Ha pasado el tiempo, y en San Andrés de Tumaco, la tremenda ciudad ubicada en el Pacífico colombiano en pleno suroccidente del mapa, aún se habla de los saldos en rojo que dejó en los cultivos de palma de aceite la Pudrición de Cogollo más conocida como PC. Algunas personas del lugar dicen que es difícil olvidarse de ese capítulo que marcó un hito en la histórica económica y social de la región e inclusive del país ya que afectó economías, tranquilidad y hasta ilusiones, sin embargo, ese hecho demostró que Tumaco acopia resiliencia, aguante, empuje y compromiso, factores que llevaron a que la ciudad hiciera lo del Ave Fénix, rehacerse de sus cenizas.
El gran problema que iniciará en 2006 y se extendiera hasta 2009 sigue como evocación latente en la mente de muchos, pero dejó grandes enseñanzas y conllevó a que los trabajos en ciencia e investigación arrojarán muy pronto frutos porque la meta ya estaba trazada muy a pesar de ver las palmas erradicas y a los palmeros derrumbados, había que volver a empezar y vaya que se hizo con innovación, cuidado, laboriosidad y fe, solo así resurgió la bella “Perla del Pacífico”, esa ciudad próspera que fue fundada el 30 de noviembre de 1640, tierra de gran pasado con culturas ancestrales de grandes capacidades, hoy en el ADN de los más de 267.000 habitantes, todos orgullosos de un lugar privilegiado y abrazado por Dios.
Hoy en Tumaco la actividad agropecuaria es dinámica, la región aparte de palma de aceite también siembra arroz, cacao, plátano, y coco, asimismo tiene un hato ganadero creciente y muy soportado en ganado criollo. Otra opción de ingreso es la tagua para las artesanías como también forestales, en el mar se hacen explotaciones de pesca artesanal dentro de lo cual se destaca la obtención de camarón. Esta ciudad también minera tiene el primer puerto petrolero en el pacífico colombiano y ha profesionalizado el renglón turístico, lleno de oportunidades por tratarse de un destino de maravilla, como si fuera algunos empleos los genera el puerto.
Los tumaqueños han vivido durante décadas en el olvido, pero hay que reconocer que sus altos indicadores económicos son la consecuencia de las labores agrícolas y de otros sectores, de hecho, para hablar de este municipio es aconsejable hacer el análisis socioeconómico antes y después de la palma de aceite.
De todas maneras, hubo un precedente sanitario en palma que después del padecimiento tuvo una salida afortunada con los materiales híbridos logrados luego de estudios de laboratorio, exploración que condujo a cruzar palma africana con palma americana de donde salió el muy famoso Alto Oleico, una variedad que genera aceite de grandes atributos, con excelente demanda en el mundo y lo mejor con alta resistencia a la PC. En la Corporación Centro de Investigación en Palma de Aceite, Cenipalma, el trabajo no para, sus investigadores no conocen el término pausa y siguen cada vez más comprometidos con la exploración y los estudios que lleven a blindar la palmicultura de los embates, no solo de PC, sino de otros patógenos como Marchitez Letal, Anillo Rojo y otras enfermedades.
En 2006 empezó la hecatombe de la palma en Tumaco, en medio del drama social y económico al que condujo la enfermedad que arrasó con 36.000 hectáreas sembradas, el 99 por ciento del total del parque plantado, los brazos jamás bajaron y pronto llegaron los híbridos matizados por su respuesta, alta resistencia y una calidad en aceite que mejoró por el método de polinización asistida, no imperioso en las plantaciones iniciales.
La PC no solo acabó con palmeros, como un tsunami se llevó por delante el empleo, hubo salidas masivas de personal de las empresas y por obvias razones la economía se derrumbó, cayó el comercio y paulatinamente fueron desplomándose otros indicadores vitales como los sociales y los de salud habida cuenta que la tragedia golpeó el bienestar de muchos que quedaron en banca rota, endeudados y sin esperanza pues su razón de ser estaba en el piso, inerte y brutalmente devorada por el microorganismo conocido como Phytophthora Palmivora, enfermedad que arruina los tejidos internos del cogollo, una condición que inclusive involucra a otros agentes infecciosos o insectos a sacar provecho de la situación, agravándolo todo. Una vez reportada la situación vino la erradicación de palmas para empezar de cero, en ese tiempo fueron sembrados materiales híbridos OxG que puso en los suelos una nueva ilusión a tiempos que se iban desarrollando nuevas opciones con mezclas genéticas que involucró plantas que soportaron el embate de la PC.
Los labriegos han encontrado en la palma de aceite la gran aliada para entrar por la senda de la agricultura formal, una que es rentable, sostenible, que no solo lleva pan a la mesa con trabajo y dignidad, igual facilita educar hijos, salir de vacaciones y mejorar la calidad de vida porque hay dinero para cubrir los gastos de los hogares y los núcleos productivos.
Hay que dejar claro que la palma de aceite no es un cultivo joven en Tumaco, en ese bonito puerto ha habido siembras desde la década de los sesenta pues ayudó el clima y la indiscutible calidad de los suelos, desde ese tiempo se empezaron a sembrar miles de hectáreas para la obtención de aceite y otros subproductos de la palma.
El presente cambió, por fin retornaron los rostros alegres y como lo diría el gran Ismael Rivera volvieron las caras lindas de mi gente negra, esos seres humanos de todas las razas finalmente que aprendieron a vivir de la palma y de una agroindustria que sigue prosperando llevándoles sosiego y paz a demasiados nariñenses.
Salimos muy temprano del hotel los Corales de Tumaco a la finca Alopal, Company situada en vereda El Descanso, estábamos metidos de lleno en esa gran apuesta “Colombia Palmera” y la familia propietaria de la hacienda nos abrió sus puertas para hablar del ayer, el hoy y ese anhelado mañana de la palma. En charla con Diariolaeconomia.com, el Gerente de la empresa Alopal, Alexander Quiñonez afirmó que después de la ruina que significó el ataque de la PC vino un salto de fe que por fortuna llegó para retomar la senda agrícola. A juicio del empresario, el sobreponerse y dar nuevamente el golpe en la mesa con nuevas siembras obedeció a que se conocía el negocio y amén de las circunstancias los palmeros creían en él, finalmente una actividad en las que estaban inmersos y que demanda trabajo para darle solución a un problema sanitario que desocupó bolsillos, pero en medio de todo, los agricultores se llenaron de arrojo y empezaron nuevamente, posiblemente uno de los retos más grandes porque era partir de cero luego de semejante situación.
El agricultor dijo que afortunadamente Tumaco fue la primera zona que tuvo que resembrar el híbrido, prácticamente el plan piloto y por eso aprender a la carrera llevó a muchos errores al comienzo, pero de la mano de Cenipalma, apuntó, se fue aprendieron y solucionado los inconvenientes que se tuvieron. Con un diálogo convincente y cargado de experiencia, Quiñonez sostuvo a la fecha hay conocimiento y unas prácticas muy definidas y determinadas por lo que en la región se puede decir sin temor a equivocarse que los híbridos si son una solución.
Dentro de los principales problemas para darle manejo al cultivo fue el aprender a polinizar los híbridos porque nadie sabía cómo se polinizaban, otro de los problemas, recordó, fue la nutrición porque los nuevos materiales exigen una fertilización especial, más eficiente y especializada, unos retos iniciales que se aprendieron para hoy darles los mejores tratos a los cultivos.
El tema de nutrición en híbrido, explicó Quiñonez, no pasa por la cantidad que demandan las siembras sino la forma en que los abonos se aplican en vista que los palmicultores estaban acostumbrados a que se le daba nutrición a las palmas dos o tres veces en el año con la antigua palmicultura, hoy en día los productores se dieron cuenta que esa técnica no era la mejor pues a los híbridos hay que fraccionarles su nutrición puesto que solo así hay mejor aprovechamiento de los nutrientes, aumenta la eficiencia nutricional y eso, comentó, se ve reflejado en productividad y mejores rendimientos.
Actualmente las palmas de Alopal reciben entre seis y siete aplicaciones de fertilizante al año, una manera consecuente de mejorar las cosechas y la calidad del aceite obtenido.
En este momento, enfatizó Alexander Quiñonez, el negocio es totalmente sostenible porque hay en la tierra materiales sumamente eficientes, muy productivos y lo más importante, dijo, ya tienen la resistencia a las enfermedades que hace unos años atacaron las explotaciones palmeras.
La plantación tiene un área total de 146 hectáreas de las cuales hay 120 sembradas en palma, todas híbridas. La finca es productora de materia prima y suministra al núcleo todo lo que cosecha que es finalmente el que decide qué cantidad se queda en el mercado local y que volumen hará parte de la oferta exportable.
Al inicio de la palmicultura tumaqueña, los pequeños agricultores experimentaron demasiadas dificultades por falta de apalancamiento financiero y exceso de miedo, pero poco a poco vieron ejemplos y resultados, aspectos que finalmente les dieron la confianza que necesitaban razón por la cual la zona está creciendo exponencialmente.
Si bien el café lo demostró en un tiempo, la palma lo ratificó pues sin dudas la unión hace la fuerza ya que con asociatividad y sinergias productivas la palma en la región que sea sale adelante sin ningún problema.
Un paso firme hacia la agricultura lícita
El Gerente de Alopal Company agregó que frente a los paradigmas que desprenden de la agricultura legal ha venido avanzando en la región un proceso muy sugestivo ya que los productores han tomado la decisión de manera voluntaria de hacer la sustitución y esa migración de la hoja de coca a la palma, de lo ilícito a lo lícito. En su opinión muchos se dieron cuenta que la palma es una alternativa de vida confiable que genera bienestar y seguridad a los núcleos familiares por lo que están avanzando en ese cambio haciendo uso del libre albedrío.
La palma de aceite marcó el antes y el después de Tumaco, hace algunas décadas este puerto se caracterizó por los elevados índices de pobreza y el olvido estatal, pero con la palma cambió la vida de 750 productores dedicados a su siembra en ese lugar del país, pero también optimizó la forma de vivir de otras personas y sus familias que tuvieron la posibilidad de emplearse o simplemente estar en el entorno del negocio, una actividad que de hecho lleva beneficios a las regiones en donde se siembra la palma.
Tumaco tiene sembradas actualmente 21.000 hectáreas con palma de aceite, un número por debajo de las 35.000 o 36.000 que se registraron antes de la llegada de la PC, es decir que hay una brecha que todavía está por sembrarse. Más allá de todo, la palma le cambió la cara a Tumaco, hoy la ciudad muestra mayor desarrollo, es más dinámica y deja ver todo el componente de tejido social. Quiñonez no vaciló en aseverar que la palma en este momento es el renglón de la economía que más aporta al municipio de Tumaco porque mucha gente se beneficia de las siembras, de las plantas extractoras, los que dependen del transporte, aprovisionamiento de insumos y otros a donde llegan los favores de la palma aceitera.
Los empresarios piden seguridad jurídica
Colombia, el país de las reformas tributarias, ninguna célebre, y como lo diría Martín de Francisco en alguna ocasión, fiscalmente en lo único que es exitosa Colombia es en el fracaso, pide que por fin alguien haga un planteamiento inteligente o que por lo menos haga gala del sentido común. En su plática sobre el tema impositivo, Alexander Quiñonez expresó que todo empresario quiere que haya seguridad jurídica y física en los territorios.
Manifestó que cuando hay pronunciamientos o temas que pueden afectar al inversionista o al dueño de una Mipyme, se genera un nerviosismo generalizado, empero dijo que la idea es esperar por fin unos cambios que saquen al país del embrollo económico porque lo cierto es que una factoría en el actual contexto no gana ni lo de pagar sus obligaciones con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, algo que debe superarse para mover el país, impulsar su desarrollo y generar empleo así como demanda de bienes y servicios, como están las cosas, puntualizó, nada de eso ocurrirá, pero hay fórmulas y todavía se puede.
Una salida sería abaratar el país y ser más eficientes en el cobro de impuestos porque entre más alivios económicos se les des a los empresarios, mucho más crecimiento habrá, será posible, añadió, ampliar las áreas de siembra y generar más empleo y por ende mayor bienestar a las personas que participan de la actividad.
Todo sigue demostrando que los modelos económicos se gastaron y que es urgente que brote una propuesta diferente, jalonadora de progreso, con corazón y pensando en empresa, trabajador y Estado, pero no haciendo el papel de regulador y cobrador para luego bajar la cabeza cuando se pidan resultados en desarrollo. Hoy desde Tumaco se demuestra que el mejor subsidio es un empleo y la palma es responsable de la felicidad de muchas familias.
Sobre sostenibilidad, acentuó el empresario, este es un componente esencial en palmicultura que debe estar inmerso en toda la agricultura pues es necesario hacer agro sostenible en este momento y para ello hay herramientas en los entornos palmeros que se utilizan para conservar los ecosistemas en donde hay este tipo de siembra lo cual incluye corredores biológicos para tranquilidad de las especies de fauna y barreras vivas, de igual manera hay respeto por las fuentes hídricas, el cuidado de los animales y todo un religare con el medio ambiente, en el momento, afirmó, se está haciendo una palmicultura totalmente diferente.
El Gerente de Alopal, Alexander Quiñonez es palmicultor desde hace 22 años dándole al cultivo de día y de noche, soñando con ser el mejor de Colombia sobre la base de buenas prácticas agrícolas y ambientales.
Por unos cultivos responsables es común ver todo tipo de especies que bien hacen uso de los corredores biológicos muy amigables con el ambiente, la pasan bien venados, tigrillos, tatabras, osos, iguanas, jaguares y aves de todo tipo lo que significa que hay un ecosistema sano y que interactuar con los palmeros vale la pena.
Nunca olvida el momento más dramático de su vida que fue la incursión letal de la PC, enfermedad que arrancó lágrimas y espíritus, pero jamás el aguante y la valentía porque los palmeros en Tumaco siguen vigentes y trabajando fuertemente.
Por la PC puede decirse que la totalidad de los cultivos son nuevos en este puerto del Pacífico colombiano, los más antiguos, aclaró, son siembras de 2009 o 2010, cultivos con trece o catorce años, en Tumaco, dijo, les tocó estrenar palma a la brava, pero indicó que los híbridos siguen siendo bienvenidos, la gente está contenta porque hoy Tumaco es la región que más aceite produce gracias a la eficiencia de esos materiales que mejoraron la calidad del aceite totalmente Premium de grandes propiedades, un lujo llamado Alto Oleico.
Los precios siguen estables, el mercado como ocurre en esos movimientos, tiene sus fluctuaciones, pero en términos generales hay estabilidad en los montos y el agricultor se ha podido sostener porque el aceite es un producto relacionado con la seguridad alimentaria del planeta por lo que su demanda es muy amplia.
En materia de seguridad hay voces, expuso que el problema de grupos armados existe, pero precisó que en sus 22 años en la región no ha sido víctima de ninguna organización.
Allá en su grata Tumaco quedó este gran empresario, seguramente escuchando “arroz con habichuela” del Gran Combo de Puerto Rico quien canta a un proceso de la A hasta la Z que hace pensar en la palmicultura y su agroindustria, pero solo con Alto Oleico.
Los Caicedo pioneros en palma
Con una mirada serena, un hablar pausado y un pelo afro totalmente blanco, fruto de una vida de trabajo e inconvenientes, habló con este medio el palmero José Primitivo Caicedo una buena persona con 73 años a cuestas de los cuales dedicó gran parte de esta al cultivo de la palma, viene de una familia de agricultores nacidos en Tumaco y algo de fortuna pues su progenitor el señor Primitivo Caicedo Mosquera, trabajó en la empresa del momento, los Ferrocarriles Nacionales, una oportunidad que le dieron en la vereda Tangariar, en donde casualmente el abuelo materno Gregorio Solís tenía una tierra que facilitó construir casa y seguir con los proyectos de vida, ya con 19 años de trabajo en la estatal ferroviaria el Estado dio por terminado el contrato del señor primitivo y luego llegó otra firma buscando dónde instalar la compañía y de inmediato se dio a la tarea de posicionar la empresa, el premio recibido fue convencerlo de sembrar palma africana y sin dudarlo cultivó 10 hectáreas que se sembraron tras conseguir un préstamo por valor de 10 millones de pesos para las diez hectáreas previstas.
Don primitivo sembró en tiempos complejos puesto que en ese momento no había planta extractora, una vez apareció la agroindustria de la palma, don Primitivo vendió el fruto en un negocio estacionado porque no había tanto mercado o competencia como la de ahora. La deuda la pagó proporcionalmente, la nueva empresa puso de su parte y con reglas del juego más claras este buen hombre siguió sembrando palma, es por eso que hay hasta publicaciones en donde acreditan a don Primitivo Caicedo como pionero de los cultivos de palma de aceite en Tumaco.
“De esas palmas todavía hay una, sin duda mi papá fue pionero en esa siembra y hay un libro que la da el crédito a mi señor padre como palmicultor. Cuando decido independizarme opté por sembrar palma y comencé con tres hectáreas, me fui extendiendo y me quedé sin plata porque fui subiendo y subiendo hasta llegar a 40 hectáreas, justo en ese momento nos atacó la PC, en un tiempo en donde yo pensaba iba a estar relajado y de la noche a la mañana quedé en cero, hoy con mis años estoy empezando de nuevo con algunos inconvenientes porque el pequeño crédito que logré no lo pude pagar, no hubo forma. El Fondo de Seguridad Agropecuaria, FONSA, jamás me compró la acreencia, pero estoy trabajando para monetizar y pagar, esa entidad que decían ayudaba a los pequeños productores agropecuarios y pesqueros para el alivio parcial o total de sus deudas, jamás me tuvo en cuenta, pasó por alto que mi incumplimiento tenía un componente fitosanitario y me dejó a la deriva”, declaró José Primitivo Caicedo.
Este palmicultor anotó que el agricultor de Tumaco vivió en la pobreza extrema porque no hubo organización lo cual se acompañó con el descuido del gobierno o mandatos de turno. Hasta ese entonces no fue posible crear un bloque productivo y salir adelante, lamentablemente, afirmó, en Tumaco históricamente el pueblo fue explotado en muchos sectores y productos por los capitalistas que pusieron los precios sin importar que pasaba con el sector primario. Un palmero no vende mejor porque los commodities los fija el mercado internacional, pero como todos saben los precios fluctúan y un día están arriba y al otro por el suelo.
Este campesino dijo que hoy es más costoso producir, anotó que aparte de agroinsumos y mano de obra hay algunos apuros con la semilla de la palma en vista que anteriormente el material guineensis no tenía tanto detalle como la nueva pues el híbrido demanda unas labores diferentes y costosas como la polinización y la exigente abonada lo que obliga al agricultor a ser más juicioso, disciplinado y centrado para poder cumplir con esos ciclos y permitir que la planta produzca, anteriormente la palma africana producía sin mucho procedimiento, pero era muy proclive a la PC, hay costos elevados es cierto, pero no se puede hacer agricultura bajo amenazas sanitarias, un punto que aprieta la obtención, pero que finalmente ayuda y exige método, orden y contabilidad.
Antes de que llegara la palma aceitera los tumaqueños vivían del cacao, plátano, algunas frutas y de pequeñas siembras, algunos sistemas eran de pan-coger, pero nada ambicioso, quizás se veía más acción y renta en las actividades de pesca, pero la agricultura no tenía pantalones largos debido a que en la época la gente no tenía mucha aspiración de plata, hoy ya los que tienen tierra saben que deben manejar la finca como negocio, como empresa y crecer sobre la base de la eficiencia.
“El que venía de fuera que tenía las luces totalmente encendidas vivió del trabajo de quien estaba dormido, así era la cosa”, dijo Primitivo Caicedo.
Este agricultor reconoció que con el cultivo de palma, muchos, por no decir que todos en Tumaco, sacaron la pata del barro, pero en su momento la gente no entendió que era un cultivo nuevo y bastante bueno, si hubiese habido más astucia y capacidad de comprensión, aseveró, en el Distrito Especial, industrial, Portuario, Biodiverso y Ecoturístico, habría mucha gente con plata porque hasta las tierras eran baratas, hoy por hoy, manifestó, todo está muy caro.
Recalcó que el cultivo de la palma mejoró ostensiblemente la calidad de vida de las personas pues muchos que vivían en ranchos de paja ya pudieron hacer su casa y vivir con dignidad, otro aspecto que destacó el señor Primitivo Caicedo fue la amplia generación de empleo porque hay dinero, hoy el gran problema es que no hay mano de obra.
Expuso que aspira a seguir trabajando y llegar a por lo menos 20 hectáreas, nada más porque es consciente que las fuerzas no le alcanzan para rendir al máximo y sabe que como todos los humanos el tiempo se va haciendo más escaso. Su meta puntual es recuperar la mitad de lo que perdió y dijo que seguramente podrá hacerlo porque es un hombre que trabaja y cree en Dios.
Este gran hombre se entristece al saber que su padre fue un hombre vanguardista jamás reconocido por el pueblo tumaqueño, recuerda que hizo labor para que se hicieran caminos, advirtió sobre el uso de la tierra baldía que nadie atendió hasta que quedó en manos de personas ajenas a la región, hoy me duele que por falta de solidaridad y unión muchos se quedaran sin nada por falta de conocimiento y porque quizás no querían más porque vivían contentos con lo poco que tuvieron, un pensamiento que cambió.
“Me duele profundamente haber sucumbido económicamente con la PC, pocos fuimos los que aguantamos ese golpe, muchos murieron porque la salud, la tristeza y la agonía fueron estrechando, agotando y evaporando el ánimo, algo entendible porque el trabajo de 15 o 20 años se desmoronó en tres meses, los que tenían algo quedaron sin nada lo cual es muy duro y por eso varios encontraron aliciente en el camposanto, en donde no llaman ni van los cobradores de los bancos. Eso paró muchos corazones, hubo pena moral y pocas ganas de seguir”, subrayó el productor.
Antes de la PC Primitivo junior recogía hasta los ocho millones de pesos al mes, un dinero que reinvertía en su finca, era una plata importante porque en ese instante el salario mínimo estaba en 450.000 pesos, plata que luego se ganó cuando le tocó emplearse, una experiencia demasiado dura porque no siempre le dieron trabajo.
Aún siente la presencia de su padre en la finca Roncesvalles, hacienda que decía el aplicado progenitor, era el campo de pelea porque allí lucho y triunfó como lo hicieron los gladiadores. La propiedad paterna dejó un legado y muchas enseñanzas, las que juntó Primitivo con la tragedia que trajo para su vida la PC.
En Tumaco, aceptó el invitado, hay avances y progreso, la ciudad ya no tiene esos problemas agudos de pobreza extrema e insuficiencia, las cosas mejoraron, pero existe un problema que puede estar presente en todo el país, tan elemental como que giran los dineros para las mejoras del Distrito, pero lamentablemente no llega nada. Han enviado plata, el ejecutivo en Bogotá ha girado recursos, en la ciudad hablan de obras como vías o carreteras, sin embargo cuando las auditorías llegan no ven ni un metro de pavimento, ese es otro asunto que no deja que la cara de Tumaco mejore.
Los campesinos concluyó Caicedo, necesitan y quieren trabajar, pero en condiciones, con bienes públicos, distritos de riego, apoyó o acompañamiento financiero parcial y crédito barato, pero para eso se necesita un gobierno con visión, desafortunadamente mucha gente en el campo se conforma con poco, con algún subsidio o cualquier tipo de ayuda, eso sin entender que la ruralidad no debe permitir que le financien la condición de pobreza porque lo regalado se esfuma, contrario, lo que se trabaja, expresó, se nota y dura, además se cuida porque costó y eso vale más que el oro.
Primitivo, tumaqueño hasta los tuétanos, vive con su mujer en unión libre, es padre de cinco hijos, cuatro mujeres y un hombre que ya empezó a moverse en el cultivo de la palma, como quien dice, la saga continúa, un oficio que arrancó de manera caprichosa porque el joven Yerlin Caicedo tomó la decisión va como volador sin palo en ese cultivo, todo hace pensar que entre sus mejores insumos está el empoderamiento, el trabajo, la constancia y la fe, ya supera las 50 hectáreas en distintas etapas.
De las 3.5 hectáreas de don primitivo en donde hay palmas de ocho años hay producciones que alcanzan hasta 10 toneladas mensuales, por momentos baja a seis, pero vuelve y sube por las buenas prácticas agrícolas, eso dice que quien tiene una hectárea si es organizado reporta utilidades, en palma para no ir tan lejos, se gana o se pierde siendo pequeño, mediano o grande, el asunto es orden y empuje.
Los agricultores como Primitivo han visto en el material híbrido una solución rentable y sostenible porque garantiza buena producción en fruto siempre y cuando la tarea se haga al derecho, polinizar, abonar y tener el ojo encima de las plantas.
Hay campesinos que ya no quieren saber de hoja de coca
El señor Ángel Enrique Angulo Mosquera quien tuvo en sus predios hoja de coca expresó que nada resulta más afortunado que tener cultivos lícitos en las fincas sobre todo cuando son rentables y sostenibles, un ejemplo la palma de aceite, un producto que garantiza ingreso permitiendo que las familias progresen.
Aseguró, respaldado por otros lugareños, que la coca se sembró porque no había doliente para el campo ni políticas que generarán tranquilidad al productor primario, era, sin lugar a dudas la única opción a la mano. La situación cambió cuando se dieron las fumigaciones con glifosato, un daño que les llegó a quienes tenían cultivos ilícitos, pero también a quien sembraba correctamente, eso hizo que se perdiera papaya y otras siembras por la que nadie en absoluto y sin ponerse rojo respondió.
“La avionetas pasaban y soltaban el químico sin medir las consecuencias, al parecer no había planeación, se llevaron por delante agricultura lícita, medio ambiente y salud porque ese producto fue, es y será peligroso para el organismo, de hecho ya hay denuncias por el impacto en algunas personas, pero ante la menor queja nadie dice nada y todo pasa de agache, finalmente los afectados eran unos campesinos pobres. Antes de que autorizarán la fumigación yo mismo opté por arrancar la hoja de coca, inclusive le pagué a una persona para que desmontara y acabara con esa siembra de raíz, era sin duda un enorme problema”, dijo Angulo Mosquera.
Este hombre decidió hacer todo al derecho, con préstamo que le hizo el banco sembró ocho hectáreas de palma que devastó la PC, un lío de caja que llegó súbitamente, pero que palió el agricultor talando madera, una actividad que lo sostuvo porque de no haber sido así hubiese tocado el peor fondo.
En tiempos de la PC en Tumaco fue común ver muchas personas con una mano adelante y la otra atrás. Ángel Enrique Angulo Mosquera la sacó barata, pero igual debió recortar gastos y replantear su negocio, a tal punto que si gastaba 20 pesos bajo a 15 o hasta 10, no era permitido desbordar las compras.
Con la PC todo fue muy duro para este cultivador, asegura que recibió un golpe bajo el cual le afectó la vida porque en un principio no sabía a donde ir o qué hacer, eso porque las entradas eran limitadas para muchos, para otros no hubo nada, el brote de PC resultó algo supremamente duro porque llevó ruina económica y moral, algunos dependían exclusivamente de la palma y cuando murió el cultivo quedaron literalmente quebrados, con las manos vacías.
Después de la estrepitosa caída, Angulo Mosquera siguió en palma, ya estando en un cultivo legal decidió quedarse y ponerse en manos del creador porque algo le decía que había que creer, lo bueno es que siguió adelante y los híbridos funcionaron, hoy su panorama es otro, dejó el capítulo de la coca partiendo que no todo en la vida es plata y que lo ideal es hacer ruralidad legal, pero probó los cultivos ilícitos de los que salió porque la fumigación era intimidante y peligrosa.
Inicialmente Angulo se fue por la línea del cacao, pero después salió de esa siembra para incursionar en palma en donde está bastante amañado, hoy sabe de la dicha que da la tranquilidad y de los beneficios de una agricultura bien hecha en donde hay respaldo, crédito y reconocimiento. La palma de aceite le permitió garantizar bienestar a la familia y en especial a sus muchachos.
Bioabonos, un aporte importante
El gran debate en la agricultura de hoy es la urgencia de propender por suelos vivos y ofrecer agricultura limpia que garantice nutrición y salud porque algunos aseguran como lo hizo Salus Mundi la firma líder en biotecnología que entre el 85 y 90 por ciento de alimentos del mundo no son confiables porque dañan la salud y son grandes generadores de cáncer. Esta firma es mundialmente famosa por crear, recuperar, mejorar y bioremediar suelos afectados por precarias prácticas agrícolas y otro tipo de actividades que maltratan la tierra cultivable.
El líder de asistencia técnica de Cenipalma Alcibíades Hinestroza Córdoba dijo que los biofertilizantes en efecto ofrecerán condiciones favorables para el suelo que por sí mismo es un organismo vivo y acotó que en la medida en que se logre mantener esa biota o conjunto de fauna y flora de una determinada región, en donde no solo interactúan las partículas químicas y físicas que se tiene en los suelos sino que hay unos organismos vivos que van a mejorar y a darle vida a esos suelos esenciales para la agricultura.
“Si es posible que el suelo tenga vida como organismo vivo, la palma va a tener una interacción mayor entre esos microorganismos y microfauna en los suelos y allí los bioabonos por su puesto son muy benéficos para los suelos, no cabe duda”, expuso el experto.
Hinestroza, quien también lidera la inclusión de los productores de pequeña escala al proceso de producción de aceite de palma sostenible, apuntó que luego de la pérdida de 36.000 hectáreas de palma por acción de la Pudrición de Cogollo o PC, que acabó con el material guineense en Tumaco, pero expuso que con todo el desarrollo de la investigación en Cenipalma hoy se pudo dar un paso hacia una nueva solución expresada en materiales híbridos que sin duda han tenido en los productores un proceso de conocimiento por lo novedosos, pero igual de adaptación e investigación que hoy se ponen como el futuro de la palmicultura porque son materiales descubiertos que tienen un potencial en producción de aceite que beneficiará de manera trascendental a los palmicultores.
“Hoy en Tumaco con más de 20.000 hectáreas se produce más aceite que cuando había 35.000 hectáreas en volumen general, es decir que hay futuro en la palmicultura tumaqueña con un híbrido de tremendo potencial que reporta mayores rendimientos, pero a la vez y gracias a la exploración científica, aceleró los procesos de cultivación y hoy estamos produciendo prácticamente el doble de aceite que se obtenía antes con guineense, el asunto a tener en cuenta es que los números mejorarán por la capacidad y aptitud de productividad en Tumaco puesto que en promedio no hemos llegado a las 20 toneladas de fruta por hectárea, aquí tenemos la posibilidad de alcanzar las 10 toneladas de aceite por hectárea, apenas vamos en 4.6 así que todavía hay un camino largo por recorrer en aras de optimizar la oportunidad”, enfatizó el líder de asistencia técnica de Cenipalma.
A juicio de Hinestroza Córdoba, no basta con tener un buen material para siembra, altamente tolerante y que puede tener las condiciones de resistencia sino que se requieren unos factores esenciales como manejo del cultivo, pero también el compromiso del productor para implementar esas prácticas pues estima que no se trata de generar investigación y conocimiento sino de poner las soluciones al servicio del productor como se tiene en asistencia técnica y en extensión, pero consideró que de igual manera el palmicultor debe acatar esas prácticas para que puede obtener beneficios en productividad y mayores ingresos por su plantación.
Cenipalma sigue haciendo un trabajo destacado en agricultura regenerativa, en cultivos de precisión y el uso de la Big Data para incorporar en la agricultura. La palma reiteró, es un cultivo permanente y el uso de tecnología es algo nuevo en el entorno agrícola. Especificó que la entidad lo viene investigando y comentó que Cenipalma ya maneja drones para fumigación, también cosecha mecanizada y toda una incorporación de ayudas tecnológicas que deben ir de la mano pues deben estar acordes con las escalas productivas y el tipo de productor, un ítem igual en los procesos de adopción de tecnología obliga a conocer el perfil socioeconómico de los agricultores de palma para poder adaptar y manejar esa tecnología.
Otro aspecto tiene que ver con la edad de los palmicultores colombianos pues el 60 por ciento ya está por arriba de los 55 años, entonces adoptar tecnología implica trabajar en el relevo y transición generacional que igual se viene incorporando, luego son muchos factores que se requieren para poder aplicar las nuevas facilidades tecnológicas.
La palma se afianzó como el cultivo de la equidad y del tejido social en Colombia es por eso que el 75 por ciento de los palmicultores son de pequeña escala, es decir que tienen menos de 20 hectáreas, pero que al analizar bien la economía palmera por dentro descubre que esta actividad genera realmente bienestar social para palmicultores, regiones y comunidades en donde se desarrollan las siembras de palma de aceite.
Sobre el tema de responsabilidad social, Hinestroza aseveró que no hay otro producto en Colombia que esté transformando el campo como lo hace la palma a tal punto que los palmicultores no tienen pobreza multidimensional o extrema comparado con otros sectores agrícolas, la palma, remarcó, es el sector que tiene el nivel de ingreso más alto en el país, es decir que hombro a hombro es el cultivo que puede contrarrestar las siembras espurias.
No hay duda, la palma de aceite sacó de problemas a muchos agricultores en Colombia pues en sitios como Maríalabaja los productores estaban acabados en materia de crédito por el arroz y la misma Caja Agraria, no obstante la palma los sacó de líos. En Tumaco la transformación fue total ya que se hizo un desplazamiento total de los cultivos de coca, labor que fue viable y exitosa reemplazando un trabajo marginal con cultivos de economía campesina para mejorar el ingreso y por fortuna el cambio se está viendo.
“Si tenemos en cuenta que la palma es el cultivo que tiene el mayor ingreso promedio por hectárea y la mano de obra mejor remunerada por supuesto que ha sacado del barro a muchos campesinos. Hoy tenemos 5.000 labriegos de pequeña escala matriculados en la línea de producción de aceite de palma sostenible para que sean reconocidos como tal lo que significa que están generando bienestar económico, bienestar social y respeto por el entorno y el ambiente en donde desarrollan su cultivo, eso también es sacar a la gente del barro”, señaló Hinestroza Córdoba.
En Tumaco hay alrededor de 900 productores los cuales se están organizando y recibiendo asistencia técnica para que tengan el conocimiento necesario para el manejo de sus cultivos pues en la medida que los productores tengan un acompañamiento técnico y una asesoría, seguramente van a potenciar la capacidad productiva que tienen lo que les ayudará a mejorar sus condiciones de vida, la de sus familias y trabajadores.
Hoy la palma de aceite es el segundo renglón agrícola en Colombia después del café, pero al ritmo que va la palmicultura que no pretende crecer tanto en área sembrada, repuntará en la generación de ingresos para Colombia, en garantizar bienestar y en aumentar el pie agrícola solamente disparando el potencial productivo, un ejercicio que económicamente le vendrá muy bien al país. Para el conocedor no hay la mínima duda que con el apoyo y una visión diferente de la palma que se tenga desde el Estado, el país y los mismos territorios, la siembra palmera tendrá la capacidad para transformar la frontera agrícola en Colombia debido a la organización que tiene detrás, a la misma asociatividad de los productores, el encadenamiento productivo y las condiciones que le permiten aportar al diseño de la anhelada reformas agraria que quiere el país.
En el tiempo presente la palma de aceite convive fácilmente con otras especies, hoy, dijo Hinestroza, el país habla del sotobosque y de las plantas acompañantes con lo que se puede desarrollar la palma. En toda la estrategia de producción de aceite de palma sostenible, indicó, se tienen corredores biológicos y áreas de protección de todas las fuentes hídricas y dentro de la palma la convivencia de muchas especies nectaríferas que ayudan con el control biológico y el manejo del equilibrio de muchas plagas de la palma que distinto a otros cultivos tiene un bajo uso de agroquímicos como el fertilizantes y cero fungicidas o insecticidas, productos de categorías toxicológicas reconocidas que evitan la vida de los animales y la preservación de los microrganismos, igual afectan los insectos que combaten enfermedades y plagas en el cultivo de la palma.
Con los esquemas productivos en palma sin ningún problema pueden convivir otras especies, sin embargo, hay un trabajo aplomado para enfrentar el cambio climático que apunta a materiales de fácil adaptación y resistentes a los diferentes contextos atmosféricos, menos uso de agua y producir con unos fertilizantes de liberación lenta. Hay una serie de investigaciones que avanzan y que ratificarán que la palma de aceite es el cultivo del futuro de Colombia. Qué vendrán nuevos agentes patógenos por el clima, seguramente aparecerán, pero lo importante es prevenir y trabajar en el área científica para ir dos y hasta tres pasos adelante.
Destacó las bondades del ANA o ácido naftalenacético que opera como polinizador artificial para reemplazar en el nuevo material que tiene una situación distinta por cuanto al ser un híbrido sus flores no entran en condiciones de apertura anticipadamente para que tengan la polinización con polinizadores naturales, entonces al llegar el periodo de tesis se acude a esta técnica y las hormonas artificiales se hacen muy útiles y con el ácido naftalenacético se logra el emparejamiento en la madurez lo cual permite mejores frutos y altas tasas de extracción, mejorando claro está la calidad y la productividad en aceite algo que demuestra que la investigación y las prácticas de optimización hacen parte de la competitividad de un commodiitie que aparte de ciencia pide nuevas maneras de comercialización para que justifiquen las inversiones hechas en materia de producción sostenible.




