarano aseguró que la empresa, más allá de los momentos geopolíticos y de la realidad económica del globo, sigue apostando por unos proyectos trascendentales en materia de sostenibilidad y economía circular, algo que refleja el crecimiento ordenado, planeado y programado de la compañía para que sea coherente con lo que pide hoy el mundo que se volvió consciente de la imperiosa necesidad de hacer todos los procesos productivos y los que tienen que ver con roles sociales, cuales quiera, de manera sostenible.
“Esta empresa está destinada a evolucionar, no podemos parar y mucho menos creer que la sostenibilidad tiene una meta, que ya la cumplimos, algo errado porque la sostenibilidad no es la meta, sencillamente es el camino que generalmente nunca termina, de tal manera que como empresa necesitamos crecer con nuestro núcleo de aliados palmeros que también hacen la tarea porque confían en lo que se hace en Palmas del Cesar, igual porque hay consciencia que este negocio y promisoria actividad se hacen bien o no se hacen, es una labor en la que uno no se puede equivocar porque es una faena que no se hace por cuatro meses, por uno o dos años, no, es por 30 más 30 más 30. La palma es un negocio de largo plazo y demanda toda la concentración, la disciplina y el compromiso”, declaró el señor González Bejarano.
Frente al entorno internacional que lleva a pensar en precios y fletes, el directivo anotó que como siempre ha pasado con los commodities, son ciclos que van y vienen hasta que todo pasa. Expuso que compañía ya con 64 años ha superado todo tipo de vicisitudes lo que incluye ciclos de todo tipo de perfil local e internacional por otras causas, pero similares porque los precios se comportan como un electrocardiograma, bajan y suben a lo largo del tiempo. Agregó que hoy aparecen situaciones tales como la guerra en Ucrania, lo que acontece en la Franja de Gaza y otros contextos, pero insistió en que cada inconveniente viene acompañado de muchas oportunidades.
Subrayó que indiscutiblemente el mundo se va moviendo y Palmas del Cesar sabe que tiene la capacidad de adaptarse a esas contingencias y acomodarse con soluciones de distintos tipos, empero ve como fundamental ser sostenible, hacer una palmicultura de altura, calidad y responsabilidad, pero igualmente nunca parar en hacer los esfuerzos para ser más productivos, eficientes y competitivos, algo que pasa por muchos meridianos, pero siempre mirando el futuro con ambición, innovación y crecimiento.
Seguridad, un tema cada vez más delicado
Sobre el tema de seguridad, el Gerente de Palmas del Cesar apuntó que para toda la gente en el país es un tema que no es fácil de responder ya que durante seis décadas de actividad palmera ha habido toda suerte de problemas en materia de orden público, porque literalmente a los productores les ha pasado de todo, algo tan complejo que cualquier cosa que haya ocurrido en el campo ya le pasó a los palmicultores del Cesar y puntualmente a los del sur del departamento lo que tajantemente no quiere decir que exista resignación o costumbre, para el empresario al agricultor le duele mucho que le pasen situaciones, algo que va desde la empresa hasta los aliados palmeros.
“Tenemos la firme convicción, creer en nuestras autoridades, en la institucionalidad, en nuestro Ejército y en nuestra Policía, creemos igualmente en todo lo que hacemos con las comunidades que de manera importante son aliadas fundamentales cuando se presentan este tipo de problemas en las empresas porque si una comunidad está dolida con una organización que de pronto le ha dado la espalda pues ese es un perfecto escenario para que las fuerzas que son ilegales, penetren esas comunidades y agudicen aún más los problemas, de manera que estamos muy tranquilos porque todo este núcleo palmero tiene además del tema de sostenibilidad que no solo es ambiental sino también social algo en lo que estamos trabajando muy bien con las comunidades.
La compañía tiene una fundación fenomenal que adelanta grandes proyectos y programas con las ocho comunidades que rodean la compañía lo cual involucra entre 8.000 y 10.000 personas que se benefician lo que hace creer que todo ese esfuerzo es fundamental para aguantar la avalancha de problemas que pueden llegar a afectar a la empresa o que quizás ya esté inquietando a la compañía, algo que va a doler, pero sin amilanar a una organización que trabaja duro para seguir creciendo y permanecer otros cien años en actividad pase lo que pase.
Frente a las amenazas y extorsiones de las que fue objeto la planta extractora de aceites y grasas del Catatumbo, empresa que suspendió la recepción de fruta y refinación de palma, generó gran impacto y dolor en la comunidad palmera y en el gremio que agrupa a los palmicultores, Fedepalma, ya que es una situación complicada en donde la empresa se negó rotundamente a pagar extorsión, algo que deben hacer todos los empresarios serios.
El asunto, comentó González Bejarano, ha costado toda suerte de amenazas y daños a las instalaciones y a su infraestructura que está cerrada hace más de una semana porque no pueden trabajar, pero admirablemente, dijo el directivo, la empresa se mantiene firme y todos los palmicultores de Tibú que no pagarán ninguna vacuna ni nada parecido, a los pequeños, lamentó, los tienen muy afectados.
“En estos días hubo una marcha en Tibú, Norte de Santander, que resultó emblemática porque hubo una cantidad sorprendente de personas que salió a protestar contra las fuerzas ilegales que sigue extorsionando, un acto de mucho valor. La empresa que es de una familia pionera en el desarrollo a partir de la palma de aceite, los Murgas que llegaron en 2001, hoy están siendo afectados cuando apostaron por cultivos lícitos y rentables de palma cuando la región era un mar de coca, hoy de manera afortunada hay 40.000 hectáreas de palma, allí tenemos gente trabajando, generando empleo y aportando en desarrollo e infraestructura puesto que se han erigido colegios, escuelas y mejoras en favor de las comunidades, es increíble que con todo eso pase lo que está pasando”, aseveró González Bejarano.
Palmas del Cesar sigue trabajando con y por la región, de manera visible se ha mejorado la economía de las familias que hoy tienen la opción de comprar enseres para la casa, de educar a sus hijos y contar con los recursos para tener una vida tranquila y digna. No ha pasado nada con grupos ilegales, pero si el día llega y son amenazados, igualmente, anotó, la compañía se mantendrá incólume e inamovible para no perder la institucionalidad. “No pagaremos ni un peso a nadie”, manifestó el Gerente de la empresa, Fabio Enrique González Bejarano.
El núcleo palmero en mención está conformado por alrededor de 322 aliados que desarrollan la siembra en un área de 11.000 hectáreas aproximadamente, se trata en su mayoría de pequeños palmicultores y la firma tiene un área de influencia estimable que va desde Sabana de Torres, Santander, hasta Aguachica, Cesar, en donde están concentrados la mayoría de palmicultores asociados. La empresa le apunta a los procesos de fidelización los mismos que le permitirán a la compañía ser sostenible a través del tiempo. La firma dejó claro que no busca clientes temporales sino palmicultores que lleguen para nunca irse, que empujen en renovación, buenos rendimientos y mejoras económicas.
Palmas del Cesar tiene un programa insignia que apunta a una sólida asistencia técnica para que haya buena palma, buen fruto y mejor futuro, un acompañamiento al productor afiliado en toda la cadena de valor, desde que siembra su primera planta hasta la producción de sus palmas y la renovación, todo dentro de un marco de responsabilidad con las comunidades y el medio ambiente.
La empresa tiene dentro de su portafolio la financiación de plántulas, una oportunidad de renta y sinónimo de tranquilidad en vista que cuando las plántulas crezcan y empiecen a producir pagarán el material entregado para hacer agricultura con tranquilidad, además la empresa que se vincula en el total de la cadena se vincula con el palmero y sus trabajadores, igual con las familias lo que incluye las esposas e hijas de los productores que estando en dicha cadena reciben beneficios de parte de Palmas del Cesar, ello como respuesta al hecho de creer y depositar su confianza en la empresa.
En aras de garantizar la sostenibilidad, orientó el gerente, a los palmicultores aliados se les da trato de clientes, personas comprometidas que reciben trato especial y diferenciado, pero igual son clientes las comunidades, el medio ambiente y la gente de la compañía, dicho de otra manera es excepcional manejar el concepto porque siempre hay que trabajar duro para que el cliente esté bien y se quiera quedar en Palmas del Cesar, ese cambio de concepto se hizo hace 14 años lo cual llevó a la unidad así como a empresa y agricultores cada vez más comprometidos.
Biogás y biocompost, un reto grande en el sur del Cesar
Una de las divisiones importantes en Palmas del Cesar tiene que ver con la planta de Biogás actualmente en formación, todo un ejemplo de economía circular y de soluciones a futuro en materia de generación eléctrica, igualmente está la obtención de bioabonos, dos proyectos que avanza a bien paso independiente de las complejidades técnicas pues en la generación de energía hay involucrada ingeniería de todo tipo pues debajo de lo que se observa en el campo hay muchísima ingeniería para que todo funcione bien ya que se trata de un proceso complejo que se hace a partir de unas aguas residuales de la planta que se capturan en unos biodigestores en donde es dinámica la actividad bacteriana por lo general muy susceptible de ser afectada, es anaeróbica y ene se sentido las bacterias tienen que cuidarse porque son finalmente las pequeñas máquinas que producen el biogás.
Sobre la planta de biogás, González Bejarano indicó que una vez que todo está estandarizado, hay un proceso muy susceptible de que cualquier objeto lo altere y por ello todo está debidamente vigilado, regulado y controlado con ingeniería de precisión en donde hay válvulas y otros dispositivos de protección con lo cual llega el reto de producir algo más porque se hace necesario quemar ese metano, unas 26.000 toneladas de gas efecto invernadero, GEI, un problema tóxico que se le quita al planeta advirtiendo que se puede hacer más y es precisamente generar energía.
El Gerente de Palmas del Cesar reveló que la empresa le apunta a generar ocho millones de kilovatios que para efectos prácticos representa el 60 por ciento de la energía del municipio de San Alberto algo enorme, muy bueno y digno de considerar porque se produce energía con biomasas de la misma plantación, luego el reto para el directivo es hacer que eso se sostenga, que no sea flor de un día, que ojalá pasen 100 años y la empresa siga produciendo energía, ese, afirmó, es el reto.
El Director de la planta de beneficio de Palmas del Cesar Carlos Fernández anotó que fue presentada en la VII reunión de palmicultores aliados de Palmas del Cesar los proyectos en el área ambiental del pilar estratégico para ese fin poniendo de manifiesto el compromiso con la sostenibilidad de la compañía, en esta ocasión fue socializada con los palmeros la planta de biogás que a futuro tiene la proyección de generar ocho millones de kilovatios lo cual permitirá abastecer energía propia para el área industrial y unos excedentes que se ofrecerán al gobierno, oferta que iría a la red eléctrica nacional.
Con esta planta, precisó el ingeniero químico, habrá unos impactos también en la huella de carbono, un asunto bien importante para la compañía porque reducirá el volumen total de gases de efecto invernadero, GEI, en un 40 por ciento. Además de eso, sostuvo el directivo, habrá la oportunidad de generar empleos en la zona pues en el área técnica hay oportunidades para esos jóvenes que buscan un trabajo, la planta, explicó Fernández, demanda entre seis y ocho empleos para la operación de la planta y en un futuro no muy lejano, dijo, Palmas del Cesar tendrá la generación de los bonos de carbono que permitirán mitigar los efectos de los GEI en el sistema, escenario que abrirá expectativas para quienes necesitan comprar los bonos de huella de carbono en el mercado regulado que se tiene en Colombia para el impuesto al carbono.
“Este es un proyecto que impacta en varios frentes, esperamos que a finales del año tengamos en operación este proyecto y en un año o año y medio tener la posibilidad de generar energía eléctrica, puntualmente los ocho millones de kilovatios”, acentuó Fernández.
Cabe anotar que el proyecto eléctrico de Palmas del Cesar está planteado en tres fases y la generación de energía eléctrica es la tercera fase, hoy la compañía está terminando la segunda etapa que tiene que ver con los bonos de carbono.
Este ejemplo debería replicarse en otros sectores productivos y en zonas apartadas en donde es complejo llegar con el fluido eléctrico pues el concepto de energía circular es totalmente aplicable a la palma y es lo que se hace en Palmas del Cesar. En opinión de Fernández, las empresas no ven en las inversiones ambientales retornos, pero lo cierto es que si los hay pues el solo hecho de cuidar el medio ambiente, bajar los impactos del cambio climático, sacar algunos beneficios de los subproductos que bien se pueden explorar le generaría una gran oportunidad a todas las industrias.
Para contar con soluciones energéticas sería ideal articular en una mesa a gobierno, empresas y comunidades para sacar provecho de las alternativas existentes. Lo realmente urgente serían incentivos para la inversión y fortalecer la convicción en el sentido que ese es el camino que debe seguir la transformación o las factorías.
Para producir energía a partir de biomasa la empresa debe procesar alrededor de 270.000 toneladas anuales lo cual garantiza los ocho millones de kilovatios, lo amable del asunto es que Palmas del Cesar tiene esa producción e inclusive la puede incrementar. Es bueno decir que el sector palmero adelanta cerca de cinco proyectos de biogás, dos o tres plantas en los Llanos Orientales, algunos aprovechando la generación para mover sus empresas y otros ofertando en la red pública de energía.
Asimismo en la Costa Norte hay estructuras productivas y de agroindustria de palma que ya hacen uso del biogás. La ventaja de todo, manifestó el experto, es que con las experiencias previas ayudan a que lo que haga Palmas del Cesar sea mejorado.
Biocompost para recuperar suelos
Otra apuesta importante en Palmas del Cesar dijo su Gerente Fabio Enrique González Bejarano, es ofrecer bioabonos, unos productos que salen de los residuos de la palma los cuales son tratados de la manera muy profesional para devolverle a los suelos vida y mejores opciones productivas, toda una labor que se adelanta de cara a una agricultura limpia, sin tóxicos y atractiva para cualquier mercado.
Con la iniciativa la agricultura nacional y con el tiempo, muy seguramente la del planeta, se volcará a este tipo de soluciones en nutrición y recuperación de suelos que conllevará a mejores producciones y lo mejor sin ningún tipo de exposición para la salud, garantizando la obtención de alimentos cargados de inocuidad.
Los desechos de la palma son cuidadosamente tratados, se potencian biológicamente y luego van a los suelos para garantizar alimentos de calidad y sin ningún tipo de traza química, gran responsable de no poder comercializar productos del campo en otras latitudes.
De otro lado el vocero reconoció que con el actual gobierno a la palmicultura no le ha ido tan mal, de hecho expuso que con la anterior Ministra, el diálogo fluyó y todo salió bien, sencillamente porque las cosas se han hecho correctamente y el sector maneja los fondos parafiscales en donde el ejecutivo tiene asiento para hacer la debida vigilancia de los recursos que saliendo del bolsillo de los palmeros se vuelven públicos y obviamente son controlados por el gobierno que también toma decisiones.
Ni la Contraloría ni las auditorías han encontrado a lo largo de la historia palmera una sola mancha en el manejo del fondo. Por el contrario, explicó González Bejarano, hubo unos excedentes de 100.000 millones de pesos que fueron puestos a disposición del gobierno y del ministerio de Agricultura con lo que se pudo certificar a 7.000 palmicultores, un proceso que aún avanza más allá de que hubo relevo en la cartera. Quizás las diferencias llegan por el lado de las tierras en donde la comunicación toma otros matices, eso entendiendo que en el tema hay muchos intereses y varios actores.
La exministra conoció la palmicultura y deshizo los mitos puesto que se dio cuenta que los palmeros no agrupan a grandes ricos y personas pudientes, al salir de la reunión la funcionaria salió gratamente impresionada con lo visto en Maríalabaja y Córdoba, un territorio muy complicado que con pequeños y medianos hicieron fuerte la agroindustria de palma, no en vano la región cuenta con tres plantas extractoras y más de 6.000 hectáreas sembradas con palma, algo que a la Ministra del momento le fascinó porque cuando las cosas se hacen bien no hay problema alguno.
En este momento de la producción total de aceite que produce Palmas del Cesar, el 90 por ciento se queda en el mercado local y el 10 por ciento restante hace parte de la oferta exportable del país, frente a este dato hay una claridad que hace el Gerente de la compañía y es que el aceite destinado a los hogares colombianos tiene los mismos estándares exigidos en el entorno internacional, en calidad hay rigurosidad y unos métodos que llevan a la excelencia, luego el aceite nacional es de tremendos atributos, la empresa le vende producto a Alianza Team, firma que tiene clientes como Noel, Unilever, Fritolay, Pepsico y otras corporaciones que exigen estándares internacionales, producto con características de sostenibilidad.
“El mercado del aceite lo tenemos que proteger, en Colombia no podemos pensar que todo sea mercado nacional pues si algo pasa súbitamente en la economía de un país es precisamente en donde se necesita tener abierta la venta del mercado de exportación que es el que compra todo el aceite siempre y cuando lo tenga en altos estándares de calidad y en el exterior son mucho más exigentes, Europa por ejemplo muestra demasiados requerimientos pues subió la vara, pero el aceite vegetal que sale de Palmas del Cesar está en perfectas capacidades de llegar al mercado europeo, no tenemos ningún tipo de contratiempo en esa región el globo”, puntualizó González.
Sembrar palma, la mejor decisión